miércoles, 29 de enero de 2014

Perspectiva.

Frío, la mano se desplaza lentamente sosteniendo un lápiz por un papel en blanco. Traza suaves líneas rectas. 
Curioso, sentada al lado izquierdo de un banco, en su mitad ocupado. Concentrada en plasmar la imagen reflejada en sus ojos en un papel en blanco.
Demasiado frío para un intento de trazar la realidad.

La realidad, reflejada frente al calor. Realidad representada. Curioso, que a su lado se hallara un joven, provisto también de un lápiz y un papel en blanco, dibuja con la mano contraria, al lado derecho del banco. Mira hacia el papel, nunca al frente, plasmando su imaginación sobre su pequeño lienzo.

Diferente perspectiva, una en la realidad y otro en su propia realidad. ¿Qué diferencia hay? Si la realidad nadie ha dicho que sea la verdadera, que lo que veamos sea verdadero, si realmente esté ahí, si haya algo. Nadie lo ha demostrado, nadie lo ha comprobado. Lo vemos, podemos tocarlo, pero tal vez, no sea la realidad. ¿Un sueño? ¿La vida un sueño? Quien sabe, tal vez, nada exista, tal vez esto sea un sueño, tal vez ya estemos muertos y estamos recordando, nuestra mente, cada instante ya vivido? O si tan sólo fuéramos energía. Mucha disputa se encuentra sumida entre estas paredes.

El amor; conjunto de reacciones biológicas de nuestro sistema. Enamorarse tan sólo es la reacción biológica de supervivencia de tu propia especie, tu familia, perpetuar. Escogemos el más apropiado, biológicamente hablando. Pero, hay algo inexplicable en este suceso. 
Tal vez sea sólo un proceso mental, el no poder dejar de pensar en esa persona, el echarle de menos, sí, lo que comúnmente llamamos amor.
¿Y las almas gemelas? ¿Qué son? Esas parejas de personas que son idénticas en cuanto a su mente. ¿Qué ocurre ahí? Pocos la encuentran, lo que llaman media naranja, yo lo llamo alma gemela. Muchos acaban con alguien que se asemeja a ello, otros afortunados, la encuentran. Complicado. Pero cuando la ves, no te das cuenta, necesitas hablar con ella, sentirte en casa con su compañía y ahí, te das cuenta de que, el resto de tus días quieres que sea a su lado.


domingo, 26 de enero de 2014

Poeta en el infierno.

Poeta del infierno, recitas cada verso clavando una daga en cada corazón ajeno. Sientes la necesidad de expresar tus sentimientos reprimidos en las profundidades de lo que en su día pudiste llamar mundo; tu vida.
Rasgas cada cuerda de la guitarra como el canto de una sirena hipnotizando cada persona dotada aún de oídos capaces de comprender lo que tocas.
Arde, hace demasiado calor aquí abajo. Escribe con la tinta de sus venas para dar realismo a sus versos. Para sentir e dolor que en su día pudo abrasarle su último pedazo de corazón. Donde hoy, reside un agujero negro sin fondo.
Oscuridad, reina del abismo. Nuestros ojos negros, sin pupila, todo lo pueden ver. Podemos ver la maldad escondida tras una sonrisa. Aquí abajo, residimos aquellos que intentamos ser como éramos. Hasta que otro poeta manchó nuestros versos con sus zapatos llenos de odio.
Gritos, gritos ahogados y silenciosos salen de su corazón al escuchar cada palabra recitada por él mismo. Sentir cada lágrima pasada por su rostro de nuevo.
Camino de soledad, camino de rosas clavando sus espinas en las manos ensangrentadas que intentan aguantar su peso arrastrando un cuerpo inerte.
Desde aquí no se ven las estrellas, nada brilla en el cielo en oscuridad.
Se hace notar un reflejo, algo en el firmamento lejano; puedo verlo. Como una cúpula de cristal, hay dos puntos luciendo, uno frente a otro, al lado. No pueden ser dos estrellas.
Si tan sólo es un reflejo, hay algo a tu lado que está mirando ese mismo punto y está haciendo que brille. Derecha, izquierda, estás sólo. ¿Qué es?
Está alumbrando exactamente donde te encuentras. Miras al suelo, y la luz desaparece. Está alumbrando tus pies, donde mires te está iluminando el camino.
 Sales corriendo dirigiéndote a la oscuridad. Pero va desapareciendo. Tu cuerpo inerte va ascendiendo. El calor se convierte en frío, pero tu cuerpo aún sigue ardiendo.
Sigues corriendo, huyendo de la luz, tienes miedo.
De repente te paras. Hay alguien enfrente de ti. ¿Quién es? No lo sabes. No lo conoces. Pero él hace exactamente lo mismo que tú. Salir corriendo en dirección contraria a la luz.
Hasta que se dieron cuenta que esa luz, era la desprendida de los ojos del otro que iban iluminando el camino de cada uno. La luz de los ojos del otro.

