domingo, 30 de junio de 2013

A mil kilómetros.

El agua graba a fuego tu nombre en mi garganta. No puedo beber, ni comer, ni respirar. Todo lo que toco, hago, veo, se transforma en un recuerdo tuyo. El cielo está en mi contra, todas tus promesas están en mis bolsillos, quiero abrirlas y descubrir los secretos que guardan. Me duele leer su nombre en cualquier lugar o ver el número de la fecha por cualquier lado. Quiero volver a saborear el olor de su colonia, recordar esos dos ojos y volver a verle sonreír a dos centímetros de mis labios. Aunque tenga que atravesar el océano buceando, aunque tenga que andar sobre brasas, pasar el limbo, ir al infierno. Mejor que con palabras mi especialidad es arreglarlo todo con besos. Hagamos magia con los ojos cerrados, volvamos a ser los que éramos antes. Dos, ¿para qué más? Tu veneno aún corre por mis venas, aún tengo la marca de tus colmillos en mi cuello. Y me perdí tus besos por no decirte un 'te echo de menos' te necesito aquí conmigo y la mejor medicina es un poco de tus labios. Cada vez estamos más cerca de alejarnos, ahora mismo ¿a cuantos kilómetros estamos? me da miedo decirlo.

En su cuerpo escribía poesía.

Puede que leer sea nocivo para sensibles, nocivo para aquellos que lo hayan pasado como yo. Pero supongo que todos nos estaremos haciendo la misma pregunta. ¿Qué hago con tu recuerdo? ¿Lo guardo en el cajón como hiciste tú con nuestras cosas, o directamente a la basura como hiciste con mi corazón? Fuiste dueño de mis ilusiones y ladrón de mis pensamientos. Todo a medias sonrisas, medias palabras, frases sin terminar. Jamás te oí un te quiero verdadero y aún me sigo preguntando qué era lo misterioso de tus pupilas. Porque donde hubo fuego, cenizas quedan, pero tú las tiraste al fuego de nuevo. Hablamos de amor sin verlo ni sentirlo realmente, ¿o a caso un amor de dos semanas es amor? Es encaprichamiento, algo muy común en esta sociedad.

Entre guerras nocturnas.

En guerras por la noche grito tu nombre. Cuando combato con las fuerzas beligerantes grito un 'te quiero' con todas mis fuerzas. En mi casco de guerra pone tus iniciales y en mi escudo el día que te conocí. Al matar a los contrincantes en batalla recuerdo con odio el momento en que te perdí. En la trinchera los momentos en los que me hacías llorar. Las heridas de guerra no se cierran, al igual que las heridas de mi corazón ensangrentado. Aquí estoy, en plena guerra al anochecer y nadie lo recuerda. Mientras miles de personas mueren por las noches por amor en sus sueños, tú y yo nos distanciamos en el ocaso del día. ¿Recuerdas nuestros momentos? Esos recuerdos se fueron contigo al esfumarse como el humo de un cigarro una tarde otoñal. Me perdí mil besos por no saber decir 'te necesito'. Descargo toda mi rabia por la noche entre guerras constantes con la almohada y sus aliados.

El olvido me pregunta por ti.

Y ya sabes que la luna siempre me ha sabido a poco, que las noches siempre han sido demasiado cortas. Y aquí me tienes una tarde de domingo de verano sentada mirando cómo los pájaros vuelan, con el pelo trenzado y los ojos enrojecidos, como siempre y aún te preguntas porqué. ¿No sería en tal caso por ti? Si te vas, llévate los recuerdos contigo, no los quiero. Vivir feliz, vivir con música, vivir sin ti, al menos es vivir, ¿no? No soy si no estás conmigo, no vivo si no te tengo. Eso decía, pero estoy sin ti y estoy bien, estaría mejor si tu música estuviera dedicada a mi y tus rasgueos fueran con sentimiento de amor hacia mi persona, pero ¿Porqué estamos hablando de amor? Una amistad. ¿Qué hay mejor? Nada, el amor acaba rompiéndose en mil pedazos y los amigos duran para siempre, aunque también rompen corazones. ¿Qué duele más? Un enfado eterno con tu mejor amigo o romper con el amor de tu vida. Jamás podremos resolver esa duda, pero permitidme la osadía de decir que duele más romper una amistad, porque son para toda la vida y amores hay muchos previos hasta encontrar el amor verdadero y para ello no hay mejor medicina que un día soleado entre amigos, ¿no? Hasta el olvido me pregunta por ti y no sé qué responderle, que estás bien, supongo.

