Debería ser todo así.

-¿Estás bien? +Sí, sí, no te preocupes. Estoy bien. -Mientes fatal. +¿Sabes qué me pasa? Que no soy capaz de decirte lo muchísimo que te quiero, lo mucho que me importas. Que si te pasara algo yo moriría, que soy incapaz de verte abrazando a otra chica, que soy incapaz de olvidar tus ojos marrones, tu risa de idiota, darme cuenta que en poco menos de nueve meses no te veré más, que ahí la cosa habrá acabado si no hacemos nada por impedirlo, ¿No te das cuenta? Pero claro, por lo demás estoy bien. -Eres bobísima. (...) +¿Porqué me has besado? -Ah, ¿que aún te lo preguntas? Porque eres mi princesa, ¿recuerdas? +Te quiero imbécil. -Te amo retrasada.