miércoles, 30 de octubre de 2013

Tiempo pasa, lazos rotos.

Pasan los años, las cosas van cambiando, y te das cuenta. ¿Quién estuvo ahí en todo momento? Siento puntillosos, nadie. El peor momento de una vida, ese momento que dices "Hasta aquí he llegado, tiro todo y adiós" ese momento, donde muchos, con suerte, tienen alguien a su lado. Yo, lo pasé, lo sufrí y salí sola. Tiene muchísimo más mérito, ver cómo te miran, como sabes que lo saben ellos, se ríen, te miran mal, sabes qué piensan de ti. Y tú con cabeza alta pasas delante de ellos y sueltas un "¿Qué coño miras gilipollas?" Ellos se callan, se miran entre ellos y se ríen.
Piensas que sí, que tienes a alguien, aunque sea una persona. Siendo francos no hubo nadie. ¿Y qué? Sí, puede que afecten estas cosas, pero mirándolo fríamente, ¿qué quieres, que estén aquellos que luego te van a dar la puñalada? Bah.
Mil problemas has tenido y ¿quién te ha defendido? Nadie. Y luego se quejan de que no estás ahí cuando las pasan putas. ¿En serio? Demasiado es que soy neutra y no voy en contra tuyo. En fin.
Son momentos de rabia que dices, estoy harta y quiero mandar todo a la mierda.
Tras la tormenta tiempos de calma llegan. Y además, son dos años. Tras eso cada uno por su lado y a vivir vida de adultos.
Muchas veces pienso, ojalá llegue ya ese día, pero sé que llegará el día de la graduación y todos volveremos a ser uno. Y tras eso, cuando veamos que todo se acaba, todo volverá a ser como antes, pero será tarde, los caminos se separan y las vidas se alejan. ¿Nos acordaremos los unos de los otros en veinte años? Yo sé, que jamás olvidaré a nadie, la pregunta es ¿alguien me recordará con la suficiente nitidez como para decir: sí, yo fui su mejor amiga?

martes, 29 de octubre de 2013

Carta censurada.

Y si tuviera tan sólo tiempo para escribir una última carta en mi vida. ¿Qué pondría?
¿Por dónde empezaría?

Tan sólo fui un verso blanco en un poema que acabó demasiado rápido. Proceso de acción demasiado lento. ¿Qué más dará quien fui si tras esto nadie lo recordará? ¿O tal vez sí? Muchos decían que "soñaba demasiado" cuando decía que quería cambiar el mundo.
Tan sólo fui una más.

¿Y si no fui una más? ¿Y si logré aquello que muchos anhelan y yo deseaba con todas mis fuerzas?

A lo mejor fui para algunos un modelo a seguir, a lo mejor para otros un enemigo a quien eliminar, para muchos alguien importante, para otros alguien a quien se le fue la pinza.
¿Qué harán ahora que toca despedirse hacia el final? ¿Qué ocurrirá si por miedo a como decía Kant, la mayoría de edad, regresan a ser quien no deben? Mi trabajo aquí finaliza y aquí comienza el vuestro, iniciado lo dejo, finalizadlo vosotros.

Muchas maneras de comenzar una carta de despedida, pero. ¿Y si comienzo por mi nombre y apellidos? ¿Y si nadie lo lee? ¿Y si no hay nadie al otro lado que riegue las flores marchitas de mi tumba? Dudo de ello, hay alguien. Puedo sentirle cada vez que un recuerdo me viene a mi mente o le miro a los ojos.
Sinceramente, no sé cómo comenzaría a escribir dicha carta. Pero sí como la terminaría.

Preferí morir por ser distinta e ir a contracorriente de esta puta sociedad, a ser una más de vuestra secta.

¿Clones? ¿Gemelos?

Cuando dejas de mirar las cosas por cómo son aparentemente. Cuando comienzas a mirar su significado.
Tan sólo somos dos versos blancos en vuestros poemas, no encajamos. ¿Y si dos versos blancos rimaran sin que su sonido a partir del tono de voz fuera el mismo? ¿Y si fueran significados idénticos sin tener que ver las palabras? Seguirían siendo versos libres pero juntos formando un significado en el poema.
¿Y si el silencio fuera quien más hablara en nuestras vidas? ¿Y si una obra musical tratara del silencio? ¿Quién a oiría? Quien sabe interpretarlo. Suena irónico, algo que no rima que concuerde, algo que no suena que hable. Es distinto, no imposible, es raro.
Una vez, Bernard Hermann compuso para una película un pequeño tema, para la banda sonora. Trataba de dos acordes, opuestos, que al sonar simultáneamente daba la sensación de no saber dónde estabas. Si oyes eso sin la película, sinceramente, no os gustaría. Pero, si lo oyes a la vez que la escena transcurre, sí os gustaría. Alguien puede ser distinto, extraño, pero siempre se complementa con otra persona que le completa. Nadie está solo, siempre habrá alguien a su lado.

Os reís de quien es diferente a vosotros. ¿Pero os habéis mirado? Si parecéis salidos de la misma fábrica. ¿Madre universal? ¿Gemelos? ¿Clones? ¿Sois humanos o pertenecéis a alguna clase de secta de la moda? Luego os dais cuenta de quien es distinto también tiene su punto y lo intentáis imitar, pero la diferencia es, que ellos seguirán siendo ellos mismos, y vosotros tan sólo un intento barato de plagio. Que quien es diferente, quien es original siempre gustará más.
Ahora diréis. ¿Qué hay de bueno en ser distinto y no como los demás? Nadie se fija. ¿Nadie? Os equivocáis. Quien realmente merece la pena, no intenta imitar a los demás por intentar ser algo que no es.
¿Y si probamos a ser un día, tan sólo un día, nosotros mismos? Sin máscaras que nos tapen nuestra propia personalidad. Yo soy de los pocos que creen que cada persona tiene su personalidad, algunos la llevan en la frente, otros la tapan por "vergüenza" algo que jamás comprenderé.
Me gustaría que cada uno fuese original, sacando su verdadero encanto, si no, tan sólo os estaréis engañando a vosotros mismos, intentando gustar a quien os gusta aparentemente, pero luego os dais cuenta de que no es como vosotros, porque vosotros no sois como ellos.

Ahora decidme, ¿vale la pena que seáis todos iguales?

lunes, 28 de octubre de 2013

"Gracias por todo mi amor"

Pasan las horas como si de segundos se tratase. Pasa el tiempo y me limito a mirar su sonrisa.
Es una sonrisa entre las demás pero la única que brilla con luz propia, metáfora de su corazón.
Mirarle a los ojos, tapados por un flequillo marrón, decirle un "te quiero" a un centímetro, qué comercial, ¿no? ¿Y quién ha dicho que no sea bonito?
Sentados en unas escaleras, en nuestro escalón. Mirándonos el uno al otro, sonriendo. ¿Para qué más? No es lo típico, no es "normal"
Su sonrisa, sus ojos, su luz entre la oscuridad. Vestido de negro alumbrando la calle.
No voy a escribir un parrafón contando cada cosa buena de él, sería la historia interminable, no tendría fin. Es simplemente superior, un "dios" él. El mejor. Eh, y gracias.

domingo, 27 de octubre de 2013

Sentimientos rasgados.

En la tormenta gritaba como un trueno, asustaba como un rayo. Perdida en un infinito sin nombre, podías sentir la humedad de sus lágrimas. ¿Quién era? Vestida de negro, labios carmín. Alma perfectamente cerrada, negra. Para ver la luz necesitas grietas, necesidad de rasgarle el alma. Rasgarle el corazón. Cuanto más dolor, más se cerraban sus paredes, más oscuridad, más odio. Cicatrices en el alma, sonrisa superficial, historia sin esperanza, abismos interminables.
Intentaba escribir a la vida, mientras en cada verso iba muriendo lentamente. Su literatura, su música, su pintura la pudrían el alma de una forma hermosísima. ¿Quién se iba a fijar en una bestia?
Escribía sus sentimientos en una pared blanca con tinta de su propia sangre, con lágrimas palpables. Con lágrimas de rabia. No escribía lo que ellos ya sabían, no sabían lo que ella escribía.
Música satánica, gritos suplicando ir al infierno, invocando a satán. Gestos de rock, canciones de sexo de estrellas. Calor, sudor. Ambientazo. Ahí era feliz, se dibujó una sonrisa en sus ojos, brillaban.
Afónica, tan sólo veía sombras, un escenario con símbolos satánicos en una batería, con un guitarrista que las miraba. Terminó. ¿Un simple adiós?
Las casualidades no existen. Pronto alguien la rasgó el corazón. Alguien la hizo ver que de los errores se aprende. Una casualidad mal diseñada que consiguió que entre las grietas de su corazón penetrara un poco de luz.
Alguien se estaba encargando de pintar con dulces pinceladas las estrellas de su oscuridad. Ella tenía miedo de verse reflejada en la sonrisa de sus ojos. Él la acariciaba la piel con sus versos, tan suya como cada letra que éste escribía.
Todas iban en busca del amor, a ella le atrapó y le trasladó al infierno, ardiente. Llovía, la lluvia repetía su nombre, su corazón de hielo se comenzó a derretir, las grietas le estaban matando, el hielo se rompió en dieciocho cachos que cayeron al suelo, lágrimas de dolor, lágrimas de felicidad. Podía ver la luz del camino que antes llevaba a ciegas.
A veces, tan sólo somos la pieza final del rompecabezas de otra persona.
Me gusta despertarme cada mañana sabiendo que mi sueño no ha acabado, que se perpetúa las veinticuatro horas del día.
Sus besos se adueñaron del tiempo, él escribía su historia con lágrimas de sangre, ella rasgaba sus venas para pintar en un lienzo de una pared. Ahora ella pinta con sus lágrimas y él escribe con su sangre, la misma historia, la historia que jamás finalizará.