Historias de amor.

Y volverán los sentimientos tras haberse ido lejos. Muy lejos.
Y volverán las ganas de tener tus besos.
Porque el sol no sale si tu estás dormido.
Los días son oscuros sin tu voz al despertar.
Quién iba a decir que entre verso y verso se escondería,
una larga historia de dos que no podían amar.
Los versos de este poema están vacíos sin ti.
Porque la tinta negra esconde,
en su más oscuro adentro
una historia de amor de dos que jamás llegarían a nada.
Y volverán los sentimientos tras haberse esfumado.
Como el humo de un cigarro mal apagado.
No intentéis buscar la rima a estos versos.
Pues lo más importante es lo que guardan,
un sentimiento.

The last summer.

Y mandar de una patada al sol lejos de aquí, que las noches fueran eternas y jamás hubiera día. Millones de horas para dormir, que no se viera nada. Un invierno disfrazado de cada una de las estaciones, siempre sería invierno al fin y al cabo. A veces me gustaría que no hubiera día, que una noche de sábado fuera eterna. ¿Vosotros no? No sé qué prefiero si una noche o un día. Ponerme nostálgica al pensar en aquellas conversaciones nocturnas.
¿Un amor de verano? ¿Pero eso existe? Sí. Muchos lo hemos vivido, en tiempos pasados, amores que duraban los tres meses o sólo uno, quién lo iba a decir. De esos que te dan las buenas noches a las cinco de la mañana y los buenos días a las tres de la tarde. De esos con quienes vas a la playa por las tardes, un paseo por el embarcadero y hasta besos bajo la lluvia. Sí, de esos. Quien querría ¿eh? Todas soñamos con eso pero pocas lo hemos vivido, sinceramente, los amores deberían ser eternos y si amas amar para toda la vida, no por un tiempo y cuando algo se tuerce o no sale como quieres decir adiós. Todavía recuerdo nuestro último día de verano juntos, fue algo especial, algo muy bonito, pero al caer la noche, al irse el sol, todo lo que había se fue con el, a diferencia que a la mañana siguiente no volvería a salir como el sol todos los días, este se quedaría entre la penumbra y jamás volverían las cenizas al renacer. Te sentiste mal, hiciste llorar a una mujer, tranquilo, no fuiste el que más. Pero sí uno de los que más, dicen que jamás debes hacer llorar a una mujer, pero en parte nos sirve para hacernos más fuertes y darnos cuenta que en esta vida o comes o te comen, o eres una hija de puta rompecorazones o jamás vivirás.

One more time.

¿Recuerdas aquel tiempo en que yo me enfadaba por cualquier vacilada? ¿Cuándo fingías enfadarte conmigo pero detrás del móvil te estabas meando de risa? ¿Cuándo tus amigos me miraban porque sabían que era yo? Aquellos tiempos, ojalá volvieran. Regresaría hasta Octubre, jamás hubiera hecho eso que hice aunque no fue tanto a mal, pero sólo por tenerte. Fue todo tan rápido que cuando me quise dar cuenta el juego había acabado. Jamás pude decirte un 'te quiero' y me perdí miles de besos por no ir a buscarte y pedirte perdón. Lo siento, sé que probablemente jamás leerás esto pero me gustaría que supieras lo muchísimo que me arrepentí de todo, me imagino que lo sabrás pero qué más da por repetírtelo una vez más.

Fin del juego.