sábado, 25 de enero de 2014

Espejos.

Frente a mi espejo, sentada en un banco en la noche. 
Ves a la gente pasar y piensas, ¿qué harán para ser felices? Ves algunas mujeres con tacones de aguja, vestidos de tubo negros, marcando el escote. Otros, sólo se limitan a beber en el bar que tienes en frente. 

-Eh, mira, ¿ves esa estrella que está parpadeando? 
+Sí.
-Tal vez, esté muriendo, ya habrá muerto y esté dejando de emitir la poca luz que nos llega.
+Tal vez, esté naciendo y comience a brillar cada día con más, y más fuerza.

Sentada con las piernas cruzadas, al frío de la noche y al calor de su brazo derecho. 
Tal vez, esa estrella ya desapareció, pero su brillo permanece en el cielo, aún se puede notar en la oscuridad de una noche despejada. Ya desapareció, pero aún así, se puede apreciar y eclipsa otras que sí están en vida.

Ese momento en el que piensas, ¿qué hago aquí? Y es ese momento en el que recuerdas, cómo empezó todo. Te viene a la mente ese preciso instante, ese momento, y tu mirada queda perdida, hundida en la imagen de unos focos alumbrando un escenario. 
Vuelves en ti, le miras, y no lo asimilas. No te crees que estés sentada, frente a tu espejo, mirando las estrellas. No te crees que le hayas encontrado. Y acto seguido, te da un beso.

Saber, que llegará el día, ese día de verano en que en ese mismo banco, estarás tú, con una Fender, intentando tocar algo, y a tu lado, tu pequeño artista en sombra dejando lucir sus dedos rasgando o punteando una guitarra. El día en que todos pueden salir a tocar sus instrumentos. El día de la música. El día en que los que mandan, somos nosotros. 
Saber, que las mañanas de domingo, tal vez, alguna se base en estar sentados en el suelo de un embarcadero, en algún lugar de la ribera del río de tu ciudad, con una lámina dibujando el paisaje que puedes ver a través de tus ojos. Y a tu lado, alguien dibujando con la mano contraria a la tuya, el mismo paisaje. 

Poder ser capaz de pensar en dentro de diez años como si fuera mañana, pensar ya cómo será el lugar donde durmamos cada noche, pensar cómo será todo. Ser capaz de mirarle a los ojos y notar ese escalofrío al pensar: Le voy a ver envejecer a mi lado. Algo precioso, algo increíble. 

miércoles, 22 de enero de 2014

Sueños de realidad; realidad de sueños.

Soñar es de cobardes. Cuando lo idílico se convierte en el sueño al despertar. Cuando tus ojos reaccionan al estímulo que enfrente de tu nariz, se encuentra. Cuando tu sueño va guiado de unos ojos ajenos.

Crees que bajo tus sábanas se esconde aquel mundo idílico donde te quedarías para siempre, donde tu felicidad fuera protagonista; sabemos que no existe. Que la felicidad, probablemente no exista, no tiene definición.
¿Qué es "felicidad"? Es como preguntar ¿Qué es normalidad? Para cada persona y/o individuo es distinto. No tiene una definición concreta, no se puede tocar, sólo sentir.

El rozar de sus labios pasando por el cuello, el sentir su respiración en la mejilla, el oír jadear su voz cuando falta oxígeno.
Podría embellecerlo en la magnitud que a mi me pareciera, pero no hay nada mejor que el haber sentido eso.

