martes, 31 de diciembre de 2013

Helvetti jäinen.


Olvidó mi sonrisa en una esquina, cuando quise regresar a por ella, la habían violado. Hasta hace poco, en un rostro grisáceo intentaba lucir esa sonrisa, pero era imposible. No salía por miedo.
Bajo su almohada, un revólver cargado, esperando a disparar a quien quisiera entrar en su corazón.
Sus gritos hacia quien intentara adentrarse en su mente, hacían eco en su vacío interior.

Soledad; consecuencia de la marcha de aquellas pocas personas que quedaban en su vida. Una soledad amarga y fría, aun siendo verano en el exterior, el invierno azotaba cada rincón de su cuerpo interior, congelando así su corazón, que aún latía, pero con menos fuerza.

El frío de un infierno sin igual. El calor de un invierno de agosto.

Las calles vacías, los relojes parecían tener prisa, la noche amenazante, ella siempre pasaba desapercibida, cabizbaja.

Decían que era como el café de las seis en punto; extraña, sin sentido. Como el maquillaje tras una noche en vela; desgarrado.

Tenía miedo, pero nadie lo veía. Miedo a que le partieran el corazón como hicieron con su sonrisa. Congelado por la soledad, estaba más a salvo. Aún así, no quería que nadie se acercara. Los echaba a patadas.

¿Quién iba a desear estar con alguien así?

Y de pronto, mientras sus ojos cegados por una banda negra, que no dejaba ver qué había tras ellos, alguien se acercó. Ella no lo pudo ver, seguía ciega.

Como una sombra, pero desprendía luz que a través del pañuelo pasaba. Notó cómo unos dedos rozaban su mano izquierda y estos tiraban de ella hacia algún lugar.
Caminó, ¿por qué no lo había impedido ya? Había algo en quien quiera que fuese esa persona, que le transmitía un amor, incomprensible.
El movimiento de su mano, le invitó a sentarse, y aguardar. No había oído ni una sola voz, ni la suya propia. Todo en silencio. Ella aguardó.
Sonó una guitarra, sí, pudo distinguirlo. La piel de sus brazos descubiertos, de gallina del escuchar cómo tocaba.
Reconocía la canción, sabía cual era, demasiado obvio. De pronto, sus labios se separaron y sus cuerdas vocales comenzaron a vibrar.

"So close no matter how far
couldn't be much more from the heart
forever trusting who we are
and nothing else matters"


Cantó. Tras terminar, su sonrisa se dibujó de nuevo en el rostro. Increíble, incierto. Pero ahí estaba. Radiante.

A continuación la destapó los ojos y lo pudo ver. Un joven, mayor que ella, cabello castaño, con ojos como la mezcla de los colores de un bosque, entre marrón y verde. Flequillo que los tapaba, una boca pequeña que esbozaba una sonrisa preciosa la cual ella se quedó mirando bastante tiempo al ver sus ojos semejante persona. Impresionada por su don para poder hacer regresar a la vida una sonrisa muerta. 
Un cosquilleo, un tirón en el corazón. Algo fluía por dentro. El hielo que cubría su corazón se había derretido y el agua se había convertido en sangre que ahora fluía de nuevo por sus venas.
Volvió a latir, ahora con más fuerza que nunca.
El joven se acercó a ella, a un palmo de distancia. Ella, mirándolo a los ojos, sonriendo, lo besó.

Una simple alegoría, cuyo mensaje implícito, entre líneas. Trae un recuerdo aún vigente cada día del dos mil trece. Es mi alegría, la alegría de mi vida. Y cada mañana al despertar, en unos años, esa alegría me dará un beso mientras me da los buenos días.


Feliz dos mil catorce, helvetti jäinen.


Balance del año.

Como todos los años, siempre, el último día toca hacer balance de este año.
¿Para mi? Necesitaría borrar hasta Septiembre, hasta el uno de Septiembre.

Todo comenzó con música

Es la frase, por excelencia, del año. Sin duda.
No voy a enrollarme con alegorías ni embellecer versos con metáforas, no.
Este año, se lo debo a él. Tiene nombre apellidos, edad e instrumento que tocar. Gracias a él finaliza el año y podría decir que ha sido bueno, una luz que eclipsó la oscuridad.

Dicen que lo bueno se hace esperar, y razón llevan, desde luego.
La esperanza, lo último que se pierde y, cuando ya estaba todo perdido, la música unió dos almas. No conocidas. Y aún estando unidas, ellos no lo sabían.

Una simple casualidad, ¿el destino? tal  vez. No sé, decían que la música une corazones, yo no lo creía, hasta ahora.
Llevo algo, colgado al cuello, en forma de púa. Pesa mucho.
No lo puedo pesar en kilogramos, pues su peso no es físico, si no moral. Cargado de recuerdos que se van uniendo a una cadena sin final. Tiene grabadas unas inscripciones, aparentemente sin significado alguno. Creerme, lo tiene.

"Si tú eres lo mejor que me ha pasado, y yo soy lo mejor que te ha pasado. ¿Qué menos que una vida juntos, no?"

Frases, detalles, que marcan la diferencia. podría dar una y mil gracias, lo hago diariamente.
Verle acercarse con los brazos abiertos y pidiéndome entrar en ellos.

De aquí, al fin de los tiempos.


domingo, 29 de diciembre de 2013

Felicidad.