Creíamos que nos comíamos el mundo, creíamos ser los mejores, creíamos. ¿Lo somos? No. Tan sólo fuimos dos críos jugando a ser superhéroes, creyendo que nos comíamos el mundo y sólo éramos dos niños. Todos los juegos se acaban, uno pierde y otro gana. ¿Quién salió vencedor de este juego? Diría que ni tú ni yo. Ambos perjudicados. Fuimos dos tontos creyendo que si hacíamos daño al otro no nos haríamos daño a nosotros mismos, pero todo lo que le pasaba a él me repercutía a mi como un hachazo entre los ojos. Y ahora aunque no te vea, aunque no estés aquí conmigo, puedo sentir cuándo algo no va bien, cuando tus ojos dejan de brillar cuando no sonríes ni vacilas. Pero todo eso se acabó, ¿no?

Musician.

Tal vez jamás llegue a ser una música famosa, jamás llegaré a ser la mejor, jamás llegaré a ser alguien dentro del ámbito musical. Pero los músicos todos somos artistas.

This letters is yours.

Coge un papel y un bolígrafo. Escribe todo lo que deseas. Dobla el papel. Coge un mechero. Ve a la ventana y quémalo. Deja que las cenizas vuelen lejos, muy lejos de tu ventana. ¿Te sientes mejor? Cuando deseamos algo con fuerza, se dice que se acaba cumpliendo, yo creo que deberíamos ser nosotros quienes trucáramos el destino, no deseando lo que queremos, si no levantando el culo del sofá y haciendo que se cumpla con nuestras propias manos.
Un día escribí una carta, que jamás llegué a entregar, poniendo todo lo que sentía hacia una persona, con el propósito de que si al fin pasara algo entre los dos, pudiera dársela y que la leyera, ¿qué pasó? que la lié parda, que lo tiré por la borda, y esa carta aún sigue en mi escritorio, y a veces la leo, entre lágrimas pensando en lo idiota que fui por haberla liado, por no esperar, por ser una imbécil. Pero ahora digo, el destino así lo quiso y si nos tenemos que ver, que sea en el futuro.

Wall of glass.

Un cruce de miradas, no nos conocíamos de nada. De repente dicen mi nombre y apellidos. -Salga por favor al piano-. No conocía a absolutamente a nadie, no sabía qué tocar, qué hacer. -Siéntate al piano y toca alguna obra-. Millones de partituras iban pasando por mi cabeza en milésimas de segundo, hasta que me acordé de una, una que era perfecta. Toqué y al terminar la sala se invadió de un sonoro ruido de las manos al aplaudir, tampoco lo había hecho tan bien. Nada más levantarme estaba buscando con la mirada aquellos ojos que me había quedado embobada mirando anteriormente y ahí estaban, tenía una mirada tímida, apenas hablaba, y no tenía mucho que decir, pero me gustaba. Pasaron las semanas, nuestro mayor contacto fue un cruce de miradas, nada más. ¿Quién iba a pensar que pudiera haber algo más? Nadie apostaba por ello, nadie. Algo que un año después dije ¿Qué nadie apostó por ello? Pues aquí estamos. Sí, ahí estuvimos, pero fue todo tan frágil, que la pared de cristal en la cual nos apoyábamos se rompió, tirando todo por la borda, sin dejar rastro, olvidándonos el uno del otro, sin hablarnos.

sábado, 29 de junio de 2013

Cada dos minutos trato de olvidar.

Como un tímido rayo de luz que atraviesa una rendija de mi persiana a primeras horas de la mañana. Como un soplo al sacar todo el humo del cigarro entre los labios. Fuiste más efímero que un pestañeo, más destructivo que un huracán y más provocador que los labios de cualquier actor de Hollywood. ¿Tus primeras palabras hacia mi? 'Hola, qué tal' pero dejemos el pasado a un lado y vivamos el presente. Tú.Yo. Distancia. ¿Cómo lo ves?  Contigo lloré más que con nadie, me hiciste cambiar para bien, me hiciste ver lo que nadie ni yo misma pude ver de mi. Me hiciste ser mejor persona, me enamoré de ti y supuestamente tú de mi. ¿Y ahora? No existen los 'Hola, qué tal' Para nosotros no existen ni las miradas, tan sólo tapar las lágrimas en mi caso y el echarte de menos. Sólo eso. Causaste tanta repercusión en mi que no puedo evitar escribir esto sin llorar, porque quien ama una vez, amará siempre. No pasé de página, porque eso me traería graves consecuencias en relación a mi tentación de volver a la página anterior, simplemente, cerré con llave el libro y abrí uno nuevo, esta vez con las páginas en blanco, un lápiz y una goma para poder borrar lo que no me gusta, pero aún así, el lápiz deja marcas del grafito, las mismas marcas que se me quedarán en el corazón cada vez que algo vaya mal, pero tú te llevaste un pedazo de él, y no volvió, lo rompiste, lo tiraste, lo destrozaste y yo de rodillas recogiendo los cachos que quedaron de él, así soy, así fuiste.