Eh, quieto. Respira y espera. ¿Ves qué está sucediendo? La historia se está improvisando sola, déjala correr, no hay inconveniente que haga cambiar de lectura, respira y espera.
¿Quién tituló este libro a medio pintar? ¿Quién compuso esta obra a medio escribir? ¿Quién? No sé cómo se llamaban, no sé. Pero dicen que aún se encuentran en la introducción.

Son demasiados sentimientos contenidos en tan poco cuerpo, demasiados como para ponerlos en un libro, o en toda la historia. No hay magnitud comparable.

Una historia de dos, un hombre y una mujer, dos cuerpos que pasaron a segundo plano cuando al mantener sus mentes cercas un fuerte lazo las unió sin darse cuenta. Extraño el pensar que a partir de una casualidad mal diseñada, hace ya más de un cuarto de año, estén aquí, ahora, siendo uno.
Cuando los cuerpos cómo el dualismo platónico, tan sólo son estorbos para la mente, el pensamiento, y ésta, algo divino, encuentra su gemela como dos varitas de la misma pluma, ¿cómo era? Sí, una cola de fénix. Significativo.
Cuando comienzas a saber leer la mente del otro, saber qué piensa al mirar, saber qué siente a cada instante, dirán que pierde la magia, oh no, creedlo, la gana.

¿De qué sirve, soñar pues, si lo idílico se ha convertido en eso que ocurre cuando te levantas de la cuna de tus antiguos sueños realizados hoy en día?

lunes, 20 de enero de 2014

Dancer in the dark.

Donde la oscuridad baila tangos con el Sol. Donde las lágrimas y las sonrisas mantienen relaciones a la luz de la luna. Donde por las calles suena de fondo canciones de rock  gótico, donde el negro es la luz.

Bienvenidos a un lugar donde nadie quiere llegar, pero quien viene, se queda.
Aquí no encontrarás felicidad caminando por las calles, ni amigos que se dan de la mano. No encontrarás niños jugando en un parque, ni si quiera encontrarás ni un rayo de Sol si no le acompaña la Luna.
¿Qué es esto?

Bienvenidos a mi mundo.
¿Tienes miedo? Tranquilo, estás a salvo. Tal vez no te guste la apariencia, disculpa el desorden. Al principio te costará ver entre tanta oscuridad, pero al tiempo los ojos se acostumbran y ven cosas de las que jamás se han percatado.
Los suelos están manchados de pintura que nadie limpia, ¿para qué? tiene un significado. Las paredes de los edificios llenas de pintadas con mensaje. Libertad de expresión lo llaman.
En los bares no suena música convencional, hay directos, algo poco usual. Puedes encontrarte guitarristas tocando clásicos del rock por la calle, cantando. Puedes hasta encontrarte pianistas por alguna esquina de una ciudad con su piano de pared anclado a ellas. Tranquilos, nadie lo romperá.
Hay viejas tiendas de libros por todas partes, todo el mundo va leyendo por las calles, entre tanta oscuridad sus ojos han comenzado a ver en ella.
Este es un lugar para artistas, un mundo con el que todos soñamos y nadie nos permite realizar.

Nuestros lienzos son las fachadas, nuestra inspiración sois vosotros. Nuestra música se oye por las calles, nuestras frases se reflejan en libros que todos leen. Aquí todos los artistas tienen su lugar.
Todos somos artistas. 



domingo, 19 de enero de 2014

Artista de un artista.

Como cada centímetro de esta ciudad,
apagada en cada noche de invierno,
como cuando las luces se van,
y padecemos un frío eterno.

Invierno, que asomaba en el horizonte,
a caballo, amenazando con su espada,
cabalgaba dejando helado cada paso,
flores frías y escarchadas mataba.

Al calor de unos ojos pequeños,
cuya mirada rebosaba de alegría,
mezclando los colores de un bosque,
cada centímetro de hielo derretía.

Demasiado amor en cada verso,
que vomitando te di, entristeciendo.
Pues al escribir de la tinta de mis venas,
entre tus brazos no estaba, y sin embargo,
aquí, muriendo.

