jueves, 25 de octubre de 2012

Ni el sexo implica amor ni una sonrisa felicidad.

Un susurro al oído, una caricia en el costado, un beso en el cuello. Si, todos sabemos formas de cómo perder la cordura y llegar hasta un colocón de endorfina, somos demasiado listos. Pero ¿Donde se quedaron esas tardes besándonos bajo la lluvia? Aquí lo romántico pasó a un segundo o tercer plano, ¿No? Deberíamos acordarnos de esos pequeños detalles que nos hacen recordar esa sonrisa de bobos que se nos ponía al ver a esa persona, o cuando te daba un beso en la mejilla o una rosa amarilla, no el simple hecho de que nos pongan a mil, eso debería pasar al segundo plano, porque no implica amor. ¿Queréis la prueba? Mucha gente ya lo tiene comprobado.

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