¿Qué es la felicidad? No tiene una definición clara, algo tan subjetivo como qué es el amor y/o el odio. Se podría decir que, es esa sensación que te hace sentir bien. Fuera de preocupaciones. Pero, ¿qué duración tiene? ¿Cómo se consigue?
En mi opinión, la felicidad no es perpetua, puedes ser feliz en un determinado momento. Por ejemplo, cuando estás con esa persona a quien tanto quieres. ¿El amor va junto con la felicidad? No.
Querer a una persona probablemente te angustie, por la idea de perderle, para que todo sea perfecto. Pero ese no es el tema.
Para cada persona, la felicidad se refiere a algo distinto.
¿Y qué sabemos de ella? Apenas nada. Es algo tan, subjetivo y tan efímero que probablemente cuando intentamos analizarla, se esfuma.
Una vez, me dijeron que la felicidad surgía cuando todos tus sentimientos estaban en armonía, en perfecto equilibrio. Razón tiene.
Todos sabemos, que queremos alcanzar la felicidad, pero cuando nos preguntamos cómo, las respuestas son muy variadas, probablemente no haya una igual.
Hay tantas respuestas a la pregunta de "¿Cómo llego a la felicidad?" tantas posibilidades, infinitas.
Varias posturas se encuentran en la historia, por ejemplo, muchos sostienen que la felicidad tiene que ver con la creencia en Dios, el sentirse en armonía con Dios. No estoy de acuerdo con esta teoría, pero ¿quién soy yo para juzgar la felicidad de cada persona?
También, que la felicidad es el conseguir la felicidad en los demás. Un acto muy egoísta. Y pensaréis, ¿por qué? El ser humano no es bondadoso por naturaleza, todo lo que hace lo hace para su bien propio. Dejando de lado lo que es bueno y/o malo, el conseguir que los de tu alrededor sean felices, implica una satisfacción personal tuya, lo cual, sería llegar tú mismo a la felicidad. Acto egoísta, que a simple vista no se aprecia como tal.
También, la autosuficiencia, el poder valerte por ti mismo, la satisfacción de poder decir "lo hice yo solo" llegar a una meta sin ayuda. ¿Autosuficiente? ¿Realmente alguien es totalmente autosuficiente? En tiempos que corren, la autosuficiencia total, es muy complicada de encontrar. Internet, libros, aparatos electrónicos, móviles, avances científicos que han sido conseguidos gracias a la ayuda de otros avances, es muy complejo.
¿Y la felicidad de esos pequeños detalles? Quiero decir, probablemente, el camino a la felicidad no tenga meta, si no que tú mismo, en el camino a la "felicidad" esa ansia de conseguirlo, no te lleve a la felicidad. Pero, los pequeños detalles que te hacen feliz, probablemente, serías más feliz, o no. ¿Quién sabe? Cada persona es un mundo, lo cual, al final la felicidad jamás tendrá una definición ni una solución.
Un conjunto de reacciones químicas.

viernes, 27 de diciembre de 2013

Doce horas.

Escritura por simple desahogo, son las diez de la noche, mi piano debe ser cerrado y no puedo volver a abrirlo hasta mañana.
Hay días que te encantaría estar solo, completamente. Pero todo tiene su parte mala.
¿Completamente solo? Puedes hacer lo que quieras, que siempre acabas tirándote en el sofá, viendo cualquier película o intentando dormir, ¿qué pasa? que acabas pensando.
Todo comienza con un pequeño recuerdo, algún detalle, alguna espina clavada.
Sientes que estas solo (realmente lo estás físicamente) pero, moralmente te sientes solo. Doloroso, la verdad. Es una de las peores sensaciones, el necesitar en ese instante a alguien y no hay nadie que te pueda ayudar en ese momento.

Adoro estar sola, esos momentos en los que puedes escuchar música sin que nadie se queje de que no le gusta, o puedes escribir sin que te molesten, comer lo que quieras sin que nadie diga que vas a acabar gorda, ver las películas que tú quieras, es como sinónimo de "tiempo" por decir de alguna manera.
Pero al final, siempre acabas cayendo, comenzando por poner una de tus canciones favoritas, una balada romántica que te hace recordar tiempos en los que tu felicidad decaía por segundos.

Después de repasar cada instante de tu vida, recuerdas; Si ahora, también estoy así.
Y es cierto, ¿cómo pudo ocurrir? Y vuelves a pensar en tu pasado, algo que debería haber quedado en la oscuridad. Ahí tienes la respuesta.

¿Cómo cambiaste tanto? ¿Cómo lo permitiste? Cambias tu forma de ver el mundo por algo más, frío.
Al final, cambias tanto que al comparar tu forma de ser de hacía un año a otro, ha cambiado tanto que ni si quiera te reconoces.

Y por fin, caes. ¿Qué has hecho? Probablemente, les hayas alejado tú.

Pero a quién le importa, si nadie se fija en el porqué. ¿Has cambiado? Vale. ¿Les gusta? No. Pues adiós.

Vuelves a pensar: ¿Alguna vez les importé? Claro que no, se preocuparían por mi, imagino. ¿Y si lo hicieron y no quise darme cuenta? ¿Y si ya es demasiado tarde? Tal vez sea una paranoia, tal vez no. Tal vez.
A parte de un cambio de sentimientos hacia las personas, comienza tu etapa de madurez, donde tus pensamientos comienzan a ser algo más libres. Comienza a cambiar tu pensamiento acerca de otros temas, religión, política, comienzas a tener un criterio propio.
Tus padres, se dan cuenta. Comienzas a sobresalir del tiesto, y "no es lo adecuado para la sociedad"

Sigues pensando. ¿También influyó eso? El cambiar de pensamiento por una madurez, por tener un criterio propio, comienzas a leer, lees cada vez más y más, te gusta, te atrae, necesitas tanta información como tus pupilas puedan leer cada instante. Te documentas y consigues tener un criterio consistente.
Das tu opinión al público, y lo que dicen es "Tan sólo sigues una moda".

Rompen tus esquemas.

Rompes a llorar, tantas vueltas a todo, sentirte sola, física y moralmente, no tienes a nadie.