Son demasiados sentimientos que,
plasmados en un pequeño papel,
cada momento sin oxígeno,
de dos corazones que un día até.

Pocos versos, para tanto sentimiento,
que reprimido en tan pequeño cuerpo,
intenta escapar de un corazón,
que resucitó, tras una eternidad muerto.

¿Quién fue el valiente suicida,
que intentó revivir dicho corazón?
Pues llamando a la puerta de éste,
lo enamoró locamente sin razón.

Quizá la solución no fuera llamar,
pues nadie abriría la puerta,
éste entró hasta la habitación,
donde se encontraba su alma muerta.

Escondido el cuerpo bajo una sábana,
escondido cada sentimiento atado,
escondido cada centímetro de su cuerpo,
que tanta pesadilla había matado.

Él, una pequeña sombra que lucía,
dejó pasar su brillo a través de su sábana,
que abrió los ojos aterrada,
pensando que de la pesadilla se trataba.

Aterrada miró por una esquina,
y pudo ver de quien se trataba,
ese chico que aquel día conoció,
y que hasta hoy está enamorada.

sábado, 18 de enero de 2014

De bar en bar, de cerveza en billar.

Asemejamos la libertad al mar, demasiado idílico. Asemejamos felicidad a aquellos seres que nadan a sus anchas por estas aguas, creemos saber que son libres, estamos equivocados.
Todo debe estar en perfecto equilibrio para sobrevivir.
Al fin y al cabo, todos debemos estar donde nos corresponde. 
Cada persona, con su estilo, con su manera de ser propia, ¿de qué le sirve navegar con otra especie de peces con hábitos distintos? Tal vez ellos coman otra cosa que el organismo de éste no tolere.
Debe alimentarse de aquello a lo que su sistema digestivo está predeterminado, con lo que quiero decir que, de qué sirve a alguien ir con un grupo de gente que no le aporta nada y es más, sus hábitos no le gustan, ¿de qué? ¿Se acaba acostumbrando, y acaba "evolucionando"? ¿O tal vez sólo un cambio de personalidad y no muestra quién es realmente? 

Sentirte en casa, la mejor sensación que puede haber. Sentirte protegido, en tu entorno.
¿Quién dijo raro? ¿Qué es lo normal, y qué es lo raro? Si al fin y al cabo, la normalidad es aquello que el individuo considera normal, quiero decir, en mi caso, para mi, lo normal es tocar el piano, soy música, lo normal en mí es hablar de ello, hablar de los instrumentos y la música, o el arte, o escritores. Para mi mejor amiga, lo normal es hablar de ciencias, hablar de matemáticas o baloncesto, porque le encanta. Para cada individuo lo normal es algo, y ¿qué debería hacer el individuo? Para mi, en mi opinión, relacionarse con gente de su mismo estilo, ¿músicos? Si eres músico, vas a un conservatorio o no, quien sabe, pero si vas, allí conoces músicos, si te gusta el arte, en exposiciones, o conciertos de rock, o pop, o tu artista favorito, conoces gente, te relacionas, es distinto. Es como debería ser, pero, no es así. 
¿Por qué? Lo llamamos sociedad capitalista, consumismo.
Nos entran los productos por los ojos, bien sea la ropa, la tecnología. Es puro instinto, está estudiado, acabamos cayendo en comprarlo por muy caro que sea creyendo que lo necesitamos.
Un día salimos de casa y, "PERO SI VAMOS CON LA MISMA ROPA" Pues claro.
Lo que vende, lo que se promociona, lo que ellos quieren que lleves, te controlan, te vigilan y encima tú les promocionas, con sus siglas en gigante como CH, Carolina Herrera, o Vans, o lo que sea. Así, acabas creando un comportamiento similar en determinadas edades. Tal que cuando sales un sábado, todos lleven la misma ropa, todas vayan igual, a los mismos sitios y haciendo lo mismo.
Tanto que al final, se crea una "normalidad" social.
No sé, no acabo de comprender lo de la sociedad capitalista, quizá me haya confundido de época, quien sabe. 
¿Y lo que no se promociona?  Se entiende que no es bueno, ¿no? Me da pena que se crea así.
Vivimos como burros, nos van dando latigazos con una fusta y encima corremos más, deberíamos pararnos y tirar al jinete que camina sobre nosotros. Llámalo como decía Kant, tutor. Llámalo como quieras, yo lo llamo gobierno.  

jueves, 16 de enero de 2014

Till the world ends.