Silencio.

Del silencio aprendí que puede ser el mayor de tus gritos ahogados. Del silencio aprendí que puedo leer sus ojos al sonreír.
En el silencio nacen los mejores versos. Deja tu mente fluir, se crea una suave banda sonora mientras piensas cada palabra exacta.
Hay que saber quién escucha tus silencios y quién se limita a tus palabras.
Porque pocos se fijan en lo que no destaca. Creen que no existe, pero está ahí.
Sus sentimientos no se muestran en su sonrisa, se dejan ver en sus silencios, en el brillo de sus ojos.
Silencio; a veces tu mejor aliado, a veces te delata a quien realmente te conoce.
Utilizamos metáforas para embellecer un texto, utilizamos la música para embellecer una escena. ¿Qué embellece la música? ¿Su propio sonido? Sus momentos de silencio.
Silencio, antes de comenzar a tocar, símbolo de espera, símbolo de comienzo.
Silencio entre pasaje y pasaje ¿Qué significa? Tal vez un sentimiento, tal vez una pausa, sin más.

Tal vez el silencio sea el sonido incomprendido de la vida, no le dejan mostrar al mundo qué siente. Tal vez sea una metáfora, refiriéndose a una palabra censurada.
Puede significar todo y nada a la vez.
Las letras acarician la piel de quien sabe escribirlas, la música atrae a quien sabe escucharla, el arte transmite a quien sabe sentirlo.  ¿El silencio? El silencio es todo para quien sabe escucharlo.

Irónico, escuchar al silencio.

sábado, 26 de octubre de 2013

Happiness.

Sentada, libro en mano y con el rostro hacia el fuego de la chimenea, iluminando la habitación.
Se oye una tenue melodía proveniente de algún lugar de aquella gran casa. Intenta averiguarla.
La melodía prosigue y forma una música de fondo que se oye mientras ella sigue leyendo a la luz del fuego.
La melodía finaliza y un silencio invade hasta los más oscuros rincones del lugar.
Un frío estremecedor le surge en la parte trasera del cuello, como un dulce soplo que hace poner la piel de gallina.
Dos brazos se entrelazan alrededor de su torso y unos labios besan el lateral de su cuello. Ella sonríe y cierra su libro. Tan sólo hay silencio. Gira su rostro y sus labios se encuentran y se funden en un largo y a la vez efímero beso.
Finaliza, sonríen, y entrelazan su mano, ella se levanta y salen de la sala iluminada por el fuego de la chimenea.
Entran en una habitación a oscuras, él enciende la luz y abraza por detrás a la chica, andando hacia lo que parecía un piano tapado por una sábana, completamente. Él lo destapa y la invita a sentarse. Destapa el piano y puede ver cada una de las teclas impecables y arrastra sus dedos suavemente por todas ellas. Se dispone a tocar. Él se limita a mirarle a los ojos mientras sus dedos tocan apasionadamente una obra, conocida, por los dos.

Para mí, eso lo llamo felicidad, ¿para él?
¿Y para vosotros? ¿A qué llamáis felicidad?

Desapercibida entre la multitud.

Encerrada en sus pensamientos, no oye el exterior porque la música está demasiado alta.
Llueve en su interior, pero, ¿quién ha dicho que la lluvia sea mala?
Sueña con marchar de donde se encuentra. Sueña con dormir mirando la luna desde su ventana.
No muchos la consiguen entender, tampoco ha intentado mostrar qué piensa a los demás, por miedo.
Muchos la envidian por la vida que lleva, por su vida exterior. No deberían hacer eso.
La tachan de "intentar ser algo" cuando ella ya sabe qué es, y qué quiere ser.
Su voz no se oye entre las demás, su rostro no destaca entre la multitud.
La vida, su vida, eso que transcurre mientras mancha un lienzo con sus pinceles.
Eso que pasa mientras toca su propia banda sonora que pondrá música a su biografía.
Eso que pasa mientras escribe encerrada en su habitación escuchando My inmortal.
Tal vez nació en la época equivocada, tal vez no encaja demasiado bien aquí.
Dicen que es diferente, pero sólo lo dicen quien realmente la conoce, no su aspecto exterior.
El aspecto exterior se deteriora con los años, su mente no, ella permanecerá inmutable.
Me pregunto qué pensarán de ella al verla.

viernes, 25 de octubre de 2013

¿Y si realmente no existimos?

"Que la vida se nos va, por el humo de ese tren"
Llegan momentos que te replanteas seriamente todo. Hacía tan sólo unos pocos minutos estabas ahí, hablando con él, y al salir poco después te dicen que se fue. Que no volverá y que fue su último adiós.
Muchos dicen que la vida son dos días y que hay que saber aprovecharlos. Muchas veces me replanteo la posibilidad de que la vida tan sólo fuera una sucesión de "vidas" por las cuales cada vez que mueres te reencarnas en otra persona. Muchos diréis, no tiene sentido. ¿Habéis estado alguna vez al borde de la muerte? Dicho de otra manera mejor ¿Sabéis qué testimonios dan las personas que lo han vivido? Mucha gente se lo pregunta, otros ni si quiera se atreven a intentar indagar en temas como este. No sé.
Momentos como este a mi me deprimen, pienso: ¿Y si no voy por buen camino? ¿Y si me doy cuenta cuando ya sea demasiado tarde? ¿Y si todo va a ir mal, o bien? ¿Qué pasará después?
En otras culturas la muerte la celebran, no hacen un funeral. Creen que cuando se muere se va a un sitio mejor, quién sabe.
Recuerdo algo que me contaron, a cerca del Valse triste de Sibelius, y no, Sibelius no es el programa de ordenador para músicos. Era un compositor.
La Valse triste de Sibelius es una obra que expresa, podríamos decir que "narra" la muerte de la madre de dicho compositor, ella le describió en un momento de agonía cómo su marido, ya fallecido, le estaba sacando a bailar un vals que bailaban cuando eran novios, y ella sonreía, desgraciadamente no era su marido quien la sacaba a bailar, si no la muerte que llamaba a su puerta.
En un momento así dices, ¿cómo puede ver a su marido ya muerto? ¿Está delirando? ¿Lo ve de verdad? ¿Está ahí? ¿Es simple reacción del cerebro en defensa contra la escasez de oxígeno?
¿Y si fuera real lo que ve? ¿Quién está ahí para negarlo? La realidad no es real. No percibimos la realidad tal y como es, pues tenemos limitaciones, llamadas "los cinco sentidos" si tuviéramos alguno más, tan sólo uno, habría diferencias en la "realidad" que nosotros llamamos. ¿Y si no es real? ¿Y si sólo es producto de nuestra mente? ¿Y si nada es real? ¿Y si somos tan sólo un átomo? ¿Una molécula? Tal vez esto tan sólo sea un sueño, tal vez ya estemos muertos y estemos reviviendo nuestra vida, o con ciertos variantes, quién sabe.
Los que decís que la filosofía no sirve para nada. ¿No os preguntáis este tipo de cosas? No comprendo a gente como vosotros. No lo entiendo.

jueves, 24 de octubre de 2013

Una estrella se marchitó.

Hoy la lluvia tan sólo ha sido el símbolo del color gris de mi interior. Hoy no ha sido un día de jueves, a lo mejor de domingo, apagado. Hoy hasta las canciones más alegres hacen sacar viejos malos recuerdos de mi, hasta caminar bajo la lluvia me hace entristecer.
Dicen que la estrella se apagó, que su luz dejó de brillar, dicen que no sonríe, que no es la misma de hace un tiempo. Dicen que antes al despertar una sonrisa iluminaba su habitación, dicen que antes risas y risas marcaban el compás de sus pies al caminar. Dicen que era cariñosa y querida por mucha gente.
No sé qué fue de esa chica, no la he visto. No sé qué pudo pasar con ella, tal vez su luz sigue viva pero escondida en un frío envoltorio de odio y terror a mostrarlo. Tal vez no la veáis mucho sonreír últimamente, tal vez se debe a que su felicidad echó a volar lejos de aquí. Tal vez su sonrisa muriera, se la llevara el diablo o no la quiera mostrar por no ser demasiado bonita entre las demás.
No sé qué fue de aquella pequeña niña que sabía tocar algunas notas sueltas del piano y creían que era una artista, no lo sé. Tal vez esa chica muriera, tal vez jamás la volváis a ver, tampoco hacéis nada por querer que su sonrisa vuelva.
Dicen que es distinta a los demás, yo creo que ni ella sabe quién es. Tal vez su luz interior esté apagándose, tal vez será hora de apagar, darse por vencido y dar la razón al mundo de que no encajas aquí, no lo sé. No soy ella, ¿o tal vez sí? Qué más da, jamás os gustaría conocerla.

Alone.