Giras la cabeza y te apoyas en su pecho, lloras. Él, no se da cuenta al principio, lágrimas disimuladas, no lo ve. Sollozas.
Se lo cuentas, te apoya, te comprende. Él. Es él.
Gracias.

lunes, 23 de diciembre de 2013

Uno más caminando.

Te acabas cansando, y prefieres caminar con los cascos puestos aislándote de los demás.
Al cabo del día escuchas tantas historias que no te importan, intentas ayudar. Pero cuando tú quieres decir algo, cuando te encuentras mal o tienes un problema, la respuesta es siempre la misma: "No nos importa". Se ha dado el caso de que o hayan dicho, incluso en mi cara. Otras veces tan sólo se trata de un gesto o de una mirada. Qué más da, si nadie va a escucharte, para qué intentarlo una vez más.
Afortunadamente, desde hace relativamente poco tiempo, no estoy sola y alguien tengo a mi lado que me escucha y me comprende. Pero, ¿y qué hubiera pasado si no estuviera ahí?

¿Quién iba a querer un músico sordo? ¿Quién iba a querer un pintor ciego? ¿Quién iba a querer alguien que no "aporta" nada? Aporta o aparta, ¿no?
No tenemos derecho a vivir si no hacemos algo productivo para alguien.

Al final, quien acaba dejando esto eres tú mismo, si la soledad te acompaña, si cada día ves que los demás te ignoran más y más, si ves que no pintas nada. Acabas yéndote, ¿qué vas a hacer aquí?
No te escuchan, no les importas.
Uno más aquí, uno más caminando por la calle.

No sé, uno escribe cómo se siente, algunos con poemas, otros con historias. Yo sólo intento hacer pensar, a mi y a quien lo lea, ojalá sea más de una persona quien lea esto.
Ojalá, la Navidad os cambiara, ¿o me cambiara a mi? No sé. Pero escuchar a los demás de vez en cuando no está de más.
Intentar ayudarles en sus problemas, intentar escucharles, hacerles sentir que no están solos.
Pero qué más os da, si vuestros problemas vienen y van. Lo malo será cuando vengan para quedarse.

domingo, 22 de diciembre de 2013

"Gracias por todo mi amor, gracias por tanto calor"

Es curioso, como una casualidad puede cambiar tu vida.
Es curioso que sea tan perfecto, tan parecido a ti que te asustas, podría ser incluso tu hermano. Tus mismos gustos, una forma de ser única que pocos se dan cuenta de lo valiosa que es. Es raro, distinto a los demás, él creía que es algo malo; mi día a día se basa en demostrarle lo increíble que es por ser así.
Ir patinando por la rivera, haciendo carreras, intentando patinar con los pies juntos, intentado girar, como si fuéramos hermanos, amigos, pero siempre hay algo más ahí, nunca termina nada sin darse ese beso. Detalles que marcan la diferencia.
Poder decir: "Eh, ¿vemos una de Harry Potter? O mejor, ¿un maratón? Y poder hacerlo, porque le encanta.
Es extraño, es distinto a los demás.
Su corazón, no cabe en su pecho, su mirada, rebosa amor. Sus manos, el contacto de su abrazo, desprende calor y cariño, sentirte segura cuando estás entre sus brazos, sabes que nada malo te puede pasar si entre su calor estás.
Poder notar su respiración, su aliento, caliente en una noche fría, invierno, diciembre; Ocaso del año.
Darle las gracias por todo lo vivido, en un periodo breve de tiempo, darle las gracias por secar las lágrimas de dos oscuros ojos. Por sacar la sonrisa que pocos sacan, por devolverle la sonrisa a un alma muerta.

Decírselo a la cara, lo increíble que es, decírselo una y otra vez.
Afortunadamente, esto, se lo repetiré una y otra vez cada día.

Al levantarme, girar la cabeza y ver que aún él está durmiendo, tumbarme encima de él y despertarlo haciendo cosquillas, y cuando de un sobresalto se despierte, besarle.
Suena tan lejano.
Acostarse cada noche pensando en lo mismo, en cómo serán las cosas en veinte años y yo me imagino siempre lo mismo, y siempre la persona que comparte su vida con la mía, es él.
Es curioso, ¿no? Con dieciséis años y ya estás segura de con quien quieres pasar el resto de tu vida.
Si le conocierais en profundidad, sabríais de qué hablo.

Te quiero

sábado, 21 de diciembre de 2013

All you need is love.

No voy a pretender embellecer este texto con palabras retóricas, o de difícil entender. Sólo que sirva como una fuente de desahogo.
Son simples momentos, simples acciones, detalles, que marcan la diferencia.
El principio, el comienzo de todo se debe a la música. Qué buen comienzo. Y qué casualidad tan bien diseñada, para que corazón y mente discutieran sobre qué debía hacer.
Un corazón rendido ante la realidad, sin latido, no sentía. La cabeza hizo lo que tenía que hacer, pero ver unos ojos apagados y que no fueran los tuyos, hizo arder aquel pequeño corazón que en mi pecho se escondía, volvió a latir, callando a la voz de la mente y jugándosela a volver a caer al suelo, romperse en pedazos. Hizo bien.

No sé cómo os veréis las demás en unos años. Yo sí. No sé cuáles serán las vistas de mi ventana, pero si quien habrá tras ella. Una familia, una familia con los padres músicos, guitarra y piano. Con una niña preciosa. Felices.

Le miro a los ojos, y veo en ellos una sonrisa.
El calor de sus manos en mi espalda, la necesidad de tenerle siempre, aquí.
A mi lado y que nunca se vaya.

Cuando no está, todo se vuelve gris, hace frío, interior.