Y que las noches sin tenerle rodeando mi torso se conviertan en tortura. ¿Y si le pierdo? ¿Y e día que ocurra? Vivo con miedo a pensar eso, y cuando se pasa por mi mente las lágrimas nacen y se suicidan por mis pómulos.
No sabes lo que es estar enamorado hasta que no te das cuenta de que cuando piensas en un futuro te le imaginas a él sentado en un sillón con una preciosa niña en su regazo, leyendo y con una sonrisa en su rostro.
Las noches antes de dormir, pensar en él y de repente que te venga una imagen de dos ancianos abrazados, uno junto a otro, les queda poco tiempo juntos, uno de los dos se irá y, comienzas a llorar.
Le miro y digo: ¿Él? Sí, él. Quien estuvo ahí desde el primer instante, algo que nos unió y algo que está ahí, atado, fuertemente.
Hay fotos que antes no me impactaban, una, de un anciano mirando una foto de su mujer fallecida, antes eso no me afectaba tanto, me entristecía sólo. Ahora, lloro, imagino que es él, o yo quien mira esa foto, y no puedo soportarlo, es imposible escribir esto sin llorar.
Cuando te preocupas más de él que de ti misma. Cuando estás pensando en su bienestar todo el rato.
No sé, lo único que quiero es su sonrisa dibujada.
Algo que según dicen, es muy complicado, no sé, yo la he visto muchísimas veces.

Sólo sé que lo único que importa aquí es él, y yo paso a un segundo plano.
Sólo sé, que no puedo pensar en ese final. Un para siempre se queda corto para tanto amor reunido.

domingo, 12 de enero de 2014

Carta de despedida.

Siento que esto se ha acabado, siento que ya no hay más entre nosotros dos. Tu compañía me ha ayudado a saber quién soy durante tanto tiempo, pero no a saber si valgo o no. Estar a tu lado cada día, cada instante sentirte cerca, saber que estás al otro lado de la cama aunque no te pueda ver. 
Me enseñaste a comenzar a valorar quién y quién no vale la pena, en la lejanía de no estar entre ellos. 
Me enseñaste a valorar mi gusto por la música, la pintura y el escribir. Gracias a estar ahí en cada momento, vigilando. 
Estar a tu lado me ha dado tiempo para pensar, para emparanoiarme con toda clase de temas, aunque no me gustara, ha hecho que crezca como persona para pensar por mi misma. 
En ocasiones, me ha gustado estar en tu presencia, pues a gusto me sentía, hasta que pasábamos mucho tiempo juntos y mi mente comenzaba a pensar por sí sola. 

Cuando leas esto, no habrá marcha atrás, todo habrá acabado y espero que no vuelvas a aparecer entre las paredes de mi habitación o esperando a que me duerma mientras hablo contigo. 
No niego que me gustó estar contigo, pero tanto tiempo acaba cansando, acabas sintiéndote mal y, lo siento.
Espero que algún día lo entiendas y quien sabe, algún día volvamos a estar juntos, aunque espero que no ocurra.
Lo siento, hasta siempre, soledad.

Al lateral de un piano.

Sentada cerca del lateral de un piano, viendo cómo alguien lo hace sonar. Sus ojos se clavan en su reflejo en el negro brillante de éste, se dejan camuflar en su brillo.
Algo reluce en su cuello, en forma de triángulo. El reflejo de la plata en el brillo del color del piano. Se mira el cuello y ve, un pequeño colgante, con una inscripción en él, sonríe.

A veces, las pequeñas cosas son las más importantes. Las que marcan la diferencia, las que distinguen quién y quién no vale la pena. 
¿Quién quiere todo el oro del mundo, si quien tiene a su lado vale más que toda la riqueza junta existente?

