sábado, 7 de diciembre de 2013

Sin ti, sería silencio.

¿Sabíais que la imagen convencional de un corazón se debe a la unión de dos corazones normales? 

Y sacar a pasear nuestros corazones,
por las calles frías que el invierno congela.
Y volver a recordar todas las razones,
por las que contigo el tiempo vuela.

Ser dos, ser uno, unidad, tú y yo.
Ser tres, cuatro, cinco en unos años.
Siempre que nuestros corazones estén, 
tan cerca como nuestros labios.

¿Te imaginas? Pasear bajo la lluvia y la niebla, donde nada se vea. Donde cada instante queda guardado en nuestros corazones de aquí al fin del mundo.
Donde los sentimientos nacen a flor de piel y se traspasan de uno a otro.

Ardiente cuerpo, su aliento en mi cuello, siento cada respiración suya en mi pecho. Su espalda desnuda donde mis manos reposan. Los besos surgen, dejando sus labios en mi cuello arrastrarse hasta la boca. 
No hay oxígeno, respiramos por la boca. Arde, su corazón palpita cada vez más deprisa. 
Suena un "te quiero" sin oxígeno, ¿a cuántos centímetros? ¿uno? ¿dos? 
Los besos gobiernan el momento, la oscuridad tapa cualquier prueba de ello.

Sus labios morían en mi espalda desangrándose por ella.
Sus manos recorriendo cada zona de mi torso desnudo.
Su amor se hacía notar en cada instante de oscuridad.
Y sentir su calor en mi pecho, su amor en mi alma.

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