jueves, 26 de junio de 2014

Calorífico.

Llueve, las carreteras resbalan, la piscina vacía.
Llueve y mis zapatillas se encharcan de agua.
Caminan rápido buscando dónde refugiarse,
en qué poro de ti se esconderán.
Eres una montaña rusa con niveles bajo el mar.
Subidón de adrenalina, endorfinas.
Las calles están vacías y el día se hace nuestro,
te ríes.
Aún no entiendo porqué me besas, pero me gusta.
Me agarras de la espalda y del carrillo, del pelo.
Sonríes.
Te miro pensando cómo hemos llegado hasta aquí,
parece que me lees la mente.
Máximo absoluto.
Se desmadra todo, se pierde noción del tiempo,
sensación de atemporalidad, sólo se mueve tu cadera.
Me besas, me dejas sin saliva.
Tu piel es como un piano, se activa al rozarlo.
Nos hemos vuelto locos, el tiempo se ha detenido,
la lluvia cesa, el día es gris y el ambiente al rojo vivo.
Ardes, podrías quemar cosas con tus dedos.
Burlar toda ley que prohíbe la atemporalidad.
Olvidar cada momento, olvidar todo.
Reír tras cada beso, cada caricia y reír de burla.
Juventud, el tesoro y la coartada que nos cubre.
A los dos.

Invierno a treinta grados.

lunes, 16 de junio de 2014

CGA.

Ser quien realmente soy desde hoy mismo.

Me he dicho tantas veces esta frase, cada día. Cada vez que he acabado llorando tirada en la cama, me lo he propuesto. Y nunca llega el día, acabo cayendo otra vez en el mismo círculo, tapando quién soy e intentando encajar en algún lado.
Adoro estar sola, sin nadie. Solo para mi. Me encanta comer sola, como lo que quiero y cuando quiero. Tirada en el sofá o en la cama, vestida o desnuda. Puedo pasearme por casa cantando I don't wanna miss a thing sin que nadie me mande callar. Puedo tocar el piano, las obras que más me gustan o incluso aporrear la guitarra mientras canto las canciones de uno de mis grupos favoritos. Puedo hacer lo que quiera, enjaulada en las cuatro paredes de este manicomio. 
Me encanta andar sola por la calle, evadirme del exterior e ir escuchando música, lo más alto que pueda e ir andando al ritmo de la batería.
Estar con demasiada gente me agobia, gente que no conozco que van a lo mismo. No me gustan los sábados por la noche, me gusta tirarme en el sofá con mi manta y ver una película. Y sí, me encantan las películas románticas como Titanic y El diario de Noa, por muy fría que sea también sé llorar, y se me da genial. 
Salir a leer a una plaza del centro, apoyarme en la catedral sentada en el suelo y ver cómo gente pasa, gente que jamás volveré a ver. Personas que serán caminantes en mis sueños o tal vez protagonistas. 

Uno de mis mayores defectos tal vez sea la multitud de manías que tengo. Manías como que nadie puede tocar mi piano, nadie que no sea yo o tenga mi permiso para tocar CUIDADOSAMENTE mi piano. Que nadie toque, huela, esnife, mire mis pinturas, mis óleos, mis difuminos ni si quiera la espátula con que limpio los montoncitos de óleo que sobran. Manías como que nadie me hable mientras pinto o leer boca arriba. Cómo debo sentarme al piano, en qué posición o de qué lado pongo los tenedores en la mesa. Mi manía de mirar mal a la gente que no conozco, los chicos que ligan por ligar, los que beben por emborracharse sin sentido, siento miraros mal, pero es lo que hay. Y sobre todo, mi mayor manía, la peor, hacer fotos a todas las cosas importantes que pasan, las excursiones, hacernos fotos a todo, en todo y con todo, para cuando seamos mayores poder abrir un álbum (vete tú a saber si será álbum, ordenador o qué se yo) y ver las fotos de cuando éramos jóvenes y contar viejas historias a nuestros nietos en Navidad. 