Muchos, decís que habéis estado enamorados, y que ya no. Eso no se le puede llamar amor, el amor jamás se olvida, el verdadero amor, ese de que tanto hablan y nosotros desconocemos, probablemente.
El amor a primera vista tan sólo es un conjunto de reacciones de nuestro sistema biológico, defensas y demás, determinan cómo es el individuo del sexo opuesto y si es compatible te atrae, pero no te enamoras. ¿Y si el verdadero amor existiese para aquellas personas que están tan unidas que podrían ser gemelos? Quiero decir, esas personas tan extremadamente unidas que incluso piensan lo mismo a la vez, ese es el amor verdadero, yo creo.



lunes, 6 de enero de 2014

Hello, my name is...

Metro casi sesenta, ojos negros cual diamantes en bruto, grandes, ¿impactantes? no para muchos. Cabello castaño a la altura de los hombros. Sonrisa imperfecta, colmillos similares a Drácula, gracioso.
No muy de personas, tal vez sólo de una, muy de una.
Quizá pocas veces, la veas sonreír o aparentemente feliz, lo es. No os fiéis de las apariencias.
No la verás muchas veces arreglada, siempre con los ojos negros y las mejillas sonrosadas.
Unas botas militares y una camisa de cuadros roja. Sí.
Podrías encontrarla en un bar, leyendo cualquier autor de poemas, psicología o filosofía. Dicen que no lee cosas usuales para su edad. Tal vez lleven la razón.
Pocas veces la verás en una discoteca. Siempre un Viernes o un Sábado jugando al billar, acompañada.
Cuando no la encuentres en ningún lugar de los mencionados, tranquilo, estará en su casa tocando el piano hasta altas horas de la noche, cuando no se le permita tocar más y entonces, sólo entonces, marchará a escribir a su habitación o a leer un rato versos de distintos autores.
No se le dan bien las asignaturas en relación a las ciencias, pero las de arte, dicen que una artista reside en su pequeño cuerpo, ¿será cierto? Yo no la conozco, no puedo judgar a semejante mujer.
Dicen que es muy borde, que nunca esbozará una sonrisa y que nada más mirarte puede analizar cada mirada, cada mueca sabiendo al momento cómo eres. De ahí, que tenga pocos amigos, sólo los que valen de verdad y en sus ojos puede ver la bondad.
Pintar, para ella un desahogo en el sombrío día a día. En pintar, una sonrisa nace de sus labios y pone todas sus dotes para poder recrear una imagen en un lienzo.
Rock, como medicina a cada mal del día, siempre con su iPod a cuestas, siempre con sus cascos y la música al tope del volumen.
Quizá, parezca interesante conocerla, no os engañéis, no perdáis el tiempo.

Musa de un artista.

Los corazones entran en calor,
al roce de un torso desnudo.
Comienzan a arder,
iluminando el mundo.

La oscuridad penetra en la habitación,
oscura, como en su comienzo,
arde la estancia donde parecía,
que toda la pasión estaba volviendo.

Podría escribir mil veces este relato,
pues en mi corazón, todavía recuerdo,
podría contar cada peca de tu espalda,
cada respiración, parecía un estruendo.

Embellecer versos, profesión de poetas.
Mi deber es sacar una sonrisa,
a mi artista, que aún en la distancia,
su aliento en mi cuello, como una brisa.

Miércoles, bonito día de la semana,
besos bajo la luz de la luna,
sus labios en mi cuello, en mi boca,
el rozar su espalda desnuda.

domingo, 5 de enero de 2014

Trasplante.

Tal vez, mi único problema sea el miedo.
Miedo a las personas. Pocas personas he conocido que sean buenas, quizá una o dos.
Vivo bajo las sábanas de mi cama, escondiendo en ellas los monstruos que habitan donde en su día, un corazón latiendo estuvo.
No tengo mucho que ofrecer, pues corazón no existe en mi cuerpo y mi mente no se ajusta del todo a la época actual.
No tengo muchos amigos, se han ido alejando. En cierta manera lo agradezco, menos probabilidad de que una lágrima mía se suicide arrojándose por mi cuerpo desde su ventana, mis ojos.
Disculpad mi manera de ser, sé que no es la de antes. Lo he notado hasta yo. Pero la culpa no reside en mi, si no en quien arrancó a sangre fría un pequeño corazón que había en mi pecho.
Ese hecho hizo que en el mundo en que aún vivo no me sintiera segura, y cierto es. No me siento "en casa" no es un lugar seguro.
Hay demasiada maldad aquí, demasiado odio, envidia, rencor. No es un lugar donde ser feliz. Qué suerte tenéis los que aún así, tenéis una felicidad plena, os envidio.