Corazón de hielo.

¿Te sientes sola, como si no tuvieras a nadie a tu lado? Mira, coge un álbum de fotos, comienza a observarlas, nostálgicamente piensa en todas aquellas personas que estaban contigo, ¿siguen ahí no? Ahora pon la mano en tu corazón, ¿qué sientes? ahí estamos, estamos ahí. Contigo, en las buenas y en las malas, cosa que tú jamás hiciste. Fuiste una hipócrita que no supiste cuidar a tus amigos y ahí estás, te sientes sola, pero no lo estás, estamos contigo, porque te queremos, porque somos así. Buenos. Te miraremos con una sonrisa entre dientes, intentando taparla con el pelo o con la mano. Irónico. Pero así es, somos una piña, nos queremos, algo que tú jamás llegarás a entender, cosa que pena me da, porque tú jamás llegaste a tener amor en tu corazón, más frío que el hielo, pero alguien estará ahí para dar calor a este frío corazón y deshacerlo entre las miles de arterias.

Y que vivan los músicos.

A veces, cuando paso por aquella sala, antes de comenzar la clase y colocar todo. Me siento en los asientos blancos que hay en la cabina y pienso -Aquí era donde hablábamos, donde surgió todo, donde te conocí- A veces, miro nostálgica aquel piano de cola donde salí a tocar aquel día, donde muerta de vergüenza tuve que mostrar a todos mis compañeros de lo que era capaz. Y ahora pienso que este es nuestro último año, que todo acaba aquí. Toda una carrera atrás, estamos en la cuenta final, algo así como la última curva antes de llegar a la meta. Tengo miedo. ¿Vosotros no? Nueve meses más, nada más. Después todo habrá acabado.
Mi primer día, lo recuerdo, mi primer día de piano, salí de clase con los deditos pintados por números para sabe qué dedo iba en cada tecla para hacer la escala de Do Mayor. Parecía que era tan complicado que ahora me veo componiendo una Sonata para mi clase de análisis. Diez años después de comenzar primero de elemental, quién lo iba a decir, que aquella niña de pelo alborotado y ojazos negros sería toda una pianista profesional. A veces, miro la puerta donde íbamos antes a música, miro nostálgica y pienso "Aquí comenzó todo, aquí debería acabar, pero no" Acaba en un lugar, donde se esconden mil y una historias que algún día os contaré entre carcajadas y lágrimas.

Con H de harta.

Harta de este mundo comercial. De los modelos a seguir, de ser todos iguales. Harta de querer todos ser el mejor y pisotearnos. Harta del ruido de los coches, de la contaminación, de matar mil millones de personas al día. Harta de que infravaloren a quien más lo vale. Harta de que cobre más un futbolista que un médico. Harta de que tengan a la música por algo superfluo. Harta de que por ser un kilogramo más gorda, un centímetro más baja ya no eres perfecta. Harta de que te discriminen por ser homosexual o de otra raza. Harta de que nos creamos el ombligo del mundo. Harta de la falsedad. De la hipocresía, de no saber qué queremos en este mundo. Queremos lo mejor, lo más nuevo, lo novedoso. Mientras en otros lugares se matan por comer un trozo de pan. Harta de esta sociedad. Queremos cambios, queremos ser mejores. Pero nadie se atreve a decirlo, cambiemos el mundo.

Tan sólo somos almas que vagan por cabinas de conservatorio.