Siempre me han dicho que qué hago en ciencias siendo una chica tan dada a las bellas artes, que pinta como pinta, toca el piano, ama la música y escribir, qué hace aquí una chica de bellas artes ¡En ciencias! Siempre me haré esa pregunta.
Quizá otro de los defectos más grandes que tengo es la cantidad de cosas que odio. 
La indecisión para hacer ciertas cosas, que la carne esté pasada o en su punto, que las cosas lleven poca sal o que me vengan con las de "no comas esto que engorda" los chicos que te vienen de Don Juan y son un mierdas, las chicas que dejan el sector femenino por los suelos gritando a los cuatro vientos la cantidad de penes que han comido en un periodo X de tiempo. Las discotecas llenas de gente, el agua del mar caliente y la arena. Los libros que hablen de sexo y las discusiones por bobadas (siempre las causo yo) 
Los subtítulos que van desacorde a cuando hablan. Los malos directos de un grupo, las peleas por fútbol y sobre todo que te digan "te quiero" y no lo sientan. 
Preferiría que no me lo dijeran, me siento mejor. 

Pero todo odio y toda manía se compensa con algo bonito, con lo que nos gusta lo que nos hace feliz.
Pintar cuando llueve, oír cómo chocan las gotas contra el cristal y van deslizándose. Mancharme las manos de óleo y pintar con los dedos. Hacerme fotos y guardarlas en un álbum donde cada año se ve el cambio que experimento físicamente, las películas de conspiración como El código Da Vinci.
La pasta italiana, la pizza. Las camisetas, sudaderas y playeras masculinas. El pelo rapado por los lados y largo por arriba en los hombres, la barba como Perttu Kivilaakso, las motos y el voley.
Leer mientras llueve, cantar bajo la lluvia, el olor a hierba mojada, las tormentas de verano. Los besos bajo el agua y saltar las olas del mar, intentar surfearlas sin tabla, las aguadillas. 
Las noches en Olmos contando nuestra vida, las noches de "los de siempre" allí.la cerveza y Santander.
Las buenas personas, los buenos amigos, las sonrisas y los ojos azules. 
Tocar el piano a las tantas de la noche con un café en el extremo. Las charlas de mejores amigos. 

Que sí, que tal vez sea hoy el día que decida ser quien soy y no quien debería ser.



domingo, 15 de junio de 2014

Butterfly

Se ha ido de las manos, se ha ido directo al corazón.
Se ha clavado y está desgarrándolo, poco a poco. Muere.
No debería estar pasando y sin embargo
en ocasiones tiemblo.

Entraste lo descolocaste todo y no sé si te vas,
o te quedas a mi lado.
Aún estoy escupiendo las mariposas muertas,
vomitando.

Aún sigo escuchando la misma canción,
habla de un carnaval.
Mi habitación está oscura y llena de sangre.
se me ha desgarrado el esófago.

Las ventanas están tintadas de negro,
no sé qué día es ni si es de noche.
Para mi es invierno y para ti verano,
para mi es anochecer perpetuo.

Y me da igual si es domingo o lunes, de día o de noche.
Que mi cabeza no se concentra en un libro,
no quiero pintar.
Quiero utilizar de lienzo tu espalda, mancharla con mis dedos.

Y nada es para siempre.
ni la felicidad, ni el placer.
sólo el amor.
Nada.

Me preocupa que pase el tiempo, y nada sea amor.
Que siga vomitando mariposas,
matándolas con ácido y sigan naciendo.
Y sea un no parar.

Ser asesina de mis propios sentimientos,
acabar entre rejas llorando,
cada noche pensando en cómo comenzó todo
y el probar una droga que acabaría conmigo.

Aquí y ahora.
Hoy y mañana
en España o en Venezia.
Vivo o muerto.

No sé cómo llamarte, no me atrevo a pronunciarte.
Intentar sobrevivir a un huracán de amor-odio.
Estás acabando conmigo,
sin embargo me gusta.

viernes, 13 de junio de 2014

Es de noche y no puedo dormir.

Vuelve de nuevo, hacía mucho que no volvía a ocurrir. La sensación de tristeza y cansancio, el preocuparse por las contestaciones ajenas, duele.
Notar el hachazo en lo más profundo del pecho, sin embargo tal vez no fue tan fuerte. Sólo es la impresión de ver la sangre derramar como lágrimas por el rostro.
Y sé que volverán las noches sin dormir mirando una foto, recordando momentos bonitos, recordando todo y escribiendo, intentando mantener la mente despejada y fría. Y quizá quien mucho sonríe, más sufre. Y quizá sólo sean las hormonas, descompensadas. Sólo sé que duele.