Hasta hace poco, de vez en cuando intentaba esbozar una pequeña sonrisa, no de mucho gusto para los demás, pues alguna vacilada ha salido de bocas ajenas acerca de mi sonrisa. Pero qué importancia tiene eso en un momento como este.
Hace poco, conocí un individuo de gran corazón, de gran mentalidad y que carecía de odio, maldad y rencor. Una persona de verdad.
Algo comenzó a nacer en mi interior. Estómago, pensé. A lo que suelen llamar mariposas. ¿Algo vivo en mi interior? Qué novedad, decía yo.
La verdad, ni mariposas, ni ningún animal dotado de alas revoloteaba en mi interior.
¿Qué era? Alguien me había dado un trozo de corazón y lo había posado en el hueco donde en su día, el mío residió.
No estaba el corazón al completo, tan sólo la mitad. Pero curiosamente, mi cuerpo lo aceptó, pude seguir viviendo. Y me preguntaba, ¿la otra mitad? A los pocos días obtuve respuesta.
Desde hace casi cuatro meses tengo su corazón en el lugar del mío, él tiene la otra mitad.

Decir, que somos uno. La unidad, y en soledad compartida. No, no tengo a nadie al otro lado de mi cuerpo agarrándome la mano derecha que libre queda. Pero él me dio esa mano y una cúpula surgió, dejando el mundo fuera y nuestro, su corazón dentro.

sábado, 4 de enero de 2014

Hogar, dulce bar.

Perdóname, pero no me siento segura con tantos ojos mirándome con desprecio. No me siento acogida si al tirar con un palo a una bola en una mesa verde, decenas de ojos observan para reírse si mi zurda mano falla. No me siento "en casa" como antes. Quizá, será porque no me he visto en situaciones similares donde debo sacar mi voluntad por sentirme bien, tal vez sólo necesitaba una jarra de cerveza.

"Eh, céntrate en la bola y en la música" 

He asistido a conciertos, como pianista. Mis nervios comienzan antes de posar las manos en las teclas, acto seguido me siento acogida por ellas y puedo mirar al público sin miedo, puedo buscar las miradas, que por mucho odio que encuentre en ellas, estoy segura, en casa. 

Suena Extremoduro de fondo, no conozco la canción, pero sí puedo tararearla. Se oyen conversaciones de fondo, un camarero que se ríe de mi "gran habilidad" para jugar al billar. "Eh, que has mejorado este año" Dice, me echo a reír. Razón lleva la verdad, soy jodidamente mala, ¿y qué? ¿A caso estoy ahí en una competición? Vengo a escuchar la buena música, pasármelo bien un rato un Sábado noche, con mis pintas y una jarra de cerveza, siempre en buenísima compañía.
Comienza a llegar gente. Mi mal carácter comienza a salir, un par de soplapollas comienzan a enervarme. Y qué, todo el mundo me enerva, vivo enervada y la mayoría de personas me caen mal. Pero, bah, que digan lo que quieran, no los conozco.
Posan un euro en la mesa de billar, les toca la siguiente partida. 
Terminamos de jugar, cogemos la jarra y nos sentamos a hablar. De repente, aun con mi mala vista sin gafas, reconozco una figura entre la oscuridad proporcionada por la iluminación de las paredes del bar. El corazón se me acelera y mi rostro blanco agacha la cabeza y mi mente no sabe dónde meterse. 
Quería irme, <<MIERDA>> Pienso, tocaba jugar la próxima partida, había puesto otro euro sobre la mesa.  Comienza el juego, saca él, intento no mirar pero mis ojos tentados por la mente hacen girar mi rostro hacia él. De pronto dos mujeres surgen entre la oscuridad de allí. Vaya pintas, qué pintan aquí, cual verduleras en el mercado del pueblo.
Comienzan todos a fijar la mirada en la partida. Mi mano tiembla, no sujeta el palo, fallo todas. Le ruego que terminemos pronto y podamos marchar, asiente y sonríe, me da un beso y seguimos jugando.
Termina la partida, mi mirada se nubla y salimos del bar. 