¿Cómo sabes si estás enamorado? Cuando según pasan los meses, ves que le necesitas más y más y que cuando no está, tu sonrisa desaparece.
Todo lo que ha hecho por mi, las sonrisas que me ha robado, las risas que me ha sacado. Gracias.

viernes, 20 de diciembre de 2013

Shadow.

El silencio grita en el vacío de su cuerpo, intentando salir de él, rasgando cada poro.
Demasiados deseos de cambiar el mundo reprimidos en tan pequeño cuerpo.
Un corazón de hielo que en su interior, ardiente, como el fuego del infierno de donde viene.
¿Qué más da? Si nadie la ve pasar. ¿Qué importa? Si nadie la tiene en cuenta.

Sus ojos, ennegrecidos, ni su pupila se distingue, negros como el carbón, pocos fijan los suyos en ellos. Apagados, llorando la tinta de sus versos, manchados de recuerdos. Su sonrisa desaparecida, sigue en estado de búsqueda, en cada rincón de una pequeña ciudad. Nadie sabe quién la robó, probablemente ahora muerta. ¿Quién la echaba en falta? Ni si quiera ella.

Sus sueños aún desgarrados en sangre esperando a que alguien los cosa. Invierno aún en su cuerpo, frío como el hielo en su exterior ordinario.

"Todo comenzó con música."

La clave, la música. Aportando calor a su frío corazón, una sonrisa se esbozó en su rostro cuando el ambiente cargado de sonidos, humo, oscuridad y cantos de rock, surgían de un escenario.
Aún así, aún habiendo un intento de sonrisa en su rostro, la oscuridad aún era su hogar.
¿Quién iba a decir que una sombra iluminaba otra sombra? Sombras por separado, apagadas, al juntarse un brillo se desprendió de un punto en su zona superior izquierda, a la altura del pecho, unidos.

Se apaga cada vez que no están juntos, pero el simple hecho de verse enciende cada poro de su piel.

Tránsito de noche.

Si la soledad llama a mi puerta,
decidle que estoy bajo las sábanas
de mi cama, esperando a que vuelva
mi alma que hasta hoy creía muerta.

Si sus ojos se centran en mis pupilas
observando cada beta de mis ojos,
en su interior negros, como mi alma,
oscura en cada una de sus esquinas.

Cada gota de sangre derramada
de cada lagrimal de mis ojos
tiñe de rojo cada recuerdo,
si mi alma aún a ti está atada.

Mi alma desató cada hilo
que nuestros cuerpos unía
pues mi corazón nunca perteneció
a quien en ese corazón vivía.

No pienses que mi corazón es grande
pues en un pecho pequeño se concentra,
cada recuerdo oscuro, cada lágrima caída,
cada recuerdo en él se encuentra.

miércoles, 18 de diciembre de 2013

-III-

Ocaso; el brillo de sus ojos en la oscuridad de mi noche. Helsinki en invierno, corazón de hielo. Invierno perpetuo.
El brillo y forma de sus ojos, desprendiendo paz por donde van, se encienden en llamaradas cuando una batería con motivos satánicos resuena para dar comienzo a la noche.
Todo comenzó por casualidad mal diseñada. No todo salió bien desde un principio. Meter la pata para después salir del charco y secarse.
Al otro lado del charco, una pequeña sombra negra se deja ver en el reflejo del agua. Mirándose a sí mismo.
Ver en sus ojos la mirada caída, ver su felicidad irse por detrás, huyendo por cobardía.
Pasar descalza el charco, mojándote los pies, pero no sientes nada. Sientes la necesidad de ver su sonrisa nacer de su pequeña y fina boca. Que levante cabeza y sus ojos sonrían a su vez.
Ese instante, tras cruzar el charco y ver cómo el se preocupa por si tú estás bien, y pidiéndote que por favor, te vayas. En ese momento comenzó todo.

Hoy, tres meses después, habiendo ocurrido tantos momentos, tantos momentos que él sabe y yo sé. Momentos que no quedarán en un olvido, si no que vigentes permanecerán pasando los años.
Podría pasarme la vida hablando de él, pero para eso es mejor conocerle.
Te quiero.

lunes, 16 de diciembre de 2013

Cuestión de gustos.

Los días cortos, la luz no incide en su rostro, gris. La oscuridad nace de sus pupilas, sus cabellos negros como el carbón, caen por su hombro izquierdo, trenzados.
Cabizbaja camina por una fría calle, a medio iluminar de una pequeña ciudad. No mira al frente, siempre al suelo.
Sus lágrimas nacen de dos diamantes en bruto, negros. Caen por una morena piel sonrosada por el frío del invierno que amenaza caer sobre la ciudad, nieve, hielo, frío. Invierno.
¿Lágrimas? Lágrimas ensangrentadas en su interior; llorar tu propia sangre. Su sonrisa desaparecida, ella la busca entre los escombros de un ser interior que asesinó la sociedad. Busca esa chispa que encienda el fuego que soplaron cuando aún vivía en su exterior.
Pensamientos reprimidos que por "miedo" no decía. Sus oscuros ojos; en sí preciosos. Aún lloraban.
Con ella, llevaba un bolso lo suficientemente grande como para poder llevar en él un libro; vacío. En el cual alguien le dijo una vez:
"En él escribirás todo aquello que tu mente se pregunta, todo aquello que piensas y reprimes por miedo a que no te acepten; sin miedo
Necesita el desahogo de quien no la escucha. Ese alguien que nunca llegó que la comprendiera.
Un bar, un pequeño bar alejado de la jauría de la ciudad en la noche, discotecas a todo volumen, vestidos negros que cubren poco más que el muslo, tacones altos y maquillaje de fiesta.
Comercial; aquello que es repetitivo, que es igual. Todos hacen lo que se lleva, todos quieren lo que está de moda. Simple sociedad consumista, todo aquello que se sale del tiesto, diferente, es malo.
Todos debemos consumir, comprar, querer, más más más y más.