Y llega la primera noche en mucho que pasarán las horas y mi sueño no aparecerá, pasarán las horas y la almohada se irá mojando de lágrimas. Y aún no sé la razón concreta.
Y tengo miedo, a que todo vuelva a cambiar otra vez. Fría como el hielo, con tormentas con lluvia y ojeras.
La que jamás sonreía, la que nunca se alegraba, tengo miedo a volver.

Se acaba la noche, día perpetuo.
Se acaba el año, comienzan las noches interminables.
Fiesta y alcohol.
Saltar hasta reventar el suelo.

Y te echo de menos, y es lo que más duele.
El verano es muy largo, como sus días.
Te prometí algo,
ojalá aún quieras cumplirlo. 

Al menos recuerdo que miramos el mismo cielo desde puntos distintos.
Te he dicho tantas cosas que mi cabeza jamás aceptó, que fue idea del corazón; no tengo nada que ver en esto.
Se habla de que mente y cuerpo van separados, separaría también el corazón, va por libre.
Jamás hizo caso a la sabiduría y él y su locura iban a la aventura.
Y ahora estoy yo, tirada en el suelo recogiendo los trozos de nuevo, intentando coser las partes rajadas y secando la sangre, como si la última vez fue ayer.


jueves, 12 de junio de 2014

Meses.

Rompiste mis esquemas, mi plan.
Apareciste de la nada y destrozaste todo a tu paso,
Llenaste de tinta mi cuaderno escrito,
hiciste olvidar cada marca.
Tan rápido, tan fácil.
Apareciste sin llamar, aún recuerdo cómo arqueabas las cejas.
Tus ojos brillaban, ahora sé que es lo normal.
Fuiste como ese acorde que rompe una canción,
el momento en que se alzan los puños al aire y saltamos.
Eres el segundo en que aparece la guitarra
y rompe con una balada de desamor.

Recuerdo la primera vez que quedamos,
no podía mirarte a los ojos, me reía.
Sin darnos de la mano, separados.
Qué rápido pasa el tiempo.
Veo el mar a través de tus ojos,
te agarro de la mano y sonríes,
me llamas pequeña y en efecto.

Y cuántas fueron las veces que tenía miedo
y no te lo dije.
Y sigo sin hacerlo.
 
Y volverán las noches de verano y sus tormentas,
y volverán las noches donde veamos juntos las estrellas.
El verano siempre trae suerte y magia,
y tumbarnos hasta quedarnos dormidos apoyados.
Y no sé cuántas mariconadas más.

Solo que te quiero, y es bonito. 

martes, 10 de junio de 2014

Frenético.

No sé si son las olas o el color,
lo que me hace recordar la primera vez que me miraste.
La primera vez que acercaste los labios
y me besaste.
El frío al entrar al agua, al zambullirme,
mojarme y sentir el agua correr por mi cuerpo,
ver cómo se tiñe de color azul
entre el cielo y el mar.
Lo que me recuerda que, un día te dije
que me fugaría contigo lo más lejos posible,
donde nadie nos pudiera encontrar.
Donde sólo Dios estaría presente si me paseaba desnuda.
Donde nadie nos conocería y viéramos San Marcos
desde la cama.
Ver tu torso amanecer y ver el mar
a través de tus ojos.
Acabar una noche tirados en el muelle.
Viendo la estrella polar reflejada en tus pupilas.
Mirando lo insignificante que somos
y lo guapo que estás en camisa.
Amanecer con una sábana en mi pecho,
abrazada a ti.
Y suena de fondo aquella obra que tanto me gustaba escuchar
cuando hablaba contigo y escribía.
Cuando me inspirabas para escribir cada noche.
Porque los comienzos habían sido una locura,
porque la adrenalina y el miedo,
nos los inyectábamos.
La locura es nuestro mapa y las ganas de vivir,
salir corriendo, huir.
Llamar al destino y decir que avance un capítulo,
que los personajes se han largado del cuento.

domingo, 8 de junio de 2014

La luna desde puntos equidistantes.

Arriba en el cielo, entre estrellas.
Estamos mirando la misma luna,
a pocos kilómetros,
entre nosotros.

Se habla de cometer locuras,
escapar de aquí e irnos donde sea.
Aquella ciudad que desde que te conozco,
queremos ir.

