lunes, 27 de abril de 2015

Ebrios el uno del otro.

No me preguntes qué fuimos, ni qué somos
Ni cuántas veces he hablado por la noche sobre el color
de tus pupilas.

Venía a decirte,
que son las dos de la mañana
ebrios el uno del otro
tirados en una cama desconocida.

que mañana al despertar no estarás al otro lado,
ni yo desnuda entre sábanas
que sonará el despertador;
son las siete de la mañana

el café seguirá estando azucarado,
seguiré escuchando la palabra PAU siete veces por día,
gastaré veinte hojas en apuntes,
en vez de en dibujos de tu rostro.

Que ni tú estarás esperándome desnudo en una cama con vistas a Venezia,
ni yo llevaré tu camisa de cuadros desabrochada,
que seguirás tan guapo como siempre
tan guapo en cada canción
con tu inicial.

Y yo seguiré siendo un perfume más entre tantos,
uno que olía a primavera,
a verano
a las veces que te vi reírte cuando te rozaba el costado.

sábado, 25 de abril de 2015

Era el único que me hacía vomitar mariposas.

Él era el único que me llamaba por mi nombre
y hacía que sonase bonito.
Una época que llevó su nombre, como cada época de nuestra vida.
Como cada parte del cuerpo que él rozó, con sus iniciales.

Ojalá no conocerte, volver a presentarte
y acabar desnudando tu mente, como entonces.
No reconocer tu olor en cada rincón de Valladolid,
volver a sentir de nuevo a qué huele una persona
nueva en tu vida.

Era guapo, desnudo de toda retórica,
era guapo vestido con su mejor camisa y americana.
Hasta era guapo en cada canción que decía "corazón"

Habrá canciones mejores.
con una melodía más bonita.
pero ninguna llevará tus letras.

Maldito seas,
hiciste de mi caos un caos más bonito
desordenado
me haces escupir mariposas
flores
y todas esas cosas que se dicen los novios
que nunca te dije.

Y te digo ahora, qué bien, como decía Izal,
qué bien.

y te digo ahora, intenta irte,
vete,
pero al volver, regresa sin ropa.

miércoles, 22 de abril de 2015

Para cuando estés.

Quizá debería reservarme más te quieros para mañana.
Para cuando te despiertes en el otro lado de la cama.

Quizá debería esperarme a sonreír
cuando estés delante,
cuando me mires a los ojos y me digas lo guapo que estás en el reflejo de mi iris.

Debería guardarme el ser feliz para cuando estoy contigo
cayéndome entre las olas
llevándose cualquier pequeño resto de infelicidad.
ahogando mi risa entre la sal.

Pero
muchas veces
olvido el pequeño (gran) detalle,
que estás siempre.

En cada canción,
entre mis sábanas, en las entradas de conciertos
en las paredes, las marcas de tus manos,
el olor de mi habitación.
en mi corazón.

Siempre presente.
Siempre.

Quizá debería aguantarme la felicidad para cuando estés a mi lado.
Y ser feliz todos los días.
Cada segundo.

viernes, 10 de abril de 2015

X

Los días y las horas
entre tus pies.
Entre tus cejas.
Como las balas que te traspasan las ideas.

Y siguen buscando
de cama en cama,
la forma donde encajar
su cuerpo desnudo entrelazando piernas.

En quince paradas del metro de Madrid,
seis buses de Santander
aún siguen tus marcas
donde dejaste caer tu alma a los pies.

Donde dejaste tu inicial
donde la acompañante es la mía.

Íbamos dejando X
por cada calle donde nos besábamos.
Donde me agarrabas la mano
o me hacías girar sobre mi eje.

Donde te paraba y te abrazaba
donde discutíamos sobre el nombre de una canción
donde me enseñabas un nuevo libro.

Donde solamente me decías que me querías.
Como hoy,
ayer,
mañana.