lunes, 16 de diciembre de 2013

Cuestión de gustos.

Los días cortos, la luz no incide en su rostro, gris. La oscuridad nace de sus pupilas, sus cabellos negros como el carbón, caen por su hombro izquierdo, trenzados.
Cabizbaja camina por una fría calle, a medio iluminar de una pequeña ciudad. No mira al frente, siempre al suelo.
Sus lágrimas nacen de dos diamantes en bruto, negros. Caen por una morena piel sonrosada por el frío del invierno que amenaza caer sobre la ciudad, nieve, hielo, frío. Invierno.
¿Lágrimas? Lágrimas ensangrentadas en su interior; llorar tu propia sangre. Su sonrisa desaparecida, ella la busca entre los escombros de un ser interior que asesinó la sociedad. Busca esa chispa que encienda el fuego que soplaron cuando aún vivía en su exterior.
Pensamientos reprimidos que por "miedo" no decía. Sus oscuros ojos; en sí preciosos. Aún lloraban.
Con ella, llevaba un bolso lo suficientemente grande como para poder llevar en él un libro; vacío. En el cual alguien le dijo una vez:
"En él escribirás todo aquello que tu mente se pregunta, todo aquello que piensas y reprimes por miedo a que no te acepten; sin miedo
Necesita el desahogo de quien no la escucha. Ese alguien que nunca llegó que la comprendiera.
Un bar, un pequeño bar alejado de la jauría de la ciudad en la noche, discotecas a todo volumen, vestidos negros que cubren poco más que el muslo, tacones altos y maquillaje de fiesta.
Comercial; aquello que es repetitivo, que es igual. Todos hacen lo que se lleva, todos quieren lo que está de moda. Simple sociedad consumista, todo aquello que se sale del tiesto, diferente, es malo.
Todos debemos consumir, comprar, querer, más más más y más.

Sentada en una silla apartada del centro del bar. Comienza a escribir:
"Nos cuentan de pequeños que los Reyes Magos, Papá Noel, el ratoncito Pérez y demás, nos cuidan. Nos quieren y traen regalos, nos cuentan que hay ángeles, que hay un niño que resucitó, el niño Jesús, nos cuentan que Dios es bueno y que nos quiere, que si morimos vamos al cielo si somos buenos y al infierno si somos malos. Crecemos, nos hacemos mayores y con ello comenzamos a comprender, a pensar por nosotros mismos. Nos dicen que los Reyes Magos no existen, que el ratoncito Pérez son los padres, que Papá Noel tan sólo es un invento comercial. ¿Cuándo nos dirán lo de Dios
Aquel que intente buscarle una respuesta alternativa que sea libre como para decir "No, no creo en "Él" no. Voy a buscarle una respuesta alternativa" será criticado.
Entonces, ¿tenemos libertad? ¿Somos libres para pensar por nosotros mismos? ¿Existe realmente la libertad
Somos esclavos de la moda, llevamos lo que "ellos" quieren que llevemos, pues en las tiendas no encontrarás otra cosa. Nos hacen querer comprar todo aquello que nos muestran en la televisión, nos entra por los ojos, lo acabamos creyendo necesario.
Tenemos que ser todos iguales si no queremos ser criticados por los demás, marginados y expulsados de un círculo al que llamamos "sociedad"
¿Se ha olvidado eso de "cuestión de gustos"? ¿La sociedad como tal existe? refiriéndose a ese grupo de personas que siguen unas determinadas conductas, como si fuéramos una manada
Cuestión de gustos, sin hacer faltas éticas, si te gusta algo, ¿por qué no tenerlo, usarlo, hacerlo? Si no hace daño a nadie, claro está
Lo bonito es ser diferente, ser , no vivir bajo una máscara, respetar los gustos y ser respetados.
Dudo que esto lo vaya a leer nadie, a quién le importa.

Sale del bar, llueve. El bar situado bajo unos soportales, donde ahí no llueve. Hace frío, se cruza de brazos, acercándose a la salida de los soportales mirando el cielo; oscuro.
En el bar, aún habiendo gente, no quiso entrar, habiendo salido hacía unos pocos segundos. Marchó hacia otro sitio, caminando en una soledad oscura, cuando mira en el interior de su bolso y observa que su libro no está.
Vuelve al bar, donde ve que un chico, está leyéndolo. Ella asustada pensando qué diría ese chico al leerlo, no se atreve a acercarse. Sonrosada, esta vez no por el frío, si no por el joven que lee el libro. No de mucha altura, vestido también de negro, con un flequillo que le tapaba los ojos y parecía interesado en la lectura.
Ella sentada en la barra del bar, mirando de reojo a la mesa. Esperando a que el chico deje el libro, esperando.
Tras unos minutos observando las clases de botellas que había en el expositor del bar se da la vuelta, el joven no está, pero el libro permanece en la mesa. Con un post-it en la portada.
"Y yo creía que ya no quedaban personas como , a juzgar por tu letra eres mujer, me encanta como piensas, increíble. De verdad, increíble, me encanta"
¿Casualidad?

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