Cuando un pincel sostienes con tu mano izquierda, manchado de colores oscuros, negro. Trazando líneas en un casi acabado cuadro, y comenzar a pensar, tus ojos clavados en el lienzo mientras tu cerebro ordena todos sus pensamientos. Y te das cuenta de que, ¿realmente te quieren como su amiga? ¿O tal vez sólo te quieren por las pocas cosas que se te dan bien? Sinceramente, a punto de romper a llorar he estado varias veces mientras pintaba hoy, tirar el pincel al suelo, romper el cuadro y decir que no, no sirvo para nada, creáis falsas ilusiones de algo, aduláis con falsos halagos para hacerme sentir mejor, pero sabéis que toda palabra que sale de vuestras bocas son mentira.
Duele pensar que, probablemente estés sola en esto, tan sólo una o como mucho dos personas te acompañan y te quieren de verdad, porque el verbo querer debería estar censurado para muchos de vosotros. Desde hace no mucho, me he vuelto tan fría que hasta que me traten mal me es indiferente, que las cosas las digo a la cara sean cuales sean sus consecuencias, pero no es lo mismo eso que estar solo en tu cuarto pensando: ¿Y si jamás tendré a nadie? Ahora mismo, realmente sola no estoy, pero físicamente sí.
Creéis que soy en algunos aspectos mejor que vosotros, y yo ofrezco esa "sabiduría" a quien necesita algo de ayuda, eso sí, cuando algo que no se hacer pido ayuda, qué extraño, la gente desaparece. Y cuando me marcho dejando algo de lo que estoy haciendo a la vista, en mi ausencia intentan plagiarlo. Me parece algo demasiado ruin.
Mi opinión personal es que realmente no destaco en nada, simples halagos de gente que intenta hacerme feliz, en su inmensa menoría, y al noventa y nueve por ciento gente que sólo quiere algo de mi, detrás de tanto elogio.
Y tras esto, al escribir y al darse uno cuenta de que no tiene a casi nadie, la tristeza invade cara vena de mi pequeño cuerpo, encendido por la rabia y apagado por el saber que probablemente, nunca vaya a mejor.

miércoles, 23 de octubre de 2013

¿Casualidad o destino?

Luces tenues, ambiente de rock and roll, un piano a la entrada del bar. Entra una mujer con cabello moreno recogido en una despeinada trenza, ojos verdes destacaban en su rostro por el maquillaje negro que los cubría. Vestía unas botas militares, unos pantalones cortos con medias algo rasgadas por un lateral de la pierna izquierda y una blusa verde botella.
Se quitó los cascos de los oídos y guardó lo que parecía ser un iPod a su mochila con una cruz invertida. Se encontraba en el recibidor del bar, para llegar a la barra había que bajar unos cuantos escalones, cuatro o cinco, antes de ello había un piano, a juzgar por su aspecto, era antiguo, tal vez un Steinway. Se fijó en él, se acercó y pasó la palma de la mano por la tapa del piano, sonrió.
Bajó las escaleras y se sentó en la barra, en un lateral, pidió una cerveza. No parecía que esperara a nadie.
Se quedó mirando su teléfono móvil mientras esperaba a que el camarero le sirviera su bebida. No tenía nada, podría ser porque la cobertura en aquel establecimiento no llegaba.
Sonaba una canción, ella no le prestó atención hasta que notó que la introducción duraba demasiado. <<¿Metallica?>> Se preguntó. Tal vez, sí. Un tenue sonido a la introducción a Unforgiven III, una canción que le gustaba bastante, sonrió de nuevo.
El camarero le sirvió la cerveza en una copa redondeada pequeña y le dedicó una sonrisa, ella se la devolvió con un sexy levantamiento de su ceja izquierda.
El bar no parecía muy lleno, un par de parejas al fondo de las mesas, una mujer que se dedicaba a disfrutar un rato de la música, simplemente por los gestos de los dedos encima de su cadera haciendo los punteos de la guitarra. Giró su cabeza para volver la vista a su copa de cerveza cuando vio un chico, estaba solo, sentado en una mesa, leyendo un libro. Sin ninguna razón aparente se quedó atónita mirando, con mucha curiosidad por qué libro sería. El chico, levantó los ojos de su lectura a la luz de una pequeña bombilla que había encima de su mesa, y se fijó en la chica, éste le sonrió y levantó su copa de cerveza hacia ella y después bebió, volvió a sonreír y volvió a su lectura.
La chica, de apariencia entre dieciocho y diecinueve años, terminó su cerveza y se quedó unos minutos mirando la copa, tenía vergüenza de volver a girar el rostro hacia el chico nuevamente, le apetecía sentarse a su lado y charlar un poco con él, tal vez a lo mejor sólo había sido una buena sensación, pero sin razón aparente sentía la necesidad de conocerle.
Pasaron dos o tres minutos hasta que la chica de melena trenzada se decidió a girar su cuerpo hacia la mesa del chico, cuando se dio cuenta de que él se había ido. Su mesa estaba vacía, pero había un papel escrito encima de ésta, pagó y se bajó de la banqueta de la barra, avanzó hasta la mesa donde anteriormente aquel joven había estado disfrutando un tiempo de una lectura y leyó la nota:
"El libro se llama "Conspiración Mozart" a juzgar por tus apariencias parecías música, tal vez te gustará. Tal vez nos veamos por aquí algún día"
La chica al terminar de leerlo cogió la nota y salió del bar con una sonrisa de medio lado, pensando en aquel chico, ¿se le volvería a encontrar? ¿Casualidad o destino?

martes, 22 de octubre de 2013

Día otoñal, típico de lluvia.

Un día otoñal, típico de lluvia. Viento gris, día calmado. Noches frías, tardes oscuras.
Lluvia bajo besos, frío resguardado en abrazos. Gotas de lluvia atrapadas en su cabello castaño, cayendo por su rostro haciendo carreras.
Risas entre lluvia. Escalofríos al notar sus manos en mi espalda. Recorren de norte a sur. Escalofrío tal que mis brazos se estremecen, moviendo el cuerpo hacia delante juntándose más hacia él.
Una sonrisa surge entre gotas de lluvia, sigue lloviendo.
Dicen que son días tristes. Tal vez la lluvia sea también incomprendida en la naturaleza. Pero es vital para vivir. Tal vez alguien que es "extraño", incomprendido también lo sea.
Tal vez sea algo de dos, algo que no comprenden en el exterior.
No es usual, no es lo que suelen hacer la gente común, no sé. Para mí es especial, es distinto, es como a mi me gusta.
Caminar bajo la lluvia cambia si vas acompañado. Puede ser un momento divertido, cantando bajo la lluvia, creyendo ser niños saltando los charcos con las botas de agua. O simplemente un momento romántico, abrazados y besándose mientras las gotas de lluvia penetran entre labio y labio.

lunes, 21 de octubre de 2013

¿Para qué sirve la música?

Me pregunto muchísimos días qué clase de retraso sufren aquellas personas que se les pasa por la imaginación replantearse el quitar las artes y la música en España. No, en serio, son retrasados.
Preguntáis ¿Para qué sirve la música? Mi respuesta es: para nada y para todo.
¿No vais escuchando música cuando vais por la calle? ¿No tenéis un grupo pop/rock/rap lo que sea, preferido? Si jamás hubiera existido la música clásica, si alguien hace tiempo se hubiera replanteado esto y lo hubiera censurado, los grupos actuales de música "popular" no existirían. Porque sí, la música que hoy escuchamos proviene de la vulgarmente llamada "música clásica"
¿Podríais ir a ver una película que no tuviera banda sonora? ¿Veríais psicosis sin que Bernard Hermann hiciera esa pedazo banda sonora? Probad a ver la primera escena de psicosis sin volumen. ¿Qué os transmite? Nada. La mujer no os transmite nada. Ni una mueca. Volvedla a ver pero con volumen ¿Qué pasa? La música os transmite todo. Todo lo que está pasando en ese momento.
¿Para qué nos sirve a personas como yo la música? Pues por ejemplo para poder expresarnos. Para desahogarnos. Para canalizar nuestros sentimientos.
¿Conocéis el vulgarmente llamado y erróneamente llamado "Claro de luna de Beethoven"? Pues veréis, hasta hoy, yo pensaba que era una obra pues sí, preciosa y "romántica" mi idea era errónea. ¿Sabéis realmente qué transmite la Sonata? ¿Lo sabéis? El primer movimiento (tres primeras páginas) trata sobre los sentimientos suicidas de Beethoven, quiere suicidarse a una edad de veintiocho años por quedarse sordo, por no encajar en la sociedad ¿Quién querría un compositor y pianista sordo? ¿Quién? Nadie. Él demostró ser sordo físicamente pero no en su interior. Canalizó todos sus sentimientos pesimistas, suicidas en su primer movimiento. Pero el tercero, el tercero es verdaderamente Beethoven, sus aires de mala hostia, su impotencia, su majestuosidad, ÉL ES DIOS. Ahí estaba. Me gustaría que lo escuchaseis, os gustaría. La verdad.
¿Podríais vivir sin escuchar nada de música?
Eso implica: no hay bandas sonoras a las películas, no escuchar vuestros grupos en vuestro mp3, no tener música de fondo en las escenas de algunas series, no poder tocar ningún instrumento, no poder deleitarse un segundo con música. No poder transmitir los sentimientos así.
Se convertiría en un mundo tan monótono que la gente dejaría de vivir alegremente.
Y sí, todos los artistas acaban locos, lo reconozco. Pero los que están locos son las mejores personas.
Ahora decidme ¿Para qué sirve la música?

sábado, 19 de octubre de 2013

What if?