Sin darte cuenta cada vez que apareces invades toda la sala de recuerdos, recuerdos que intentas ignorar. Sigo sin saber qué pasó con todo, qué sucedió. Recuerdos que intentas sellar bajo llave, intentas pasar de página pero lo único que necesitas es cambiar de libro ¿Te atreverías? Los sentimientos te tienen agarrado por la espalda, te tienen esclavo a ellos, sólo eres un alma que vaga por las cabinas de un conservatorio con tu instrumento, que tan sólo se encienden esas dos pupilas negras cuando ves a esa persona, intentas disimular que no sientes nada, pero tus ojos te traicionan, comienzan a brillar, y no puedes dejar de mirarle. Te dices a ti mismo -No lo hagas-. No merece la pena, no puedes volver a caer ¿Y si caes? ¿Qué pasaría? ¿No te mueres por saberlo? Si no te arriesgas jamás ganarás y jamás tendrás la valentía para decir que fuiste un cobarde, porque hasta los cobardes son valientes, porque todos somos iguales. tan sólo eres un alma que vaga por las cabinas, con su dulce música eclipsando cada sala que guarda miles de recuerdos, donde allí fuimos algo más que amigos.

¿Y si no hubiera pasado de página?

Un sábado noche, un bar, una fiesta, una chica. Fumando en un sofá de aquella discoteca. junto con sus amigos, un vestido negro muy ceñido le realzaba el pecho y las caderas, cabello moreno por los hombros, ojos negros como el carbón, no podía parar de colocarse el pelo, tenía que estar cada milésima de segundo perfecta. Sonreía. Parecía estar feliz, hasta que apareció él. El humo del cigarro se transformó en un flashback de recuerdos de hacía un año, a continuación sonó una canción muy famosa, a la que la gente no prestaba atención, estaban borrachos, bailando a su son. Era aquella canción que sonó el mismo día que se conocieron, pero aquella vez, era instrumental, en una cabina de un conservatorio, los ojos negros se mojaron entre lágrimas que constantemente intentaba disimular, no podía dejar de recordar cada detalle de toda su historia. -Jamás pasé de página.-Se recordaba cada instante. Pero no podía permitirlo, apagó su cigarro, se colocó el vestido y salió a bailar, sonaba aquella canción, salía en una película ¿Cómo se llamaba? sólo recordaba aquella frase que decía 'Todo lo que siento por ti sólo podía decirlo así'. Era como si el DJ supiera lo que estaba pasando. Con un suave y sensual movimiento de caderas se puso a bailar en medio de la pista con sus amigos. El chico no podía quitarle los ojos de encima, pero ella no se daba cuenta. Constantemente ella se preguntaba si él había pasado de página, si había cambiado de libro, si lo había olvidado. Acabó la canción, eran las doce, tenía que volver a casa, con ella todos los recuerdos y con el último cigarro de la noche, todos sus problemas, porque fue una noche más, porque todo se olvidó.

Un invierno disfrazado de primavera.

Eres parte de mi historia sin apenas hablar contigo. Eres parte de mi sin tenerte cerca. Eres mi recuerdo más constante sin verte todos los días. Esto es un invierno disfrazado de primavera, una nube en un cielo azul. Algo distinto a lo habitual, no término como debería haber acabado. Es como un café sin azúcar, un cuadro a medio terminar, una carta sin firmar. Jamás pude decirte un "te quiero" jamás pude decirte lo mucho que te quería, cuando quise hacerlo fue demasiado tarde. Los inviernos son fríos pero también tienen su lado bueno. Las luces, los regalos. Todo tiene su lado bueno y todo pasa por algo. El destino tiene la última palabra, siempre la tendrá, seamos realistas.
No somos lo suficientemente valientes como para confesar que fuimos unos cobardes. 

Un momento.

A veces, tan sólo necesitas un rato de pararte a pensar en el presente, dejar el pasado atrás y el futuro que transcurra, poco a poco. Un momento para darte cuenta de quien eres y que quieres. Si realmente quieres que todo sea como esta sucediendo o quieres cambiar algo. Dame un momento, dame un lápiz y un papel y te dibujare el mundo, donde sólo haya buenas personas, donde los malos royos se queden fuera, donde cada uno podamos ser nosotros mismos, algo así. ¿No estaría bien? A mi me encantaría. Vivimos en una sociedad donde no podemos mostrarnos como somos por miedo al rechazo, porque nos miren mal o por simplemente miedo. ¿Cuantas veces os ha pasado que habéis hecho algo y os han mirado mal? Miles me imagino, seamos nosotros mismos, no los que ellos quieren que seamos.

viernes, 28 de junio de 2013

The star is shinning in the sky.

