viernes, 14 de agosto de 2015

Confesiones

Me gusta estar sola.
No me gustan las personas que te guiñan un ojo nada más conocerte.
Me quedaría a vivir en una biblioteca.
Adoro andar desnuda y quedarme mirándome frente a un espejo.
Soy una drogata del té.
Podría encerrarme días en mi habitación pintando
Obligo a la gente que me acaricie la espalda para quedarme dormida.
Venecia
Toco el piano para desestresarme
soy zurda.
No me gusta la fiesta.
El negro.
Pintalabios burdeos.
Helsinki.
Schopenhauer.
Las rosas amarillas y los gatos negros.
Me gusta desayunar mirando el Cantábrico.
No soporto que entren en mi habitación
Viviría de té y pasta italiana si fuese posible.
Tengo libretas y libretas donde exprimo la última gota de sangre
en versos, claro.
Poesía.
Bukowski.
Bernard Herman y Tim Burton.
Utilizo las mesas como piano invisible
A veces como lienzo pero me obligan a borrarlo.
He roto más lápices que veces me han roto el corazón.
No pocas.
No sé abrir puertas.
Vivo dependiente a ibuprofenos
Me han sacado tanta sangre que podría donar a diez individuos a la vez.
Está sonando Korzeniowski.
Escrito en francés todo suena mejor.
Vivo con las manos manchadas de carboncillo
Soy Celia.

jueves, 6 de agosto de 2015

Bebe un trago.

Bebe un trago de su cerveza y sigue hablando.

Y pasan los días,
las horas,
los minutos
mirándole a los ojos.

Podrían sonar mil violines de fondo, un Nocturno de Chopin, un solo de Muse
podría sonar cualquier música, yo seguiría embobada escuchándole hablar.

Vuelve a beber de su vaso,
sonríe y sigue hablando.

Esta hablando sobre cómo se fabrica esa cerveza tan cara que habíamos bebido antes,
podría estar horas escuchándole callada, aprendiendo de él.
Aprendiendo del guiño de sus cejas,

Están sonando violines a la vez que escribo,

Giro a la izquierda y están las rosas,
amarillas
que me regalaste

Las muertas guardadas entre las botellas de cerveza que bebimos en Vitoria

Termina su vaso de cerveza y se levanta
se acomoda su pañuelo negro y marcha.

Me quedo sentada viendo cómo va caminando alejándose

Y de repente se gira
me mira
sonríe
y me hace un gesto para que vaya a sus brazos

siempre entre ellos

entre ti

entre tu pecho.