Entre sus brazos, rodeándole el cuello con los míos, entre él y la pared. Puedo mirarle fijamente a los ojos, a sus dos ojos marrones, pequeños, desprenden amor en estado puro. Surge una sonrisa. Meto mis manos en su camiseta y mis dedos recorren su torso lentamente, hasta que llegan a la zona de los oblicuos y una sonrisita se escapa y automáticamente se separa de mi echando el culo hacia atrás. Oh, su punto débil.
Es gracioso, soy completamente feliz.
De repente, un comentario. Un comentario que me hace venirme abajo, se me cae el alma a los pies. "¿Y si tengo que irme?" "¿Y si te tienes que ir?" Es cierto, mi vida no está anclada a aquí, la suya tampoco. ¿Y si se tiene que ir? Mi corazón iría donde quiera que sus pies pisaran el suelo. Esperándole entre las melancólicas teclas de un piano, sentada, leyendo sus te quiero una y otra vez.
Me imagino un futuro, yo en diez años.

Tú y yo, sentados en un sofá, cogidos por una mano y en la otra sosteniendo un libro. Hay silencio, un silencio que habla por sí solo. Dejamos los libros, nos miramos a los ojos y automáticamente mis labios se encuentran con los suyos, tumbados en un sofá, me quedo dormida encima de su pecho.

El futuro es incierto, sí. No podemos predecirlo. Creemos poder decidir nuestro futuro, adelantándonos al destino, pero éste es demasiado listo para nosotros.
A lo mejor llega el día en que un adiós surgirá entre las lágrimas de mis ojos. Tal vez nuestros caminos se separarán, tal vez. ¿Qué pasará entonces? Esperaré, esperaré a volver a verte.
Aquí, allí, donde sea.
A veces pienso. Siempre quise alguien así, y ahora que le tengo, no me creo que esté a mi lado. No me lo creo. Pienso que todo esto es un sueño y que algún día despertaré en la cama de un hospital, después de un coma o algo así.
Sea como sea, pase lo que pase, mi corazón estará donde tus pies pisen el suelo, y mi cuerpo presente esperará lo que necesite hasta verte de lejos y poder salir corriendo hacia tus brazos, que como siempre, se abren de par en par nada más verme llegar a ti.
Es imposible escribir esto sin llorar.
Eh, Juan. Gracias.

lunes, 14 de octubre de 2013

Entre líneas.

-Ey, ¿qué tal estás?
+La verdad no estoy bien, estoy harta de que la gente me trate mal y amigos que creía amigos me la claven por la espalda. Creer que tienes a alguien y realmente estás sola. Darte cuenta de eso de una sola hostia duele, duele mucho, un dolor más allá de las estacas, de un rifle o de un golpe seco en el corazón. Algo más que eso. Porque recuerdo cuando éramos pequeños, cuando todos nos tratábamos bien, hasta que decidimos ser quienes somos ahora, cuando cambiamos, cuando nuestra configuración cambió a como la de ahora mismo. A partir de ese momento los amigos se separaron, hasta tal punto que gente como yo apenas tiene uno o dos amigos. Y los demás se dedican a criticar y reírse, de gente débil, que no les importan los problemas ajenos, al menos los tuyos.  Bien ¿y tú?
-Bien, bastante bien. La verdad no sé ni para qué te hablo, si me vas a contar tus penas y no me apetece ni oírlas, me es un poco indiferente, tan sólo quiero ser amable, me puede venir bien en un futuro.
Ojalá pudiera leer la mente de la gente. Saber qué piensan cuando con hipocresía te sonríen o te dan un abrazo.
Apartaos, no quiero abrazos de nadie que no lo sienta. Os los guardáis.
Tanta hipocresía acaba saturando. Me pregunto qué clase de trastornos sufriréis cuando no podáis poner a parir a nadie, cuando estéis solos, incomunicados. Os sulfuraréis tanto que acabaréis odiándoos a vosotros mismos. Hacéroslo mirar.

Lágrimas que borran sonrisas.

Darte cuenta de que tus "amigos" que te sonríen a la cara, cuando no estás te traten mal. Darte cuenta de quien creías que estaba ahí, realmente no lo está. Darte cuenta de que probablemente, no tengas a nadie de verdad, uno, tal vez dos. No más.
Ver a la gente de tu alrededor, que sólo te quiere por algún talento en el que destaques. Sólo para su provecho, darte cuenta de que sí, de vez en cuando te tratan bien. Puede que les caigas bien, pero que no seas lo suficiente buena como para que te consideren "amiga".
Probablemente, ahora mismo, haya alguien que esté hablando mal de mi. En un principio no afecta, pero las cosas cansan. Y la verdad, duele ver que cuando tienes un problema, lo hablas y te dicen "No nos importa" al principio te cabreas, luego pierdes las fuerzas y después de enterarte de más detalles, acabas yendo de nuevo a tu habitación oscura a llorar. Sí, parece triste pero muchas personas, imagino que estén así.
Lo único positivo de todo esto es que tan solo quedan dos años para que esto acabe. Pero tranquilos, que volverá a empezar. Conocer gente nueva, y gente así hay en todos lados. Nunca estás sola físicamente, ¿moralmente? muchas veces. Probablemente la vida es un camino que deberías coger tú solo. Dicen "mejor solo que mal acompañado" eso dicen.
Que una persona que tiene una sonrisa dibujada en su rostro tan sólo es eso, un dibujo. Probablemente no real. Con una lágrima se borra, como una goma de borrar, el problema es que cada vez que la vuelves a dibujar, poco a poco el lápiz se gasta, hasta tal punto que no vuelves a sonreír.

domingo, 13 de octubre de 2013

Alas en tinta de sus venas.

De esas veces en que los latidos delatan. De esas veces que sonríes y en tus ojos se puede ver cómo tu luz se va apagando.
Te levantas por la mañana mirando el lado opuesto de la cama. La luz del sol entra por tu ventana, sin embargo tu habitación está oscura. En el vaivén de una marea alborotada, navegas sin rumbo alguno.
Pasas el dedo por tu pecho, pocos centímetros más adentro yagas sangrientas siguen sin cerrarse. Heridas latentes que no cicatrizan.
 Su índice camina lentamente por su pecho, arrastrándose, le duele.
Vivía en una laguna mental y ella no sabía nadar. Se ahogaba en sus propios pensamientos.
El misterio de sus ojos almendrados. Podías reflejarte en ellos, podías observar la tristeza en estado puro.
Los días eran más oscuros que luminosos, las noches eran grises.
Fuerte y fría como el invierno. Diciembre la llamaban.
Sólo derramaba las lágrimas contenidas en su corazón al dejar sonar la música que nacía de sus dedos.
Suave melodía que se convertiría en la banda sonora de su vida. Dulces versos que serían su autobiografía. Cuidadosos lienzos que representarían sus sentimientos. Una sobrestimada artista.
El secreto de su vida era seguir volando sobreviviendo a sus recuerdos.
Se dibujó sus alas con tinta de su sangre; sus versos.
"Y se marchó para encontrar la sonrisa que perdió"
Buscar hasta la mínima sonrisa en su rostro, como buscar la aguja en un pajar.
Fría como el invierno, ardiente como el infierno. La luz de sus ojos estaba apagada, necesitaba un mechero para encenderse, un mechero de carne y hueso. Alguien que le hiciera recobrar el sentido que tenía su vida.
Sentía el calor correr por sus venas, quemando cada sentimiento, hasta tal punto que el mundo exterior le era indiferente. Centrada en sus pensamientos, dejó de lado el universo.
Encerrada en su mente, ahogándose poco a poco en aquel océano ensangrentado.
El dibujo de sus alas se borró de su espalda, dejándola desnuda.
Buscando una luz en aquella oscuridad, una llamarada de luz apareció entre el negro de la noche. Dejando ver sus pensamientos desnudos ante la vida. Dejando ver la belleza desnuda.
Dejó de vivir ciega, pudiendo ver qué hay más allá de sus ojos, quien les encendió con su luz.

sábado, 12 de octubre de 2013

¿Me concedes este baile?

Un cristal, transparente a los demás. Un invierno interior, constante. Si llovía, llovía con ganas. Siempre frío y ella, desnuda mentalmente ante un invierno tal. Porque el desamor no es un golpe seco y fuerte, si no pequeños martillazos dados lenta y dolorosamente en el centro de tu corazón y él, intentando ser fuerte, resistiéndose a ser destrozado, crea una grandísima capa de hielo a modo de coraza. Nadie se atreve a tocarlo, creyendo que es frío, símbolo del invierno interior. Pobres ingenuos, el hielo símbolo de lo ardiente que su corazón estaba a punto de estallar. Símbolo de infierno.
Esa capa de hielo con el tiempo se fue deshaciendo, el frío iba entrando en el interior del corazón, hasta tal punto que su corazón quedó frío, frío como el hielo. Aun siendo finales de verano, su invierno estaba en pleno apogeo. No sentía el dolor ajeno. No era aquella chica de sonrisa forzada que intentaba cambiar el mundo. No sonreía, le era indiferente todo.
Tanto hacer lo correcto con gente equivocada pasó factura. Su sonrisa desapareció y el brillo de sus ojos se lo llevó las lágrimas que quemaban cada poro de su rostro.
No había alma en el mundo que conociera qué sentimientos estaban machacando su corazón. Su secreto estaba guardado entre ochenta y ocho teclas, blancas y negras. Entre sus dedos, entre las lágrimas vertidas en aquel antiguo piano.
Cada nota era un puñal clavándose en su espalda, cada puñal una lágrima que quemaba su rostro, cada lágrima iba tocando más fuerte, tanto que al final sus dedos comenzaron a sangrar tiñendo de rojo aquellas teclas, hasta tal punto que dejó de tocar, las lágrimas seguían naciendo de sus ojos, limpiando aquella sangre entre teclas.
Se miró en el reflejo de aquel negro piano, mirándose a los ojos, se limpió el ojo izquierdo tiñéndolo de rojo.
Y bailar un tango con el dolor, él lleva el paso, él te lleva donde quiere.
Y bailar en la oscuridad con quien te clava puñales en la espalda, bañando tu negro vestido en un color rojizo, haciendo que la agonía llegue a tu cabeza.
Y la muerte te dice: "¿Me concedes este baile?"