Creemos ser los mejores en algo, pero siempre hay alguien que nos supera, alguien que será mejor. ¿Siempre? qué va. Podemos superarnos, trabajando, intentándolo día tras día, hasta que un día, así por así, de repente seamos los mejores sin darnos cuenta. Dicen que todos somos los mejores en algo, quién sabe, eso no lo vemos nosotros mismos, tal vez por pura humildad, o porque no podemos. ¿Yo, en qué soy la mejor? Siempre me hago esa pregunta, muchos dicen que dibujando o tocando el piano, yo no me creo eso, ¿Acaso soy Barenboim o Velázquez? Claro que no, no soy la mejor, tal vez algunos estén o estemos dentro de un grupo que destaca, pero eso todos, todos y cada uno de nosotros destacamos en algo, lo que nos hace ser superiores, pero al fin y al cabo todos somos iguales, si todos somos superiores en algo, al fin y al cabo todos nos encontramos en la misma posición ¿no? cada uno en su ámbito, algo que muy pocos se dan cuenta. Que si yo toco mejor el violín, que si yo soy mejor pianista, que si yo estudio mejor y me lo aprendo antes, que si yo dibujo mejor, no. Todos somos iguales en estos ámbitos, podríamos aprender a destacar todos por lo que somos, no por qué hacemos.

jueves, 27 de junio de 2013

Hoy, no es el día.

Hoy ha sido uno de esos días que dices 'Hoy, hoy no es mi día' se suponía que sería especial, pues ahora estoy aquí, tirada en el sofá, con  ganas de llorar, queriendo que hoy acabe ya. ¿Por qué? Porque nada ha salido como quería, porque me han venido a la cabeza mil y un recuerdos. No sé, tal vez esto no era lo que quería, tal vez no esté saliendo bien, el destino sabe lo que hace, ¿no? No sé. Simplemente necesito un medio de desahogo fácil, llorar encerrada en mi habitación, con la luz apagada y en silencio ¿entendéis? supongo que os habréis sentido así alguna vez, me imagino. Todos hemos pasado por cosas así, supongo.

miércoles, 26 de junio de 2013

Autobiografía

Celia Gallego Alejandro, sí, ese es mi verdadero nombre, mi identidad, o al menos lo pone en mi DNI. Nací un veintidós de noviembre del noventa y siete, ahora es cuando decís ¡OH, es de la generación de los dieciséis! sí. Aquella mañana llovía, era el día de la patrona de la música y yo había nacido ese día ¿Coincidencia? ¿Pero acaso eso existe? No. Mis padres me llamaron Celia. Según ellos dicen, cuando era pequeña, siempre me levantaba con una sonrisa, riéndome, feliz. ¿Ahora? Já. Mi padre me llamaba 'Pequeña florecilla silvestre' decían que no podía parar quieta, que era un remolino y no me podían domar. Tenía los ojos gigantes, como dos rubíes negros. y el pelo castaño rizado, siempre agarrada a mi padre, siempre jugando con él, cantando canciones de los Bee gees, Queen y Elvis, en eso se basó mi infancia, mi padre se reía porque mi pronunciación de inglés era peculiar, era propia. Cuando tenía dos añitos, en septiembre para cumplir en noviembre los tres comencé el colegio. No había ido a la guardería porque mis abuelos siempre me cuidaban, como una reina. Era la única en la familia. Mi primer día en el colegio fue muy especial conocí a quien actualmente son mis dos mejores amigos Sonsoles Mateo y Juanjo García, ese día fueron mis dos primeros amigos de la historia de mi vida. Algo muy importante para mi. Al año siguiente, mis padres decidieron apuntarme a una academia de música. NO, no soy del conservatorio ¿Y qué? Y ahora diréis, fijo que cogió piano, que raro. Pues sí, no por nada en especial, más bien porque todos los otros profesores me daban miedo y me hacían llorar, tenían el pelo largo y barba joder, tenía cuatro años. Cuando comencé con tal de que sonara yo era feliz, no sabía ni qué tocaba, sólo sabía los deditos dónde iban y dónde estaban las notas. me sentía importante. Doce años después aquí me encuentro en el verano antes de hacer mi último curso, tocando como Dios manda y que a todos les encanta, lo adoro. Los demás años, apenas hubo nada importante, lo típico, un viaje a Disney Land París, seguir con mis dos mejores amigos, al que se unió Pablo Lopez, actual mejor amigo junto con Juanjo, los quiero más que a nada en el mundo. Son los mejores. Lo que es mi vida más 'interesante' comenzó en el dos mil doce. Digamos que anterior a eso, era lo que ahora todos llamamos 'ORCO' pero literal, y lo digo yo misma. No sé, al parecer cambié ese año, ¿Y lo demás hasta ahora? ya os lo sabéis todo, aunque haya mil mentiras por medio, me da igual.
Y aquí me encuentro ahora, en mi verano antes de mi último curso de piano, antes de bachillerato, mi spring final para conseguir lo que más quiero, ser criminóloga y una pianista famosa. También adoro dibujar, pintar, escribir, fotografiar, cantar. Sí, soy lo que se dice 'Una chica de bellas artes' No sé que hago en ciencias, ya lo veré en dos añitos.