Sentada en una silla apartada del centro del bar. Comienza a escribir:
"Nos cuentan de pequeños que los Reyes Magos, Papá Noel, el ratoncito Pérez y demás, nos cuidan. Nos quieren y traen regalos, nos cuentan que hay ángeles, que hay un niño que resucitó, el niño Jesús, nos cuentan que Dios es bueno y que nos quiere, que si morimos vamos al cielo si somos buenos y al infierno si somos malos. Crecemos, nos hacemos mayores y con ello comenzamos a comprender, a pensar por nosotros mismos. Nos dicen que los Reyes Magos no existen, que el ratoncito Pérez son los padres, que Papá Noel tan sólo es un invento comercial. ¿Cuándo nos dirán lo de Dios
Aquel que intente buscarle una respuesta alternativa que sea libre como para decir "No, no creo en "Él" no. Voy a buscarle una respuesta alternativa" será criticado.
Entonces, ¿tenemos libertad? ¿Somos libres para pensar por nosotros mismos? ¿Existe realmente la libertad
Somos esclavos de la moda, llevamos lo que "ellos" quieren que llevemos, pues en las tiendas no encontrarás otra cosa. Nos hacen querer comprar todo aquello que nos muestran en la televisión, nos entra por los ojos, lo acabamos creyendo necesario.
Tenemos que ser todos iguales si no queremos ser criticados por los demás, marginados y expulsados de un círculo al que llamamos "sociedad"
¿Se ha olvidado eso de "cuestión de gustos"? ¿La sociedad como tal existe? refiriéndose a ese grupo de personas que siguen unas determinadas conductas, como si fuéramos una manada
Cuestión de gustos, sin hacer faltas éticas, si te gusta algo, ¿por qué no tenerlo, usarlo, hacerlo? Si no hace daño a nadie, claro está
Lo bonito es ser diferente, ser , no vivir bajo una máscara, respetar los gustos y ser respetados.
Dudo que esto lo vaya a leer nadie, a quién le importa.

Sale del bar, llueve. El bar situado bajo unos soportales, donde ahí no llueve. Hace frío, se cruza de brazos, acercándose a la salida de los soportales mirando el cielo; oscuro.
En el bar, aún habiendo gente, no quiso entrar, habiendo salido hacía unos pocos segundos. Marchó hacia otro sitio, caminando en una soledad oscura, cuando mira en el interior de su bolso y observa que su libro no está.
Vuelve al bar, donde ve que un chico, está leyéndolo. Ella asustada pensando qué diría ese chico al leerlo, no se atreve a acercarse. Sonrosada, esta vez no por el frío, si no por el joven que lee el libro. No de mucha altura, vestido también de negro, con un flequillo que le tapaba los ojos y parecía interesado en la lectura.
Ella sentada en la barra del bar, mirando de reojo a la mesa. Esperando a que el chico deje el libro, esperando.
Tras unos minutos observando las clases de botellas que había en el expositor del bar se da la vuelta, el joven no está, pero el libro permanece en la mesa. Con un post-it en la portada.
"Y yo creía que ya no quedaban personas como , a juzgar por tu letra eres mujer, me encanta como piensas, increíble. De verdad, increíble, me encanta"
¿Casualidad?

Candados de soledad.

Y guardó su corazón bajo llave para protegerlo de quien se lo quisiera robar. Rompió todas las cartas que su corazón escribió en sus paredes llenas de tinta y sangre.
Olvidó las sonrisas que habían nacido de sus labios, olvidó la risa de su voz.
Olvidó tantas cosas que su felicidad murió.
Jamás fue encontrada, solo cenizas de haber quemado cada recuerdo.
Y de esas cenizas, una mano diestra cogio y a la puerta del baúl que guardaba su corazón escribió:
"Todo comienza con música"
Éste llamó a la puerta y nadie contestó.
Volvió a llamar. Se fue, pero antes de irse dejó una llave en la puerta. Su corazón débil y ensangrentado salió y la recogió. Le llamó y le invitó a pasar; una vida de soledad compartida.

sábado, 14 de diciembre de 2013

Guerra de recuerdos.

Intentas no caer, intentas permanecer fuerte y ser la misma de ayer. Pero no puedes.
Intentas sonreír a los demás, procurar ser normal. Pero hay algo en ti que ya no está igual.
Tu corazón destrozado se ha regenerado, faltan piezas en ese puzzle, sus huecos han sido ocupados por fuertes trozos de hielo rojizo, la sangre congelada que no fluye, te vuelves fría como el invierno.
Tu sonrisa pierde luz, tus ojos se apagan y tu personalidad cambia.
¿Dónde está? Preguntan muchos. Jamás volverá. Respondes tú. El frío se ha adentrado en ti y tu alma baila tangos con la soledad.
Sentirse solo en un mundo lleno de personas indiferentes para ti, que tan solo son almas grises que vagan por oscuras ciudades tratando de recobrar su color.
Tu tristeza se acentúa cuando ves parejas felices pasear dando color a cada flor marchita.

Llaman a la puerta. No esperas a nadie, o tal vez sí. Arrastras tus envejecidos pies hasta la puerta, tus arrugas de edad de marcan en el gesto de terror al abrir la puerta.
Una mano esquelética blanquecina se extiende en frente de ti. Dos opciones: le das la mano, cierras y das la espalda. ¿Cual?

viernes, 13 de diciembre de 2013

Lágrimas de sangre.

