martes, 31 de diciembre de 2013

Balance del año.

Como todos los años, siempre, el último día toca hacer balance de este año.
¿Para mi? Necesitaría borrar hasta Septiembre, hasta el uno de Septiembre.

Todo comenzó con música

Es la frase, por excelencia, del año. Sin duda.
No voy a enrollarme con alegorías ni embellecer versos con metáforas, no.
Este año, se lo debo a él. Tiene nombre apellidos, edad e instrumento que tocar. Gracias a él finaliza el año y podría decir que ha sido bueno, una luz que eclipsó la oscuridad.

Dicen que lo bueno se hace esperar, y razón llevan, desde luego.
La esperanza, lo último que se pierde y, cuando ya estaba todo perdido, la música unió dos almas. No conocidas. Y aún estando unidas, ellos no lo sabían.

Una simple casualidad, ¿el destino? tal  vez. No sé, decían que la música une corazones, yo no lo creía, hasta ahora.
Llevo algo, colgado al cuello, en forma de púa. Pesa mucho.
No lo puedo pesar en kilogramos, pues su peso no es físico, si no moral. Cargado de recuerdos que se van uniendo a una cadena sin final. Tiene grabadas unas inscripciones, aparentemente sin significado alguno. Creerme, lo tiene.

"Si tú eres lo mejor que me ha pasado, y yo soy lo mejor que te ha pasado. ¿Qué menos que una vida juntos, no?"

Frases, detalles, que marcan la diferencia. podría dar una y mil gracias, lo hago diariamente.
Verle acercarse con los brazos abiertos y pidiéndome entrar en ellos.

De aquí, al fin de los tiempos.


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