viernes, 13 de diciembre de 2013

Lágrimas de sangre.

Hay veces que los recuerdos llaman a tu puerta. Cierras los múltiples candados que sostiene la puerta y aun así, éstos entran.
Hay veces que te intentas mantener fuerte, fingir que nadie ha dado un martillazo a tu corazón, pero uno tras otro, el corazón se va haciendo débil, hasta que no puede más y explota.
Llora en su interior, lágrimas de sangre que brotan de su alma. Por fuera, tus ojos se resisten al nacimiento de lágrimas dispuestas a suicidarse por no dejar de llorar.
Miras al suelo, viendo cómo tu felicidad se escapa entre las betas de la madera antigua del suelo.
-Mírame a los ojos. -Te dice una voz. Niegas con la cabeza, intentando esconder dos luceros bajo la oscuridad, luceros que han dejado de brillar, que tan sólo las lágrimas reflejan la luz de las lámparas de techo. Una mano te coge de la barbilla y suavemente te eleva la cabeza a la altura de sus ojos. Te mira. Rompes a llorar y te apoyas en su pecho, tapada por tu corta melena abrazando su cuello.
No sabría como darle las gracias por tantas cosas. No sabría por donde comenzar, pero sí dónde acabar.
Si todo comenzó con música, qué menos que un "no final" de ella.
"I want to hurt you just to hear you screaming my name"

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