Hay veces que los recuerdos llaman a tu puerta. Cierras los múltiples candados que sostiene la puerta y aun así, éstos entran.
Hay veces que te intentas mantener fuerte, fingir que nadie ha dado un martillazo a tu corazón, pero uno tras otro, el corazón se va haciendo débil, hasta que no puede más y explota.
Llora en su interior, lágrimas de sangre que brotan de su alma. Por fuera, tus ojos se resisten al nacimiento de lágrimas dispuestas a suicidarse por no dejar de llorar.
Miras al suelo, viendo cómo tu felicidad se escapa entre las betas de la madera antigua del suelo.
-Mírame a los ojos. -Te dice una voz. Niegas con la cabeza, intentando esconder dos luceros bajo la oscuridad, luceros que han dejado de brillar, que tan sólo las lágrimas reflejan la luz de las lámparas de techo. Una mano te coge de la barbilla y suavemente te eleva la cabeza a la altura de sus ojos. Te mira. Rompes a llorar y te apoyas en su pecho, tapada por tu corta melena abrazando su cuello.
No sabría como darle las gracias por tantas cosas. No sabría por donde comenzar, pero sí dónde acabar.
Si todo comenzó con música, qué menos que un "no final" de ella.
"I want to hurt you just to hear you screaming my name"

miércoles, 11 de diciembre de 2013

Soledad compartida.

Oscuridad, la Luna escondida tras un edificio, aún se podía ver el resplandor blanco asomando.
Podía mirarle y ver el brillo de sus ojos reflejado en su sonrisa, sus ombligos desnudos podían besarse.
La necesidad de que sus labios colisionaran, se fusionaran. La necesidad de agarrarle por la piel y juntarle cada vez más.
Falta de oxígeno en el callejón, ¿necesario? ¿Quién quiere respirar si tiene el aire que sale de su boca para vivir? 
Respiraciones por la boca, a dos centímetros, rozando su cuello. Sus manos por dentro de la camiseta, en su cintura desnuda.
Gastar sus últimas gotas de oxígeno en los "te quiero" ahogados que salen de una boca y se adentran en la otra.
El rozar de sus manos dibujando espirales en la espalda, sonrisa de oír cómo la gente al pasar frente a ellos baja el volumen de sus conversaciones y vuelve a subir al final de la calle, el frío en ellos no existe. La sangre arde por dentro, calentando exteriormente sus cuerpos.

Y pensar que todo comenzó en soledad. Dos almas grises manchadas de sangre de pasado. Heridas en carne viva que no cicatrizaban. Un día, sólo uno, se taparon las heridas con vendas para que el aire, cargado de alcohol no penetrara en ellas y doliera. 
Entre oscuridad y gritos con sabor a rock, guitarras eléctricas y canciones satánicas dos miradas se cruzaron pero desviadas por el ambiente quedaron en el olvido, no mucho tiempo.
Por una mera casualidad esas miradas volvieron a cruzarse. ¿Y ahora? 
Una soledad compartida, soledad de dos. Soledad que permanecerá así hasta el fin de sus días. 
Porque un juramento inquebrantable si se incumple se paga con la muerte.

sábado, 7 de diciembre de 2013

Sin ti, sería silencio.

¿Sabíais que la imagen convencional de un corazón se debe a la unión de dos corazones normales? 

Y sacar a pasear nuestros corazones,
por las calles frías que el invierno congela.
Y volver a recordar todas las razones,
por las que contigo el tiempo vuela.

Ser dos, ser uno, unidad, tú y yo.
Ser tres, cuatro, cinco en unos años.
Siempre que nuestros corazones estén, 
tan cerca como nuestros labios.

¿Te imaginas? Pasear bajo la lluvia y la niebla, donde nada se vea. Donde cada instante queda guardado en nuestros corazones de aquí al fin del mundo.
Donde los sentimientos nacen a flor de piel y se traspasan de uno a otro.

Ardiente cuerpo, su aliento en mi cuello, siento cada respiración suya en mi pecho. Su espalda desnuda donde mis manos reposan. Los besos surgen, dejando sus labios en mi cuello arrastrarse hasta la boca. 
No hay oxígeno, respiramos por la boca. Arde, su corazón palpita cada vez más deprisa. 
Suena un "te quiero" sin oxígeno, ¿a cuántos centímetros? ¿uno? ¿dos? 
Los besos gobiernan el momento, la oscuridad tapa cualquier prueba de ello.

Sus labios morían en mi espalda desangrándose por ella.
Sus manos recorriendo cada zona de mi torso desnudo.
Su amor se hacía notar en cada instante de oscuridad.
Y sentir su calor en mi pecho, su amor en mi alma.

jueves, 5 de diciembre de 2013

Juernes.

-¿No te preguntas qué pasará en dos años? Universidad, tal vez una carrera que no esté en Valladolid, marcharse, dejarlo todo.
+¿Todo?
-No, todo no. Lo pienso mil y una veces, realmente no me quiero ir. Realmente, pienso en mi futuro y, ¿sabes qué? El padre de mis hijos ya tiene cara, nombre y apellidos.
+¿En serio? Pero, ¿cómo te lo imaginas?
-Pues mira. -Ella se acercó a él, a su lado, sentados en la mesa de un bar, a su lado un piano color madera, pequeño y bajo, con dos vasos en la mesa, él la agarró por la cintura y ésta se apoyó en su hombro.
-Me veo, en una casa, más o menos decorada como este bar, con un piano y dos caballetes. Muchos cuadros de ambos y con varios niños correteando por la casa. Poder sentarme en un sillón a leer y mirar por a ventana, ¿las vistas? las que sean. Tener varias estanterías llenas de libros, completas, rozando el techo, y discos, muchos, millones, infinitos.
+¿Hijos?
-Claro, me gustaría tener varios, no solo uno. Me encantaría llamar a mi hija Andrómeda, no por la galaxia, si no por la diosa. ¿Los demás? Mi marido también tendrá que elegir, pero me gustaría que no fueran los típicos nombres, algo diferente, pero bonito. No por postureo, si no porque me gusta.
¿Dos niñas y dos niños? Como sea, pero tener varios, y cuando sean bebés, poder sentarlos al piano y que oyeran las notas, que vivieran entre música.
+¿Y si te sale un hijo o hija artista?
-Le apoyaría, jamás diría qué tiene o no que hacer mi hijo, para entonces será lo suficientemente maduro como para poder elegir por si mismo, si se le educa bien, sabrá elegir.
Y sería lo mejor para mi, cuando me case irme de luna de miel a Finlandia.
+Tendrás que buscarte un marido que le guste Finlandia.
-Estoy apoyada en su hombro.

