miércoles, 9 de octubre de 2013

Gracias.

¿Sabéis qué es estar enamorados? ¿Sabéis qué es el amor? ¿Sabéis qué es un alma gemela?
Me pasaría la vida dando las gracias al destino por una casualidad tan mala que surgió hace un mes.
¿Mala? Por que por primera vez el destino hizo, imagino que adrede, que saliera mal. Que lo aparente no fuera lo correcto, y lo que estaba ahí, estuvo ahí a todo, en tan sólo un par de semanas, y que al poco tiempo, se haya convertido en algo tan grande.
Tan sólo decirte, lo primero un gracias. Porque eres de los pocos que realmente me ha sacado una verdadera sonrisa, no de risa, si no de felicidad. Porque eres a quien doy los buenos días a las siete de la mañana, y tú sin tener que levantarte lo haces para hablar conmigo. Gracias por creer que soy una pequeña artista. Que aunque te metas con mis mayores defectos, lo haces con cariño y amor.
Porque adoro tu sonrisa, porque adoro cuando ríes, cuando me miras y arqueas las cejas, cuando me dices que tengo unos ojos preciosos, cuando dices que mis colmillos son preciosos (no lo son) cuando me llamas caderona, o narizona, o enana, bajita, que todo ello se convierte en un mi princesa, mi niña, mi enana, todo con mi, posesión, tuya, solo tuya.
Gracias por haber estado ahí este poco tiempo ahí en todo, en las buenas y en las malas. Que sepas tanto de mi, tanto que ni te hayas alejado un poco al haberte enterado, es más, te hayas acercado más. Gracias.
Gracias por ser como eres, por ser la sombra que ilumina mi camino, por ser la farola de luz natural.
Porque ¿sabéis? él es perfecto, tal vez no para vosotros, sí para mi.
El arte que desprende sus manos al posar el lápiz sobre su lienzo, la manera en que (sólo lo he oído por desgracia) toca la guitarra, la manera en que escribe, con tanto sentimiento, con tanto amor.
Que sea un melómano, y no, no tiene ninguna enfermedad. Dícese de la persona que ama la música, adicto a la música.
Gracias por todas esas tardes caminando por las calles de esta ciudad, por nuestro escalón, el escalón que nos separa de altura, unos pocos centímetros, los suficientes.
Gracias por haberme sacado una sonrisa cuando se había borrado de mi rostro, por eso y por mucho más, gracias. Te quiero mi amor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario