miércoles, 23 de octubre de 2013

¿Casualidad o destino?

Luces tenues, ambiente de rock and roll, un piano a la entrada del bar. Entra una mujer con cabello moreno recogido en una despeinada trenza, ojos verdes destacaban en su rostro por el maquillaje negro que los cubría. Vestía unas botas militares, unos pantalones cortos con medias algo rasgadas por un lateral de la pierna izquierda y una blusa verde botella.
Se quitó los cascos de los oídos y guardó lo que parecía ser un iPod a su mochila con una cruz invertida. Se encontraba en el recibidor del bar, para llegar a la barra había que bajar unos cuantos escalones, cuatro o cinco, antes de ello había un piano, a juzgar por su aspecto, era antiguo, tal vez un Steinway. Se fijó en él, se acercó y pasó la palma de la mano por la tapa del piano, sonrió.
Bajó las escaleras y se sentó en la barra, en un lateral, pidió una cerveza. No parecía que esperara a nadie.
Se quedó mirando su teléfono móvil mientras esperaba a que el camarero le sirviera su bebida. No tenía nada, podría ser porque la cobertura en aquel establecimiento no llegaba.
Sonaba una canción, ella no le prestó atención hasta que notó que la introducción duraba demasiado. <<¿Metallica?>> Se preguntó. Tal vez, sí. Un tenue sonido a la introducción a Unforgiven III, una canción que le gustaba bastante, sonrió de nuevo.
El camarero le sirvió la cerveza en una copa redondeada pequeña y le dedicó una sonrisa, ella se la devolvió con un sexy levantamiento de su ceja izquierda.
El bar no parecía muy lleno, un par de parejas al fondo de las mesas, una mujer que se dedicaba a disfrutar un rato de la música, simplemente por los gestos de los dedos encima de su cadera haciendo los punteos de la guitarra. Giró su cabeza para volver la vista a su copa de cerveza cuando vio un chico, estaba solo, sentado en una mesa, leyendo un libro. Sin ninguna razón aparente se quedó atónita mirando, con mucha curiosidad por qué libro sería. El chico, levantó los ojos de su lectura a la luz de una pequeña bombilla que había encima de su mesa, y se fijó en la chica, éste le sonrió y levantó su copa de cerveza hacia ella y después bebió, volvió a sonreír y volvió a su lectura.
La chica, de apariencia entre dieciocho y diecinueve años, terminó su cerveza y se quedó unos minutos mirando la copa, tenía vergüenza de volver a girar el rostro hacia el chico nuevamente, le apetecía sentarse a su lado y charlar un poco con él, tal vez a lo mejor sólo había sido una buena sensación, pero sin razón aparente sentía la necesidad de conocerle.
Pasaron dos o tres minutos hasta que la chica de melena trenzada se decidió a girar su cuerpo hacia la mesa del chico, cuando se dio cuenta de que él se había ido. Su mesa estaba vacía, pero había un papel escrito encima de ésta, pagó y se bajó de la banqueta de la barra, avanzó hasta la mesa donde anteriormente aquel joven había estado disfrutando un tiempo de una lectura y leyó la nota:
"El libro se llama "Conspiración Mozart" a juzgar por tus apariencias parecías música, tal vez te gustará. Tal vez nos veamos por aquí algún día"
La chica al terminar de leerlo cogió la nota y salió del bar con una sonrisa de medio lado, pensando en aquel chico, ¿se le volvería a encontrar? ¿Casualidad o destino?

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