miércoles, 4 de diciembre de 2013

Sueños que sueñan con ser reales.

Todo comenzó con música; todo comenzó en la oscuridad.
El silencio muerto una noche de verano, el silencio asustado fuera de los focos.
La tierra temblaba al ritmo de guitarras eléctricas.
Comenzó con su mirada, podía ver en el oscuro de sus ojos un sentimiento de euforia y tristeza a la vez. El misterio de su mirada.
Poco a poco fue escribiéndome en su alma, mientras mi tinta se derramaba en su piel.
Ahora él lleva mi alma en sus ojos y mi nombre en su boca.
Los buenos días llegarán cuando al girarme al otro lado de mi cama me choque con otras piernas y una sonrisa me diga "Buenos días, marmota"
Mientras otros llamaban a la puerta, él llamo a mí. Mi corazón le abrió y éste, se quedó en la puerta, esperando a que le invitara a entrar. Mi corazón le raptó.
Ingenua de mi, coger el camino equivocado y rectificar más adelante.
Ahora me encuentro instalada en sus ojos y desde ahí puedo ver su corazón. Ardiente y enorme. En mi defensa diré, que fue su mirada quien desnudó mi alma.

Algunos sueños no quieren despertar, tienen frío.
 ¿Quién ha dicho que esto sea un sueño?
Y ahí están todos rotos y congelados esperando ser el "alguien" de una persona.

Mundo pintado con lápiz.

Cuando tu mundo se desmorone, ven al mío; está muchísimo peor, perpetuo. Querer a alguien tan frágil es imposible sin provocar un bonito desastre.
Dicen que el mundo tiene un lado bonito, creo que soy un círculo, lo debieron pintar a lápiz, pues colores no existen aquí. Las noches son noches y los días son atardeceres grises, ocasos de momentos irrepetibles que juramos volver a vivir y jamás llegó ese día.
Viviendo un suicidio diario de palabras, un viento espeso ondea su cabello, recargado de recuerdos y promesas no cumplidas.
Sonrisas caducadas.
Los niños aquí nacen adultos, los adultos mueren ancianos y los ancianos perpetúan.
El tiempo se paró en el instante que todo se rompió, en mil pedazos como un corazón de cristal.
Volver a reconstruirlo pero ver que muchos cachos cayeron al abismo donde jamás volverán, infierno.
Invierno constante; frío perpetuo.
La felicidad es para valientes, la tristeza de cobardes que se quedan encerrados en su corazón con las luces apagadas; no hay nadie.

martes, 3 de diciembre de 2013

Cardíaco.

El invierno y la nostalgia, romance que perdura.
Voy descarrilando besos por las calles de una ciudad blanca, susurrando versos de nostalgia.
El invierno, de valientes, la soledad y el frío llaman a las puertas de tu corazón. Tú, cerraste las ventanas y bajaste las persianas. Sin darte cuenta de que al encerrarte, la soledad y el frío interior ya habían entrado; ingenuo.
Os encontrasteis un rato y os dolisteis para siempre, el mundo cura y tú sin creer en Dios, dejando tus heridas al aire. Llueve alcohol y tu desnudo, te arde el cuerpo.
Las miradas valen más que las palabras, una despedida no es lo mismo si tus ojos suplican un último beso.
El invierno vuelve silenciosa a la ciudad y tú das portazos a cada corazón que te cierra la puerta.
No viste el corazón que tuviste delante por llenar tus ojos de poesía de desamor.
Y un día saliste de casa sin el corazón, dejándolo escondido en algún lugar de tu habitación.
Quien decía que el equilibrio está en los oídos estaba en lo cierto; oír su nombre y caer rendida al suelo.
Tan sólo fuiste un ave de paso, con el norte algo distorsionado. Te caíste sobre mi invierno y te quedaste en sus brazos.

¿El futuro lo pintan así?

Demasiado fría para los demás, pobres ingenuos, desconocen que en realidad, el frío puede llegar a quemar. Fiarse por un envoltorio de papel, en vez de abrirlo y mirar adentro a ver qué hay. Os creéis las cosas tal y como las pintan. ¿No sabíais que muchos de los cuadros más famosos de la historia estaban escondidos bajo otro? Nadie se atreve a mirar qué hay en su interior. ¿Miedo? Quien sabe.
Muchos son los que critican y muchos los criticados. ¿Quién son los pocos que dejan de lado las apariencias y miran el interior? Pobres ingenuos diréis. Raros, distintos.
Qué bien se vive siendo todos iguales, clones unos de otros. Así, ¿quién se va a atrever a criticarte?
Ser diferente no está de moda, y claro, los que van a contracorriente de como sois los demás, está mal, ¿no? Lo diferente, lo distinto, lo no conocido siempre ha sido peligroso y malo. Sois menores de edad, es lógico. Aún más justificable si no sabéis el significado de "menores de edad".
¿Pero quién soy yo para decir cómo debéis de ser? Demasiado tengo con veros la cara todos los días, cualquier día os voy a poner el mismo nombre a todos así sé de fijo que no me confundiré, iguales. Clones. Me invadís.

lunes, 2 de diciembre de 2013

Perdonen, me confundí de planeta.