A por todas.

Un momento de tranquilidad, de pararte a pensar, un momento para ti misma, eso es lo que necesitamos todos. Poder encontrarnos en esta montaña rusa, todo va demasiado deprisa. ¿No os dais cuenta de que hace un par de días comenzábamos ESO nos sentíamos súper mayores y este es nuestro último verano antes de Bachillerato, antes del spring final? Tengo miedo, de no haber hecho las cosas bien y no poder volver atrás, algo que no encaja en mi vida y tener que fulminarlo, tengo miedo.
Está comenzando nuestro verano y miles de experiencias por vivir, por ahora lo hemos comenzado por todo lo alto con San Juan. Dicen que lo mejor de la vida es entre los quince y los veinticinco. Aún tengo los quince, y con ansia me hallo esperando a los dieciséis, no sabéis lo horrible que es que tus amigas los tengan y puedan irse de fiesta y tú no, es horrible. Aún así, este verano como siempre digo, será mi verano, sin nada malo, pero poco a poco, sin prisas, que pronto comienza nuestro spring y hay que ir a por todas.

Memories.

Ver una imagen de él y recordar todo, esas ganas que me entran de llorar, de ver cómo era todo antes de aquello, y en qué me he convertido ahora a los ojos del mundo. Me hace llorar al ver lo mucho que se me critica por ahí, amigas que creía que lo seguían siendo y veo que no. Nadie sabe lo mal que lo pasé, a nadie se le ocurre ponerse en mi lugar, y lo peor de todo, es que lo afronté sola, porque un 'Jo, tía, lo siento mucho, estate bien' no sirve aunque creáis que sí. No es que le siga queriendo, no es que siga estando por él, nada de eso, sólo me arrepiento de la pataza que metí, si jamás me le hubiesen presentado nada de esto habría pasado, va a hacer un año que le conozco, y es de lo que más me arrepiento.
No es lo único que va a llegar a un año, el verano del dos mil doce fue muy importante para mi, ya sabréis por qué, pero lo fue.

martes, 25 de junio de 2013

Since one year.

Le echo tantísimo de menos, nuestras conversaciones nocturnas que jamás tenían fin. Recuerdo una noche, aquella noche que me dijo 'Buenas noches princesa' porque yo estaba muy triste por algo que él me había dicho. Todo el mundo apostaba porque acabaríamos juntos, pero fue todo erróneo. ¿Sabéis ese nudo en el estómago que se tiene cuando no puedes aguantar algo? Esas ganas de romper cosas, de querer matar a alguien, esas sensaciones. No sé, pero fue todo tan perfecto que nadie se dio cuenta de que podría estropearse en un segundo, con una metedura de pata. Ojalá todo volviera a ser lo que fue.

sábado, 22 de junio de 2013

veintisiete.

