domingo, 29 de marzo de 2015

El día que.

Llegará el día que me vea vestida con mi sonrisa. Desnuda de toda retórica, intentando ser un simple lienzo donde él trace las líneas entre peca y peca formando constelaciones.
El día que cualquier artificio sea suficiente como para desnudar tantas mentiras que contaban los versos de amor de aquellos poetas que decíamos

Y cuando llegue, que me encuentre dibujando la sonrisa que se te quedaba cada vez que hablábamos de recorrer en caravana Finlandia.

Tal vez me haya dado cuenta tarde que la necesidad de necesitar gente a nuestro lado es una mentira que nuestro cerebro nos inculca para evitarnos ser felices, para ponernos a prueba de hasta dónde somos capaces de dar sin recibir nada. Y quizá, yo dándote todo el amor del mundo, sea incomparable con el que desprendes tú.

Y llegarán los Domingos que no nos levantemos de la cama,
y el desayuno sea dormir abrazados hasta que anochezca.

sábado, 14 de marzo de 2015

A mi futuro yo/tú

Hay canciones que se bailan pegados.
Hay viajes que se hacen en un Land Rover.

¿Con cuantas personas eres capaz de comunicarte con las cejas?
Con una. -Dijo.

¿Y qué ves? -Le preguntó de nuevo.

Una casa.
Una casa llena de estanterías hasta los techos, con escaleras para las últimas baldas, libros de poesía, narrativa, ensayo, fantasía, alguno escrito por él, por ella. Fotos por todas partes, desde los dieciseis años, los dieciocho hasta hoy, mañana, pasado, el año que viene, un futuro (in)cierto.
Lienzos, cuadros, pinturas, las paredes pintadas por ellos, con la marca de sus manos en los sitios donde lo hicieron.
Todos los recuerdos desde una fecha marcada, maldita fecha, qué día, qué mes, qué año y qué vida maravillosa.
Entradas de cine, conciertos, fotos, posters, carteles.

¿Y nada más?

Dos personas, algo similares en altura, morenos, visten oscuro. Él sonríe, ella le besa, y viceversa.

Y una última pregunta. -Le miró a los ojos y siguió. ¿Qué es el amor?

Despertarte cada mañana mirarle a los ojos y volverte a enamorar de nuevo.

miércoles, 4 de marzo de 2015

Sin querer.

Cien soledades.
Doscientas despedidas.
siete vidas
y una noche en vela.

Venecia se veía a través de las ventanas.
Te abrochaste la camisa del revés
se veían todas las costuras

de cuando te cosí el corazón.
(al mío)

La sonrisa entre las pestañas,
las pupilas inexistentes.

Bajé las ciencuenta y siete
escaleras a tus infiernos.

-ponme una cerveza
+Que sean dos.

y acabé dibujándote en todos mis cuadros.
Sin querer,
o queriendo(te)