Se me quitan las ganas de seguir viviendo en lo que vosotros llamáis "mundo" No sé.
Que tu propia familia te hunda, todos los días y según ellos sea "por tu bien" que solo quieran que tengas un trabajo donde se cobre mucho para vivir bien, en vez de mirar y ver lo que a ti te gusta.
No sé, ¿Y si no llevo razón? Tal vez lo de "me gusta" tan solo debe y deberá ser un pensamiento reprimido que deberá ser eso, oculto. Que todo gire en torno al dinero y al ser todos iguales.
Si es así, paren el mundo, que me bajo. Ya veré yo donde dejo caer mi cuerpo, entre Venus o Mercurio, pero aquí desde luego no.

domingo, 1 de diciembre de 2013

El precio de la vida.

Ponéis valor a las personas. Para vosotros vale mucho más un famoso que alguien normal. ¿Por qué? ¿Qué tienen de especial ellos? ¿Qué son famosos? En serio, qué desastre de humanidad.
Ponéis precio a todo e incluso lo queréis comprar. ¿Compraríais una persona? ¿Qué haríais con ella? No respondáis, por favor. No es necesario.
Si se pudiera comprar el amor ¿Lo compraríais por no tener que conseguirlo? Me entristece pensar que podría haber personas que lo compraran.
¿La vida tiene un precio? ¿Es más valiosa la vida de un famoso que la de un pobre?
El valor de la vida se mide por la felicidad,  probablemente alguien que apenas tiene nada, tan sólo una casa y para comer, es más feliz que quien tiene de todo y quiere más.
¿Qué es la igualdad de condiciones? Tan sólo un mito, algo que se impuso y jamás existió. ¿Quién lo iba a cumplir mientras pueden ellos tener todo el poder y el dinero? Que incluso se lo roban a los pobres.
Necesitamos un Robin Hood, roba a los ricos para dárselo a los pobres, ¿no? Lo peor es que si existiera lo meterían en la cárcel al primer asalto.

Reina del invierno.

Algo decían del brillo de sus ojos al llorar, convertidos en mares de barro; marrón.
Algo decían de su sonrisa cuando era feliz, única.
Algo decían de su carácter, su temperamento al enfadarse con el mundo.
Algo decían de una chica de dieciséis años que no sabía qué era el mundo.

Lágrimas reprimidas por sonrisas falsas. Gritos ahogados, mudos por una risa que no siente.
Bienvenido a mi frío; bienvenido a mi invierno. Donde las flores no existen, las reemplazan los copos de nieve que caen sobre tu cuerpo. Donde si estás solo, estás perdido. La soledad es un suicidio. Donde las sonrisas si no son con alguien no existen.
Bienvenidos a mi mundo, cuidado, no os vayáis a perder, no vengáis acompañados, la compañía vendrá aquí a vosotros.

-CGA-

Lágrimas en sangre, sonrisas en dolor. Cualquier camino no tiene porqué llevar a la "felicidad"
¿Algún camino lleva a ella? ¿Existe un camino? Tal vez, la vida no sea un camino, si no una explanada. Un desierto.
Escribí mi biografía con tinta de mi propia sangre para darle más realismo al dolor. ¿Ahora? No la escribo yo sola.
Cada lágrima derramada por algo que no merecía la pena, cada sonrisa falsa que he puesto para que nadie preguntara. ¿De qué sirvió? Quizá de mucho, quizá de nada.
Es hora de decir adiós a muchas cosas, a muchas personas, de volver a comenzar. No en este preciso momento, pero pronto llegará.
Un suicidio moral, quizá tirar la máscara por un acantilado y mostrar quién eres realmente, quién sabe. Tan solo el asesinato de una personalidad que no te pertenece.
Preguntan quién es esa chica de sonrisa de vampiro y nadie responde.
¿Quién la conoce? Realmente nadie, a profundidad. Alguien se acerca, poco a poco se va acercando a un gélido corazón que paralizado por el hielo intenta latir sin fuerzas. Desprende calor, llamas, fuego, va derritiendo su capa de hielo que lo protege de quien pueda romperlo.

El tiempo cura y yo sin creer en Dios.

Grita, grita todo lo que quieras, nadie te va a oír. Rasga tus cuerdas vocales intentando escapar de película de terror.
¿Por qué la gente tiene miedo a una película de terror? Nuestra vida es mucho peor. Vivimos en un grito ahogado constante. Ir al cielo es para cobardes. "Ganarse el cielo" No. Lo que hay que ganarse es el infierno, fíjate, al menos ahí no cojo frió. Me ahorro resfriados.
Llamáis soledad a vuestras ganas de suicidio, suicidio moral de pensamientos reprimidos. Asesináis vuestra propia mente para someterla a ser como la de los demás.
A punta de pistola obligáis a decir "Te quiero" de quien no lo siente, así acabáis.
Clavaría la espada tan hondo de quien hace llamarse "amigo de" y le critica por detrás, tan hondo que se convertirían en un pincho.
Las espinas de las rosas se han clavado en las palmas de mis manos; sangre.
Paren e mundo que me quiero bajar. ¿En qué lo habéis convertido? ¿Quién comenzó todo esto? No le veis salida.
"¿Me quieres?" dijo a punta de pistola, ella murió en el acto.
El mundo cura y yo sin creer en Dios. ¿Qué el mundo cura? Permitidme la osadía de reírme, de vosotros.