Mi última canción.

Sentada frente al piano, una suave melodía improvisada en la cabeza. Con los dedos de la mano derecha va intentando captar la tesitura, suavemente va haciendo sonar cada tecla del piano. Una pequeña lágrima le nace del ojo izquierdo, recorriendo los poros de su piel, quemándolos.
La melodía de su cabeza, va convirtiéndose en una larga obra. Resumiendo su vida, pasajes en los que se nota la felicidad al tocarlo, pasajes lúgubres, apagados, tan sólo está en su cabeza, no sabe cómo llevarlo al piano. ¿Contar toda una vida en una simple obra? Probablemente una obra que jamás nadie comprenderá. Nadie puede comprender la vida de otra persona. Es demasiado complejo para nuestro entender.
El brillo de sus ojos se iba poco a poco apagando, sabía que no la quedaba mucho.
De repente, la melodía que tan sólo existía en su cabeza, cobró sentido en el piano. Cogió un papel pautado y pasó horas y horas frente al piano escribiendo, tocando.
Finalizó la obra. Podía tocarla de una vez.
Tenía miedo a tocarla pues viejos recuerdos la vendrían a la mente, más intensos que cuando la iba escribiendo.
Lágrimas surgen en sus ojos como en el obrón Lacrimosa de Mozart.
Apenas podía seguir tocando, no tenía fuerzas. Se le cerraban los ojos, luchaba entre vida y muerte, seguía tocando.
De pronto sus ojos se cerraron, apoyando su cabeza sobre las teclas del piano.
Morir tocando el piano.
Su obra fue encontrada y ahora es tocada por los mejores pianistas del mundo. Ellos sin derramar ni una sola lágrima al tocarla.
Nadie jamás comprenderá el sentimiento de dicha obra.

miércoles, 9 de octubre de 2013

Gracias.

¿Sabéis qué es estar enamorados? ¿Sabéis qué es el amor? ¿Sabéis qué es un alma gemela?
Me pasaría la vida dando las gracias al destino por una casualidad tan mala que surgió hace un mes.
¿Mala? Por que por primera vez el destino hizo, imagino que adrede, que saliera mal. Que lo aparente no fuera lo correcto, y lo que estaba ahí, estuvo ahí a todo, en tan sólo un par de semanas, y que al poco tiempo, se haya convertido en algo tan grande.
Tan sólo decirte, lo primero un gracias. Porque eres de los pocos que realmente me ha sacado una verdadera sonrisa, no de risa, si no de felicidad. Porque eres a quien doy los buenos días a las siete de la mañana, y tú sin tener que levantarte lo haces para hablar conmigo. Gracias por creer que soy una pequeña artista. Que aunque te metas con mis mayores defectos, lo haces con cariño y amor.
Porque adoro tu sonrisa, porque adoro cuando ríes, cuando me miras y arqueas las cejas, cuando me dices que tengo unos ojos preciosos, cuando dices que mis colmillos son preciosos (no lo son) cuando me llamas caderona, o narizona, o enana, bajita, que todo ello se convierte en un mi princesa, mi niña, mi enana, todo con mi, posesión, tuya, solo tuya.
Gracias por haber estado ahí este poco tiempo ahí en todo, en las buenas y en las malas. Que sepas tanto de mi, tanto que ni te hayas alejado un poco al haberte enterado, es más, te hayas acercado más. Gracias.
Gracias por ser como eres, por ser la sombra que ilumina mi camino, por ser la farola de luz natural.
Porque ¿sabéis? él es perfecto, tal vez no para vosotros, sí para mi.
El arte que desprende sus manos al posar el lápiz sobre su lienzo, la manera en que (sólo lo he oído por desgracia) toca la guitarra, la manera en que escribe, con tanto sentimiento, con tanto amor.
Que sea un melómano, y no, no tiene ninguna enfermedad. Dícese de la persona que ama la música, adicto a la música.
Gracias por todas esas tardes caminando por las calles de esta ciudad, por nuestro escalón, el escalón que nos separa de altura, unos pocos centímetros, los suficientes.
Gracias por haberme sacado una sonrisa cuando se había borrado de mi rostro, por eso y por mucho más, gracias. Te quiero mi amor.

Géminis.

Mis versos son su inmortalidad. Nuestro mundo es un simple rincón del de los demás. Las golondrinas se marcharon, aquí todo el año es invierno, alejado en la indiferencia de un mundo superior. ¿Superior? No. Comercial, famoso, "importante"
¿Quién dijo que fuera el "buen" mundo, la buena opción aquella más comercial?
Me rodeé de imposibles, de lo más complicado, para mí, el día a día.
Aquí no riman los versos asonantes, las canciones de siempre no surten efecto. Aquí reina el silencio y gobierna la música. No tenemos un Dios, nuestro dios es nuestro ídolo, quien realmente admiramos.
El otoño llega y aquí en pleno invierno, se dejan ver los secretos que hay tras las hojas caídas. Promesas jamás cumplidas en soplos de viento. Olor a tierra mojada, olor a lluvia. Otoño por fuera invierno por dentro. Somos una esquina de este gran mundo.
Somos como la casilla negra de la esquina de un tablero de ajedrez, solo que éste es completamente blanco y somos la única casilla negra.
Llegará el día que poco a poco, el tablero se vaya formando de casillas negras, más y más negras. Hasta que todo el mundo abra los ojos. Entonces será un mundo anticomercial y comercial a la vez. Y volveremos a lo mismo.
No buscamos una forma de ser distinta a los demás, buscamos ser nosotros mismos y vivir de la felicidad.
Lo triste no es vernos ahí como los "raritos" lo triste es que vosotros sois todos iguales.

martes, 8 de octubre de 2013

Marcas de tinta en sangre.

Muchos no entenderéis esto, muchos creeréis que es una chorrada. Lágrimas corren por los ojos enrojecidos de llorar. Sentada frente al piano, con la mano derecha rozando las teclas tocando una melodía familiar.
De repente deja de llorar y de la rabia se marca una obra preciosa, los dedos golpean con fuerza las teclas, cada vez más y más sonido. Chopin, cómo no, su compositor favorito. Según va tocando los dedos se comienzan a cansar, tiene una mano pequeña pero no es impedimento para hacer las octavas y novenas, se esfuerza, es muy buena.
Termina de tocar y mira su reflejo en el piano, tiene los ojos enrojecidos. Se muerde el labio de rabia hasta tal punto que le comienza a sangrar. Miles de palabras se le pasan por la cabeza, miles de frases buenas nacen en su pensamiento. Corre a apuntarlas y a escribir una entrada en el pequeño blog que tiene, le suele leer bastante gente, está contenta, la felicitan a veces. Pero, ¿de qué sirve? Nadie importante lo leerá jamás. Escribió un par de "novelas" hacía un tiempo, una de ellas por internet y tuvo éxito, pero solo para algunos seguidores de twitter. Poca cosa. La otra era más personal, más para ella.
Su otra grandísima pasión es la pintura, todos se impresionan cuando ella muestra sus dibujos, les gustan mucho, suelen decir que es muy buena. Suelen. Tal vez sean unos hipócritas y no lo pienses. Otros a veces se callan al verlo. ¿Envidia? ¿Miedo a decir que es malo el dibujo? No sé. Pero si no eres el mejor en esto, jamás llegarás a ser nada, y encima deberás tener suerte.
"Talentos" que en esta sociedad apenas sirven, no están valorados y a nadie le importan. Una chica de artes encerrada en un mundo de ciencias. Donde sólo quieren médicos y políticos corruptos. Me liaría a tiros con todo el mundo. La verdad.

Carta a nadie.

Noche fría de invierno, víspera de navidad. Las calles están nevadas, blancas. Las calles tan sólo estaban alumbradas por la luz artificial de las farolas y una chica caminaba sola por la calle. Vestía con un abrigo largo militar, unas botas negras como el carbón bufanda y guantes a juego. Su cabello moreno iba trenzado al lado derecho, caía sobre su hombro y finalizaba en el comienzo de su pecho. Llevaba una carpeta en la mano izquierda y un bolso que colgaba de su hombro contrario. No nevaba, pero a punto estaba. En silencio caminaba por una calle desierta, los bares repletos de gente, música alta, era sábado por la noche. Miraba a través de los cristales de los bares, viendo cómo la gente se divertía, celebraban que la noche siguiente sería Navidad. Parecían felices.
Al final de aquella calle, algo oscura, la luz no llegaba hasta el final, había un bar, era más bien una cafetería. Entró y se sentó en una de las mesas de allí, mirando hacia fuera, viendo la gente que pasaría, poca la verdad. No estaba sola en el bar, dos mesas a la derecha había un joven leyendo un libro, qué casualidad, su libro favorito "Inferno" de Dan Brown, un buenísimo escritor al que ella admiraba.
Pidió un chocolate caliente y de su carpeta morada llena de fotos del año pasado, sacó un papel en blanco y del bolso un bolígrafo. Se quedó unos minutos pensativa antes de comenzar a escribir. Destapó el bolígrafo y lo posó cuidadosamente en el folio en blanco. Comenzó a escribir:

Yo, minoría absoluta.
La nieve, algo tan perfecto y complejo como un copo de nieve. agua cristalizada puede formar unas estructuras tan bellas. Te sientes como uno más en este mundo, algo tan pequeño como una célula. No nos controlan el gobierno, si no la naturaleza, nuestra reina. Oh Dios, salve la reina. Una de mis frases favoritas, Queen, quién lo iba a decir. Yo minoría absoluta, tan sólo una sombra apagada más entre tantas. Podría brillar entre las demás, pero el miedo inmoviliza mis brazos.
Somos corazones gobernados por endorfina, confundimos felicidad con conformismo y amor con placer. ¿A dónde hemos llegado? Me hubiera gustado nacer en otra época, donde en los bares ponían Rock and roll, donde vestían con faldas largas y cabellos recogidos por una cinta. Donde los chicos se engominaban el pelo hacia atrás e iban con chupas de cuero. Donde la gente sabía qué era un libro, donde no existían las nuevas tecnologías de hoy en día, donde un novio era con quien quedabas para sentarte en un banco por las tardes y no a quien te llevabas a casa el primer día de conocerle. Tal vez nadie comparta esta opinión conmigo, yo minoría absoluta.
Nos creemos el centro del mundo, y tan sólo somos una mota de polvo que gira al rededor de las leyes de la naturaleza. Un factor más. Nos sentimos y estamos gobernados por gente que es más inculta que nosotros, que simplemente ha tenido suerte en la vida y ha acabado en altos puestos de trabajo, ridículo. Gracias a eso, ahora mismo el arte está por los suelos, nadie lo aprecia, y probablemente la próxima generación no sepa quién era Picasso, ni Velázquez.
Ojalá hubiera nacido en otra época, tal vez en la antigua Grecia, donde era obligatorio saber tocar un instrumento de verdad, no flautas dulces y saberse "Campanita de lugar"
Imagino que esto no servirá de mucho. Gracias por haberlo leído, querido anónimo.

Atentamente, una soñadora en paro.

Sin más dilación, la chica terminó su chocolate y dejó esta carta bajo la taza, pidiendo en su reverso que la dejaran en esta mesa hasta que alguien respondiera.

Chica de bellas artes encerrada en ciencias.

Una de las peores cosas que puedes sentir es el ser inútil. Se el verso quebrado de un poema, diferente.
No saber hacer algo como los demás, que se te de mal algo que a todos se le da bien. No comprenderlo, no poder hacerlo. Tener ayuda y aún así n saber cómo realizarlo. Y lo peor, que aquellas cosas en las que destacas no sirvan para nada en el mundo según los demás.
Así me siento yo. Mal no, peor. Siendo una chica de bellas artes encerrada en un mundo de ciencias. Donde lo único que vale aquí es ser médico, odontólogo o aquello que más dinero te de. Y yo, pianista, que escribe y pinta. Qué bien.
Ir al colegio, llegar a matemáticas y apenas saber hacer nada, y os preguntaréis cómo conseguí aprobar el año pasado. A base de no dormir y falta de sueño.
Soy un tenedor en un mundo de sopa, el verso quebrado de un poema, el negro en un mundo de color. Y la verdad, seamos realistas. ¿De qué voy a vivir si hago superior de música y bellas artes? Tendría que ser la mejor en ambas cosas. Ojalá tuviera más neuronas. Siento odio hacia mi, por no saber hacer determinadas cosas y por mucho que estudie no lo saque.
Aguantarse las lágrimas al ver la nota de un examen y esperar a que nadie te vea para desahogarte. Los demás lo único que hacen es decir un "Lo sacarás Celia" no ayuda mucho la verdad, aun así gracias. Probablemente jamás se me den bien estas cosas. Soy así, pero a veces un apoyo de alguien viene bien para al menos motivarte, no sé si me entendéis. Probablemente ni leeréis esto porque os parecerá una chorrada. Pero me sirve para desahogarme en vez de tirarme a llorar sin hacer nada.

lunes, 7 de octubre de 2013

Y fuiste canción.

Y fuiste canción. Una simple melodía ordenada. Una sucesión de sonidos expresando un sentimiento. Y convertiste mis dedos en pinceles pintando sobre tu lienzo; mi piano. Y fuiste canción. Una obra de arte surgida desde el corazón. La mente dejó de funcionar, dejando paso libre a quien debería mandar en todo momento, quien nos dio la vida, quien nos mantiene vivos, nuestro corazón. Y fuiste canción.
Te consideré una casualidad mal diseñada, pero perfecta en todos sus sentidos. Eres una sombra que ilumina todo el camino de mi vida, desprendiendo aquella luz tan poderosa desde su corazón. Eres una figura retórica en el poema de mi vida, la más complicada de ver, la que nunca se muestra.
Mi canción convertida en obra de arte, capaz de hacer llorar al más insensible. Capaz de hacer sentir lo que uno jamás sintió, y por eso, tú fuiste mi canción.
Pinceles trazando cartas de amor sobre un lienzo blanco y negro, rectangular sobre una madera negra. Dejando correr colores de sentimientos sobre él.
Y fuiste canción, una canción a medio terminar, cuyo fin será el día que nuestros cuerpos desaparezcan de la tierra, el día que digan "Y descanse en paz" y ambos cuerpos descansen la eternidad entrelazados. Te quiero.

domingo, 6 de octubre de 2013

Y eclipsaste el sol.

Por fuera llovía, cerró las ventanas de su corazón. La llamaban fría, ingenuos, no sabían que el frío quemaba. Caminaba sola por calles repletas de gente que confundía amor con placer y felicidad con conformismo. Su apagada risa el otoño la tenía de colores ocres, el viento la rozaba los cabellos morenos que bailaban a su son, era un viento pesado, cargado de viejas promesas jamás cumplidas. Por las noches, salía a su balcón a contemplar la luna, una simple metáfora de su soledad. Pensaba: "¿Alguien caerá en mi infierno?" Se llamaba a sí misma, una estrella marchita. Se limitaba a leer, versos envenenados bañaban sus labios al leer. Escribía canciones de amor sin miedo a desafinar por escrito. Ella tan sólo era la hija de una diosa llamada Casiopea, encerrada en su torre de mármol. Su vida era monótona, pausada. Acabó aboliendo las comas para dar vida a su poesía, oscura y complicada como su mente fría, helada. En su corazón, aún era invierno, estando a finales de verano.
Su rostro desprendía felicidad, pero por dentro una flor se iba marchitando. Hay dolores que a las palabras menosprecian, hay palabras que dolor no sentían.
Llegó un día marcado en el calendario de su mesilla. Un día que podía ir con gente de su estilo, a algo diferente que no fuera emborrachar penas en botellas de alcohol teñido de colores.
Allí conoció a un apuesto joven. Conocerse fue un choque tal, que formó una supernova; sálvese quien pueda. Aún así, días en adelante seguía marchitándose aquella flor en soledad. Le dolían los besos que la luna le daba cada noche, y se miraba al espejo intentando sonreír.
Tal vez una casualidad mal diseñada hizo que los caminos de aquellas dos pequeñas estrellas en bruto se volvieran a cruzar, no directamente. La chica, volviéndose una canción comercial más, confundió el amor con el placer. Lo que la llevó a marchitar más rápidamente la flor que llevaba en su corazón.
Días pasaron, se dio cuenta de cuan error había cometido, de que se había confundido de joven a quien realmente quería, su corazón volvió a latir con normalidad.
Su mayor adrenalina era escribirle pensando en que él le leería. Tan sólo una Luna y un Sol, dos enamorados que no pueden amarse, en la distancia. El infierno calentaba su corazón ensangrentado de rabia, fuera de la ventana de su habitación llovía, en su interior, había tormenta. Le quería como quien quiere por primera vez, sin reglas.
Su poesía comenzó a tener nombre y apellidos, sus versos edad y sus sentimientos melodía. Tan sólo dos amigos que pasan una hora del día juntos, hablando. Un Sol y una Luna, a distancia de años luz y a la vez tan cerca el uno del otro. Y al final del día surgió la pregunta cuya respuesta había sido dada días antes. Él, respuesta no halló en el mismo instante, tan sólo una sonrisa dibujada en el rostro de la bella joven. El silencio habló por si solo. Poco tiempo después, la respuesta deseada fue dada por la amada. Un sí tan grande como una playa vacía en estación de invierno. A lo que él respondió: "Quisiera ser yo quien encendiera la estrella de tu corazón".
El apuesto caballero sabía convertir la luz en oscuridad de tanta luz que desprendía. Mataba sin tocar, hería sin hablar. La única inspiración de aquella muchacha era su sonrisa dibujada.
Quisiera saber de qué color soy en el reflejo de tus ojos. Te pienso de lejos, te beso de cerca.
Eres y serás el retórico más difícil de encontrar en este largo poema a lo que yo llamo mi vida. Dices, y repites que no eres perfecto, mientes. Te regalaría mis ojos para que te contemplases y vieras a qué me refiero cuando hablo de perfección; tú.  Yo era tan lluvia por dentro, tu tan libre te sentías. Un choque formó esta supernova llena de amor. Y desde aquel día te dije: "Hasta que la vida se marchite, hasta que la muerte nos separe" Dejé de escribir por escribir, mis palabras acarician tu corazón y desgarran los pensamientos y jamás, jamás nadie te querrá de forma tan suicida como lo hago yo, siempre serás inmortal en este lugar al lado izquierdo de mi pecho a lo que llamamos vulgarmente corazón. Vendería mi alma al diablo, haría brujería negra para que jamás te consumieras.
Despierto cada mañana, y mi cama está vacía, tú sigues durmiendo en mi pensamiento. Volví a morir en tus ojos y a vivir en los míos, besos de versos, versos de besos.

