jueves, 3 de octubre de 2013

Hablando de blanco y negro.

Sujeta un lápiz con la mano derecha, traza una línea limpia en un papel beige, está dibujando algo. Podría observarle toda una vida viendo cómo dibuja. Es genial, estar detrás de él, o a su lado, viendo cómo va dibujando las líneas de aquel dibujo que sostiene el caballete. Me apoyo en su hombro izquierdo, él sigue pintando. Una sonrisa se le dibuja en la cara pero no distrae la mirada el dibujo. Una cara, un cuerpo, una silla. Un hombre atractivo sentado con una cuchilla en la mano. Un dibujo tremendamente difícil y sin embargo él hace que parezca fácil. Tiene la mano derecha negra del grafito del cuadro. Me acerco a ella y la acojo, las manos se entrelazan y una sonrisa vuelve a aparecer entre esos ojos medio tapados con un flequillo castaño.
Mientas apoyo la cabeza y observo cómo los trazos del dibujo van uniéndose y clavando la imagen original, me imagino la vida que pasaré con él en unos años. Parece demasiado apresurado pensar eso, sí, puede ser, aun así quiero que eso sea de esa manera.
Estar en nuestra casa, en una habitación, dos caballetes uno al lado del otro, con dos cuadros. una ventana con vistas a donde quiera que fuese, con él, cualquier lugar sería precioso. Una casa, llena de posters, Cds, dos caballetes, miles de cuadros, libros, montones, miles, millones de libros, tal vez tres cunas. Y una cama para los dos. Todos imaginamos eso, todos queremos eso cuando a primeras nos enamoramos. ¿La diferencia conmigo? Que todo mi corazón, mi alma, yo entera, está deseando que ocurra eso. Deseando pasar el resto de la eternidad agarrada a su mano, y viendo su sonrisa cada vez que me levanto. No necesito un "Buenos días princesa" él ya lo sabe. tan sólo un "¿Qué tal has dormido?" Lo bueno se hace esperar, y mientras que llega, intentamos vencer al destino y nos "enamoramos" de quien no debemos. Algunos tienen suerte y al final les llega, otros sin embargo no se dan cuenta cuando ha llegado y siguen su camino de errores, intentando "manejar" su vida ellos mismos, sin dejar que fluya por si sola, todo llega.

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