Allí la luna tal vez se vea más bonita.
Se huele ambiente a romanticismo,
no sé cómo llamarte,
ni sé qué eres.

No sé cómo llegaste,
pero no quiero que te vayas.
Quiero que estés cada noche,
dándome un beso, viéndome despertar.

Él no es ordinario, no es como los demás.
No es uno más,
para suerte o desgracia.
Tu luna eclipsó mi sol.

miércoles, 4 de junio de 2014

Es de noche y te echo de menos.

Capaces de detener el tiempo,
de apagar el sol y crear la noche.
Capaz de hacer nacer mariposas en mi estómago.
De matar restos de odio.

Estuve hablando con mi espalda
me dijo que echa de menos tus manos
apretando,
besando.

Caer en deseo de una vez más,
de volver a tener tu estómago ardiendo,
pegado a mí.
humeando.

Nunca te vi tan serio, tu risa apagada.
Sustituida por resoplidos.
podía notar el fuego saliendo de ti,
se había hecho de noche.

Las estrellas no han salido hoy,
la luna se ha quedado dormida,
dejaste en paro al Sol
y en jaque la Estrella Polar.


martes, 3 de junio de 2014

La estrella de los tejados.

A veces sólo soy invierno,
blanco hielo que mata las flores.
Deja surcos resbaladizos,
en los recuerdos oscuros.

A veces sólo soy otoño.
Dejando morir mis hojas,
chocándose contra el suelo.
Tiñéndome de marrón y ocre.

A veces, sólo a veces,
echo de menos tus abrazos,
tus besos y tus caricias.
A veces se apaga el sol.

Intermitente, se está muriendo,
quizá haya una estrella que brille más,
desde el cielo, desde nuestro cielo.
La estrella que hace poco subió.

domingo, 1 de junio de 2014

Regreso al pasado.

Hoy he visto una película que me ha hecho pensar bastante. Se asemeja al mundo actual, se asemeja al sistema social y me ha hecho entristecer.
Un mundo dividido en facciones, cada persona desempeña algo, y quien no, es un abandonado.
Me ha hecho recordar cómo nos encaminan en la vida, todos tenemos que ser algo importante. Médicos, bomberos, abogados. Pero hay un puesto, que nadie quiere ocupar, que está marginado de los demás y que es despreciado y lo más triste es, que es el más vital de todos.

¿Quién hoy en día quiere ser un músico, pintor o escultor? Si no es en una familia criada en el seno de las artes, no se paran a pensarlo. Siempre fue: o de ciencias o de letras. Nunca se contaba con artes.
Es un punto de vista distinto, donde se cultiva la imaginación y otros campos que apenas se enseñan en el colegio. Allí tenemos lengua, matemáticas, física, química, latín, griego. Música sólo hay un año y arte se le llama plástica donde se hacen dibujos sin ningún tipo de técnica.
¿Quién hoy en día quiere pararse a pensar en ello?

¿Qué va a hacer la gente que nace con ese don? No tiene otra que desperdiciarlo, o luchar por ello. Hasta darse cuenta de que su vida no va más allá que un pequeño sueldo y apenas para vivir. Mientras un presidente del gobierno llevando a la ruina al país se mete muchísimo dinero al bolsillo.

Cada día que pasa me doy cuenta de qué lugar debo ocupar y no puedo, no puedo. No sabéis lo que duele saber que perteneces a un lugar y no puedes ir, entrar de lleno allí porque no. Porque no soy Velázquez. No lo soy. Puede que con práctica lo fuera, puede ser pero no lo sabré si no entro allí.
Entrar en una universidad que me enseñe cómo pintar, me cultive en el mundo del arte. No puedo.

Momentos como ese me apetece coger un cohete y salir de aquí, irme a Marte, Saturno o fuera de Orión, pero no estar aquí, porque no encajamos.

Hola buenos días, soy Celia Gallego la próxima en la lista del paro. La próxima que pintará en su tiempo libre mientras hace qué sé yo.
Pertenecemos al sector minoritario, ese que nadie se para a mirar, que creen que un cuadro es caro. No saben qué ha ocurrido mientras lo dibujamos, o cuanto material hemos metido, gastado. Las ganas y la pena de venderlo.
No lo saben, no lo valoran y aquí estamos. Una manchalienzos más en las calles de una pequeña ciudad de mi país, la mierda de país donde nací y donde espero no vivir en un futuro.