viernes, 20 de diciembre de 2013

Shadow.

El silencio grita en el vacío de su cuerpo, intentando salir de él, rasgando cada poro.
Demasiados deseos de cambiar el mundo reprimidos en tan pequeño cuerpo.
Un corazón de hielo que en su interior, ardiente, como el fuego del infierno de donde viene.
¿Qué más da? Si nadie la ve pasar. ¿Qué importa? Si nadie la tiene en cuenta.

Sus ojos, ennegrecidos, ni su pupila se distingue, negros como el carbón, pocos fijan los suyos en ellos. Apagados, llorando la tinta de sus versos, manchados de recuerdos. Su sonrisa desaparecida, sigue en estado de búsqueda, en cada rincón de una pequeña ciudad. Nadie sabe quién la robó, probablemente ahora muerta. ¿Quién la echaba en falta? Ni si quiera ella.

Sus sueños aún desgarrados en sangre esperando a que alguien los cosa. Invierno aún en su cuerpo, frío como el hielo en su exterior ordinario.

"Todo comenzó con música."

La clave, la música. Aportando calor a su frío corazón, una sonrisa se esbozó en su rostro cuando el ambiente cargado de sonidos, humo, oscuridad y cantos de rock, surgían de un escenario.
Aún así, aún habiendo un intento de sonrisa en su rostro, la oscuridad aún era su hogar.
¿Quién iba a decir que una sombra iluminaba otra sombra? Sombras por separado, apagadas, al juntarse un brillo se desprendió de un punto en su zona superior izquierda, a la altura del pecho, unidos.

Se apaga cada vez que no están juntos, pero el simple hecho de verse enciende cada poro de su piel.

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