Dije que comienzo y mediados de dos mil trece fue el peor año de mi vida, lo mantengo. Una luz ha iluminado tanta oscuridad, la luz sigue vigente, seguirá, lo sé. Perdóname, tal vez sólo necesitaba una cerveza y un poco de valor. 
Lo siento.

viernes, 3 de enero de 2014

Números.

"La naturaleza está escrita por caracteres matemáticos" -Pitágoras-

Números, la esencia de todas las cosas. ¿Y si nuestra vida, estuviera conectada por números? ¿Y si tan sólo fuéramos el resultado de una serie de números?
En ese caso, ¿podría haber dos series de números con los dígitos en un orden igual? No completamente, seríamos gemelos, claro pero, ¿podría?

Es algo muy complejo verlo desde este punto de vista. ¿Nunca os ha ocurrido que coincidáis exageradamente con una persona, no sólo en gustos, si no, en casi todo?

Comienzo a replantearme, que realmente, la vida sea un conjunto de ecuaciones matemáticas ya calculadas anteriormente. Sé, que la naturaleza son matemáticas, sí. Por ejemplo, la espiral de la concha de un caracol. Cuya ecuación no recuerdo pero tenía que ver con los logaritmos.

A lo mejor, es a lo que la gente se refiere por "almas gemelas" Esas personas, cuyas vidas están conectadas.
Pero ahora viene la pregunta. ¿Las "almas gemelas" están destinadas a conocerse? El destino sabe muy bien como hacerlo, sí. Pero las personas, a veces somos tan tontas de no ver con los ojos, si no con las hormonas. ¿Ver con el corazón? Ojalá.  El corazón, al igual que los cinco sentidos, nunca se confunde.

Tal vez, el destino no sea tan malo como lo pintan, tal vez, sólo nos quiera ayudar a vivir felices, pero llegar a la felicidad, no implica andar por un camino de rosas mientras tanto, o sí. Las rosas, por muy bellas que son, tienen espinas, se te clavan al andar y te impiden continuar, te sangran los pies, pero, ¿el resultado final? Es lo que vale la pena, ¿no?

Lo bueno se hace esperar, y siempre llega. De verdad.

No sé vosotros, pero, es tan extraño tener una persona a tu lado que su vida es tan similar a la tuya, es extraño y a la vez perfecto.

¿Creer en las coincidencias o ir más allá de ellas?

jueves, 2 de enero de 2014

Por amor al arte.

Y por amor al arte, la sonrisa es siempre lo importante.
¿Qué precio ha de tener si no? Por amor al arte.

-¿Eres artista?
+Simplemente interpreto lo que veo sobre un lienzo, un papel o sobre las teclas de un piano.

Artista, experto en manchar lienzos con sus dedos y un pincel. Podría pasarme las horas mirando cómo su brazo traza en el aire los dibujos que sobre su papel realiza un lapicero de grafito.
Sentimientos plasmados en blanco y negro. Sentada en un sillón, observando cómo evoluciona un lienzo blanco, a tener matices en tonos negros, hasta dar con una figura conocida.

Pasar de ser musa de un artista a ser la artista de quien soy musa. Pasar de limitar a observarle a ser él mi lienzo. Donde los pinceles son mis dedos y el lienzo su espalda.

No voy a representar ningún cuadro visible en ella, simplemente plasmar los sentimientos que sobre una cama dejan salir a la luz.
-¿Qué luz? La oscuridad ha invadido los fríos días de Invierno.
+La luz que sus ojos y corazón desprenden, una luz que no muchos ven, a mi me dejó ciega cuando su mirada cabizbaja miraba a un móvil, Verano.

Quizá la época más fría del año no sea Invierno, sino Verano.

¿Qué más da cual sea? Si su corazón a parte de alumbrar calienta.
¿Qué más da el pasado? Si el futuro sé que será a tu lado
Locura de una musa suicida que espera ser la artista de quien lee esto.