viernes, 27 de diciembre de 2013

Doce horas.

Escritura por simple desahogo, son las diez de la noche, mi piano debe ser cerrado y no puedo volver a abrirlo hasta mañana.
Hay días que te encantaría estar solo, completamente. Pero todo tiene su parte mala.
¿Completamente solo? Puedes hacer lo que quieras, que siempre acabas tirándote en el sofá, viendo cualquier película o intentando dormir, ¿qué pasa? que acabas pensando.
Todo comienza con un pequeño recuerdo, algún detalle, alguna espina clavada.
Sientes que estas solo (realmente lo estás físicamente) pero, moralmente te sientes solo. Doloroso, la verdad. Es una de las peores sensaciones, el necesitar en ese instante a alguien y no hay nadie que te pueda ayudar en ese momento.

Adoro estar sola, esos momentos en los que puedes escuchar música sin que nadie se queje de que no le gusta, o puedes escribir sin que te molesten, comer lo que quieras sin que nadie diga que vas a acabar gorda, ver las películas que tú quieras, es como sinónimo de "tiempo" por decir de alguna manera.
Pero al final, siempre acabas cayendo, comenzando por poner una de tus canciones favoritas, una balada romántica que te hace recordar tiempos en los que tu felicidad decaía por segundos.

Después de repasar cada instante de tu vida, recuerdas; Si ahora, también estoy así.
Y es cierto, ¿cómo pudo ocurrir? Y vuelves a pensar en tu pasado, algo que debería haber quedado en la oscuridad. Ahí tienes la respuesta.

¿Cómo cambiaste tanto? ¿Cómo lo permitiste? Cambias tu forma de ver el mundo por algo más, frío.
Al final, cambias tanto que al comparar tu forma de ser de hacía un año a otro, ha cambiado tanto que ni si quiera te reconoces.

Y por fin, caes. ¿Qué has hecho? Probablemente, les hayas alejado tú.

Pero a quién le importa, si nadie se fija en el porqué. ¿Has cambiado? Vale. ¿Les gusta? No. Pues adiós.

Vuelves a pensar: ¿Alguna vez les importé? Claro que no, se preocuparían por mi, imagino. ¿Y si lo hicieron y no quise darme cuenta? ¿Y si ya es demasiado tarde? Tal vez sea una paranoia, tal vez no. Tal vez.
A parte de un cambio de sentimientos hacia las personas, comienza tu etapa de madurez, donde tus pensamientos comienzan a ser algo más libres. Comienza a cambiar tu pensamiento acerca de otros temas, religión, política, comienzas a tener un criterio propio.
Tus padres, se dan cuenta. Comienzas a sobresalir del tiesto, y "no es lo adecuado para la sociedad"

Sigues pensando. ¿También influyó eso? El cambiar de pensamiento por una madurez, por tener un criterio propio, comienzas a leer, lees cada vez más y más, te gusta, te atrae, necesitas tanta información como tus pupilas puedan leer cada instante. Te documentas y consigues tener un criterio consistente.
Das tu opinión al público, y lo que dicen es "Tan sólo sigues una moda".

Rompen tus esquemas.

Rompes a llorar, tantas vueltas a todo, sentirte sola, física y moralmente, no tienes a nadie.

Giras la cabeza y te apoyas en su pecho, lloras. Él, no se da cuenta al principio, lágrimas disimuladas, no lo ve. Sollozas.
Se lo cuentas, te apoya, te comprende. Él. Es él.
Gracias.

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