Entre tinieblas un punto de luz guía el camino.

Y dejé de malgastar mis versos en rimas asonantes que rimaran con tu nombre. Y dejé de pensar en tu recuerdo. Hubo un día que un sueño me despertó de la realidad. Abrí los ojos y miré al frente. ¿Qué es esto? Agaché cabeza y fui paseando por aquellas calles lúgubres mientras la noche caía. Soledad.
Mi mente en blanco, el mundo en negro. El día dejó de existir, sólo había oscuridad.
Nadie por las calles, gente en sus casas. Tan sólo se dejaban ver tenues sombras entre la oscuridad, eran grises, apagadas. Caminaban cabizbajos arrastrando los pies por el asfalto de la carretera.
Me recordaba a las películas ambientadas en el Londres de mil ochocientos.
Las farolas apenas alumbraban, eran intermitentes.
La gente de aquel lugar anhelaba volver a ver brillar el Sol, pero incluso éste se había apagado. La noche seguía cayendo, invadiendo todo de oscuridad y temor.
Tumbada en la carretera mirando las estrellas. ¿Qué estrellas? Todas habían muerto. Estaba mirando a la nada. Sin un lugar donde dormir, ni un lugar donde ir, seguía caminando por aquel lugar, sin rumbo.
Y me di cuenta que yo había comenzado a ser parte de aquellas sombras que caminaban arrastrando su cuerpo. Era una más. Dejé de brillar y me apagué cual estrella en el momento de su muerte, sin explotar. Una más en este triste y oscuro mundo, ¿no podía hacer nada?
Incluso mis pensamientos eran en blanco y negro, me era imposible imaginar cualquier otro color.
Esto era lo que los ignorantes llamaban "Infierno" donde un "Dios" maligno gobernaba el subsuelo. Quien nos castigaba por los malos actos, quien nos condenó a vivir en la oscuridad y tristeza toda la eternidad.
Sentada en un borde de la calle pensando, ¿había solución? Y un segundo después todo recobró sentido. Los versos volvieron a surgir en mi pensamiento y su nombre seguía desaparecido.
Dejé de ser una simple sombra entre la gente y la estrella que había muerto volvió a brillar, pero ¿De qué servía? Estaba sola.
Uno jamás está solo, siempre habrá alguien dispuesto a darlo todo. Alguien que complete los versos que tú escribes, alguien a quien vayan dirigidos. Alguien que consiga que tu corazón deje de ser tan sólo hielo. Que vuelva a arder.
La noche caía y se dejó de ver la calle. Solo oscuridad. Soledad.
Y de repente entre la oscuridad un punto luminoso surgió, pequeño y se acercaba a mi.
A medida que se acercaba iba siendo más y más grande, hasta tomar el tamaño de una persona.
Frente a frente, poca más altura que yo, unos diez centímetros, era la figura de un apuesto chico, cabello más o menos largo, vestía de negro e iba tarareando una canción. Al mirarme su voz se calló. Sé quedó mirándome a los ojos y sólo dijo: "No estás sola, aquí estoy" pero no salió palabra alguna de su boca, quien hablaba era su corazón. Un corazón hecho de oro que desprendía luz en su pecho. De ahí venía su luminosidad.
Me ofreció su mano y desde aquel día, la luz que desprende su corazón me guía por estas tierras frías, secas y oscuras. Dejándome ver qué hay más allá de mi nariz. Y prometiéndome que algún día, el Sol volverá a vivir. Que el pasado se olvidará. Y algún día, las personas volverán a salir de sus casas con una sonrisa entre los dientes. La misma que se dibujó en su cara al darle la mano.

Sin salida.

Los "te quiero" suenan demasiado comerciales. Estamos acostumbrados a oírlos día sí y día tan bien en nuestra vida. Por nuestros padres, amigos, enemigos haciendo un sarcasmo y demás.
Hemos comenzado a confundir lo que es el amor. Cuando somos pequeños llamamos amor a que tus padres se den un pico cuando se vean. Probablemente sea la respuesta más acertada que hayamos pensado jamás. Cuando vamos creciendo, llamamos amor a dos niños del instituto más mayores que vayan agarrados de la mano y que se hagan llamar "novios". Seguimos creciendo y hemos llegado a tal punto que llamamos amor a follar. A tirarte un día a una y otro a otra. Hemos perdido el rumbo de esto. Vamos intentando navegar por un bucle en el cual no dejamos de girar.
Tan sólo es un círculo vicioso, difícil salir, pero no imposible. Nada es imposible. Algunos se quedan en el barco hasta que su mente comienza a madurar, para entonces es demasiado tarde y quedan atrapados ahí eternamente. Otros simplemente se tiran al mar e intentan nadar a contracorriente para salir de ahí. No sabemos qué hay después de aquel bucle, qué habrá. ¿Otro más? ¿Una salida? Qué más da.
Yo aprendí a madurar a base de hostias bien dadas. ¿Y ahora? Ahora estoy en tierra firme, la tormenta ha pasado y aquel bucle similar al triángulo de las bermudas está demasiado lejos de mi vista.
No me quiero imaginar el mundo cuando os deis cuenta de esto y por moda queráis salir de ahí e intentar ser como nosotros. No sé qué será de mi. Ni lo quiero pensar.

sábado, 5 de octubre de 2013

Tan sólo un acorde aumentado.

Como una dulce melodía, suena y suena en mi cabeza, una y otra vez. Es una melodía un tanto extraña. Está perfectamente diseñada para no saber en qué grado de qué tonalidad estás. Está perfectamente construida para aturdir los sentidos. Muchos la escuchan y no intentan descifrarla, otros la encasillan de rara. Pero yo, la oigo una y otra y otra vez.
Mi cabeza se vuelve loca intentándola descifrar, hasta que un día, me di cuenta, sentada en el piano, intentando improvisar cómo me siento, los dedos se movían a sus anchas por las teclas del piano hasta que una combinación aleatoria me comenzó a resultar familiar. Un segundo, esta melodía, la he oído antes. Tan sólo intentaba desahogarme y me di cuenta. Somos similares. ¿Almas gemelas? Las melodías de nuestra vida están compuestas de la misma manera. No tienen tonalidad como las demás, están compuestas sobre un piano, cuyas manos hacen el mismo movimiento en sentido contrario, en un acorde aumentado, haciendo que sea una paranoia mental que pocos lleguen a comprender, sólo aquellos que tengan melodía similar podrían descifrarlo, o sólo aquellos con la suficiente fuerza de voluntad como para estar toda una vida intentando comprenderla.

viernes, 4 de octubre de 2013

Sin razón no hay felicidad.

Podéis ver una sonrisa, podéis ver que los ojos están aparentemente secos, maquillados y escondidos tras una sombra negra y rimmel. Podéis ver que parezco feliz. Quien sabe. Puede.
Os encanta criticar, ir metiendo mierda a los demás, y a gente como yo, eso nos da igual. Pero criticáis aquello que no conocéis. No sabéis los problemas que esa persona puede tener, no conocéis nada de ella. Criticáis a aquello que tenéis envidia. Intentáis hacer daño.
La vida de alguien como yo es bastante complicada. Tus padres te meten presión diciéndote que tienes que ser la mejor, la mejor en todo. Tú quieres destacar en lo que más te gusta, la música, la pintura y a ser posible escribiendo, cosa que a saber qué pasa. Tus amigos, bueno, "amigos" no te escuchan, no quieren oír tu opinión en ningún momento. Creen que eres distinta y que deberías callarte. Tus no tan amigos te van intentando joder por detrás, haciéndote que caigas pero él siempre está ahí para levantarte.
Y luego, tras un viernes, llegas a casa, y los problemas vuelven. No eres la hija perfecta, eres desordenada, no te gusta vestir como una pija, si no con tu estilo y no te dejan. Creen que diciendo lo que piensas acabarás pobre sin empleo. Que jamás comerás de la música y la pintura. Que tienes que sacar en selectividad en vez de un catorce, un dieciséis. Se creen que tengo horas para estudiar, llegando a las tantas todos los días por estar en clase de música. Se creen que soy una supermujer o algo, una súper neurona. Tu padre, ni una muestra de cariño hacia ti, simplemente se limita a comprar cosas intentando demostrar su amor. A mi esas cosas no me valen. ¿Sabéis cuanto tiempo hace que mi padre me dice un te quiero? Más de tres años. Qué triste, ¿no? No quiero ni pensarlo.
Mi vida no es envidiable. Ni soy la más lista, ni la más guapa, ni la mejor en nada. No tengo casi amigos, pero ¿sabéis qué tengo? una mejor amiga y un novio genial. Sí. Ellos dos son la base de levantarme todas las mañanas y decir: "Eh, aquí estoy"

Opciones: llorar o gritar.

Las lágrimas afloran en los ojos, la rabie te recorre todas y cada una de las venas. La miras, te mira. Lo sabes, lo sabe. Te estás hartando, sólo puedes apretar los puños e intentar calmarte, pero no puedes. Miras por la ventana, esperando distraerte un rato, ver el cielo, los edificios, los pájaros revoloteando por el aire, parecen felices.
Pasan los días y sigues igual. Sabes que al menos tienes a alguien que siempre está a tu lado, pero aun así. Sientes que realmente le importas a poca gente, lo sabes.
Realmente, nunca he tenido demasiada gente a mi lado, siempre mi mejor amiga y como mucho una persona más. Nunca tuve demasiados amigos, no era la típica chica popular, ni lo soy, ni lo seré. Ahora mismo, tengo dos personas que son toda mi vida y me moriría si pasara algo con alguna de ellas.
Deseando estoy de terminar estos dos años y que todo termine, antes no quería esto, ahora sí. Y sé que a nadie le importará esto, lo sé. También sé que nadie leerá esto, nadie. Y quien lo lea le dará igual, tan sólo cuatro palabras ordenadas intentando demostrar los sentimientos de una cría.

jueves, 3 de octubre de 2013

Hablando de blanco y negro.