¿Sabéis esa sensación de estar triste cuando no le tienes cerca? Esa sensación de querer llorar, no sé si me entendéis, creo que a eso lo llaman amor. Cuando estoy con él, todo es diferente, no puedo parar de sonreír, mirarle y perderse en sus ojos, tenerle a un centímetro y decirle entre los labios un 'Te quiero' ¿Conocéis esa sensación? Creía hasta hace poco que jamás pasaría, pero aquí estoy, sentada en un sofá, intentando desahogarme un poco, entre lágrimas porque le echo de menos. Esto es así, y de aquí al fin del mundo le amo, jamás podría querer más a alguien, creedme.

viernes, 14 de junio de 2013

Like a diamond.

Noches de pensar, noches de hablar hasta las tantas, llegan ya esas noches. Llegan nuestros tres meses, donde somos libres y nadie nos dice qué hacer o como hacerlo. Ni estudiar ni deberes no agobios. Sólo verano y amigos. Noches que tienes movidas mentales por cosas del pasado y piensas: "¿Qué habría pasado si yo no le hubiera dejado marchar?" Nadie lo sabrá pero fue el destino quien decidió separarnos, si el lo ve justo, nos volverá a juntar, cosa que veo tan imposible que ni si quiera me lo planteo, hay cosas que pasan porque tienen que pasar, y ahí estoy yo, en una nube de no parar de replantearme cosas. Mi vida dio un giro increíble este año por culpa de mi inmadurez, no siguais mi mismo camino y tenes claro que queréis y a quien queréis. 

sábado, 1 de junio de 2013

Intento fallido de perfección.

La niña pequeña creció, y con todas sus consecuencias, cambió. Ya no es la misma de antes, ya no se despierta con una sonrisa y riéndose del mundo, ya no es ella, se ha convertido en una más de este negocio llamado mundo. ¿La recordáis? Su abuelo la llamaba "flor silvestre" porque nunca paraba quieta y parecía indomable. Se pasaba el día en bragas por casa y cantando, siempre sonreía a todo el mundo y desprendía amor. Cuando iba a la playa se bañaba aunque fuera en bragas, porque el mar era para ella como el aire para respirar, lo amaba más que a nada. Cuando se sentaba frente a su piano, tocaba canciones para niños y se sentía la más mayor del mundo, de eso han pasado trece años. ¿Y ahora? Ahora es todo distinto, no es como antes, ni sonríe a todo el mundo ni es la más querida por todos, pero ahí sigue, con ganas de vivir, con ganas de ser alguien importante en la vida y ser reconocida por pianista, escritora, fotógrafa o pintora. Un intento fallido de perfección, amante del rock clásico por raíces paternas, con las ideas claras y la más cabezota. Trece años después de su primera clase de piano, puede decir que han sido los mejores de su vida. Porque los músicos dominaremos el mundo, y porque es su vida. CGA.

Recuerdos imborrables.

Hay cosas que te marcan para siempre, que se quedan ahí, grabadas a fuego en tu corazón y que jamás podrán irse, siempre permanecerán en tu mente. ¿Que a qué me refiero? Lo sabéis muy bien, errores de la vida, errores del pasado, pero como dice la canción "Pasado pisado" que cutrería por favor, las cosas no se olvidan tan fácilmente. ¿Qué como se olvida? Enamorándote de alguien que te haga perder el control y te quiera de verdad, y ahora es cuando decís, "Eso no existe, Celia" eso pensaba yo, eso pensaba. Hasta que de verdad encontré a alguien que realmente me quiere por cómo soy, no por mi cuerpo, ni mi cara, ni nada. Sólo por cómo soy, eso es a lo que yo por ejemplo llamo amor de verdad, eso es amor, no un aquí te pillo aquí te follo, que debe estar muy de moda ahora entre los jóvenes de la generación de los noventa. Lo bueno se hace esperar, pero algún día llega, y cuando lo encuentras te sentirás la persona más feliz del mundo entero, ¿no me creéis? Ya me daréis la razón.