Sujeta un lápiz con la mano derecha, traza una línea limpia en un papel beige, está dibujando algo. Podría observarle toda una vida viendo cómo dibuja. Es genial, estar detrás de él, o a su lado, viendo cómo va dibujando las líneas de aquel dibujo que sostiene el caballete. Me apoyo en su hombro izquierdo, él sigue pintando. Una sonrisa se le dibuja en la cara pero no distrae la mirada el dibujo. Una cara, un cuerpo, una silla. Un hombre atractivo sentado con una cuchilla en la mano. Un dibujo tremendamente difícil y sin embargo él hace que parezca fácil. Tiene la mano derecha negra del grafito del cuadro. Me acerco a ella y la acojo, las manos se entrelazan y una sonrisa vuelve a aparecer entre esos ojos medio tapados con un flequillo castaño.
Mientas apoyo la cabeza y observo cómo los trazos del dibujo van uniéndose y clavando la imagen original, me imagino la vida que pasaré con él en unos años. Parece demasiado apresurado pensar eso, sí, puede ser, aun así quiero que eso sea de esa manera.
Estar en nuestra casa, en una habitación, dos caballetes uno al lado del otro, con dos cuadros. una ventana con vistas a donde quiera que fuese, con él, cualquier lugar sería precioso. Una casa, llena de posters, Cds, dos caballetes, miles de cuadros, libros, montones, miles, millones de libros, tal vez tres cunas. Y una cama para los dos. Todos imaginamos eso, todos queremos eso cuando a primeras nos enamoramos. ¿La diferencia conmigo? Que todo mi corazón, mi alma, yo entera, está deseando que ocurra eso. Deseando pasar el resto de la eternidad agarrada a su mano, y viendo su sonrisa cada vez que me levanto. No necesito un "Buenos días princesa" él ya lo sabe. tan sólo un "¿Qué tal has dormido?" Lo bueno se hace esperar, y mientras que llega, intentamos vencer al destino y nos "enamoramos" de quien no debemos. Algunos tienen suerte y al final les llega, otros sin embargo no se dan cuenta cuando ha llegado y siguen su camino de errores, intentando "manejar" su vida ellos mismos, sin dejar que fluya por si sola, todo llega.

martes, 1 de octubre de 2013

Todo lo bueno se hace esperar.

Las casualidades no existen, nada pasa así como así. Lo bueno se hace esperar. ¿Para mi? Ya llegó, y tan bueno. Digamos que es algo así como una sombra negra que ilumina toda mi vida de lo mucho que brilla. Imaginaos lo brillante que debe ser. Y no, no es una farola negra.
Todas soñamos con un tipo exacto de chico, de una manera de ser, unas características y soñamos con que algún día aparecerá. Yo jamás soñé con un príncipe azul con un castillo ni caballos blancos. Tan sólo con un chico que le gustara la buena música, leer, me escuchara y fuera similar a mi en opiniones. ¿Qué me tocó? Lo mejor que me podría haber pasado en la vida.
De pura casualidad, un día que cambiamos de aires, vamos a un lugar donde todos vamos a lo mismo, a disfrutar de la buena música, todos de negro, focos alumbrándonos, gente gritando, guitarras sonando, baterías resonando. El ambiente surge entre la oscuridad y acabamos con las piernas cansadas de tanto saltar, sin voz. Otro día, nos vemos, un abrazo y un "hasta luego" que nunca llegó. Otro día, nos volvemos a ver, otro abrazo, de esos que dices, joder, quiero más. La noche fue a bien, risas, bobadas, bebida y amigos. ¿Qué más podía pedir? Lo pedí y surgió, algo que no debí, o a lo mejor sí, a lo mejor fue clave para que luego pasara lo que pasara. Tal vez.
¿Por qué hablo de que es una sombra que brilla? Por que las sombras siempre nos acompañan, siempre están ahí, siempre. Y brillante porque con su luz alumbra toda mi vida, me deja ver lo que nadie logra. Se hace querer y mucho.
Es muy distinto a los demás, es diferente. No sabría cómo definirlo, tal vez la música lo haría. Tal vez con una melodía. Una melodía difícil de interpretar, difícil de entender, muy enrevesada, muy complicada, subidas y bajadas, idas y venidas y con un final cálido y lento, un final bonito y distinto. Extraño y a la vez precioso. Jamás me cansaría de darle las gracias por todo lo que ha hecho por mi, jamás me cansaría, gracias.

Madurez, cuestión de principios.

Nuestra vida, basada en ser perfectos. Al final todos somos iguales. No podemos comer ciertas comidas porque engordan ¿Y qué? No queremos ser morenas de ojos marrones si no rubias de ojos azules/verdes ¿Para qué? Los sábados vamos con faldas de tubo, tacones de un metro, escotes de vértigo ¿De qué sirve? Nos maquillamos con varias capas de pote para quitar los granos ¿Qué pasa, que los tíos no tienen? Debemos ir vestidas femeninas y sexys ¿Y unos playeros, una camiseta ancha y unos vaqueros no lo son? ¿Quién decide estas chorradas? Desengañémonos.
La mujer más bella jamás representada en el mundo e ideal de belleza es la Venus de Milo. Y estaba gorda, tenía su tripa, sus caderonas y unos muslos que hacía yo jamón serrano.
La mujer más sexy de la historia fue Marilyn Monroe. Y también estaba gorda. Aún así era la mujer y sigue siendo, más sexy del planeta.
Ahora explicadme, ¿Lo del 90-60-90 qué es, cuestión de moda? Os reís de una mujer gorda, os reís si no es tan guapa como los pivones con los que os liáis.
Las modelos, están esqueléticas. ¿Eso es belleza? Pero si las tratan como un pañuelo, son mujeres objeto.
Lo más sexy de una mujer no está ni en su escote ni en su culo, si no en su cabeza, su cerebro. Ya os daréis cuenta. Que mientras seáis pivones todos querrán con vosotras, todos. Un lio o un polvo y adiós. ¿Eso queréis? ¿Y lo de ir enseñando medio pecho y medio culo un sábado por la noche? Anda que no he salido yo veces cuando vosotros vais de fiesta en playeros y leggins, y bien maja iba yo.
No todo en esta vida es belleza. También tener unos gustos, unas ideas, unas opiniones, unos hobbies y demás. Que para eso están. o qué ¿cuando tengáis un novio sólo os vais a dedicar a follar y liaros con él? ¿Cuando no hagáis eso qué haréis? ¿Mirar al techo? En serio. Debo ser de las pocas que se dan cuenta de estas cosas, y así estoy. Bueno qué digo, si mejor no me podría ir en la vida.
Luego que si nos dejan por otras, o que son unos cabrones, si es que les dejamos. ¿Somos retrasadas? Y es que me ha pasado a mi, como os ha pasado a todas, nos pasa a todas. Y ellos son cabrones porque pueden permitírselo, si ellos pueden ¿Nosotras también, no? Pero, ¿de qué serviría? Sería un círculo vicioso de joder y que no te jodan. Es absurdo, un poco de madurez por favor.

Una sombra brilla entre los focos.

Sentado a las orillas del mar, una noche de verano. Pensando. ¿Para qué vivimos? Las horas te van acariciando los pies, parte de las piernas, vienen y se van. Tú dibujas una fecha en la arena y la ola se la lleva, sin embargo sigues sonriendo. Te quedas mirando las estrellas, el cielo está despejado. ¿Algún día seremos tan grandes como una estrella? En ese caso. ¿Brillaremos como ella? 
Es tarde, el viento va azotando tu espalda según te vas levantando de la orilla. Caminas hacia la salida de la playa, piensas que estás solo. Que no tienes a nadie. 
Regresas a tu casa, tampoco hay nadie. Abres el piano y comienzas a tocar. Sientes que ya no estás solo, estás en compañía de lo que más te gusta. Pero aún así piensas. ¿Mi vida será esto? Una vida completamente llena de música, sí, sería una vida feliz pero, ¿sólo? 
Poca gente es la que se ajusta a mi manera de vida, a mis pensamientos y a mis ideas. Poca gente me escucha y casi ninguno me comprende. 
Pasan los días, el verano finaliza. Y como si nada, una sombra negra aparece, es tímida, no se acerca. No te habla directamente pero tu primera sensación al verla es buena. Nunca el camino correcto es el que primero tomas, antes te debes dar la hostia. Siempre es así. Ley de vida. 
Afortunadamente, esta vez, fue menor. Tan sólo una equivocación. De pronto, aquella sombra, pierde nitidez, antes brillaba con fuerza, un negro brillante, de repente, es mate, es un negro apagado, se deja de ver. Te das cuenta, y juras que jamás volverás a dejar que aquella sombra pierda su color precioso. Su brillo, aunque sea negra, su alegría. 
Todas las noches al irme a dormir pienso. ¿Y si jamás hubiera pasado aquello? 
No debemos preguntarnos cosas que no han pasado, la vida es así, ha sucedido así y así deberá ser. Gracias.