domingo, 24 de noviembre de 2013

Todo artista se vuelve loco.

Con los pinceles en la mano izquierda. Deslizando la mano rápidamente para tapar un lienzo blanco, No hay forma, sólo mancha. Poco a poco, pincelada tras pincelada. Tomando forma, en blanco y negro, parece un piano a lo lejos en una playa, vacío, al atardecer en tonos naranjas.
Pintora frustrada buscando su desahogo en un lienzo blanco.
Como un papel sin escribir. Intentando un simple desahogo en papel, diciendo lo que piensas intentando rescribirlo en palabras enrevesadas y bonitas, que la gente no se percate de tus pensamientos, sentimientos. Sólo quien quiere conocerte tanto como para interpretar cada palabra en su más amplio sentido.
Como la música, componer, sentada frente a un piano, tienes un bajo, tú pones la melodía, improvisas según tu forma de ánimo, te desahogas pulsando teclas "al azar" mostrando tus sentimientos en un lenguaje que hay que descifrar previamente antes de comprenderlo. Riesgo de malinterpretarlo.

Y ahí estáis vosotros. "Pero qué fácil es pintar" "Pero para qué sirve tocar el piano" "Pero si escribir no tiene salidas"
Una sociedad consumista, una sociedad que ha perdido el saber qué es el ocio, que sí, que probablemente no tengan estas cosas un fin de provecho, pero decidme vosotros.
¿Para qué sirve un empresario? Para vender sus productos. ¿Para qué los vende? Para nuestro consumo, pongamos ejemplo, la ropa. Compramos ropa para lucirla, ¿no? Para nuestro gusto. ¿La música no se crea por gusto?
Un médico ¿Para qué está? Para curar nuestras enfermedades. ¿Qué más da, si no te mueres hoy te vas a morir mañana?
¿Para qué sirven los diseñadores de moda? Para nuestro deleite ver la ropa y si tienes el suficiente nivel adquisitivo comprarlas sólo para lucirlas.
Al fin y al cabo, nacemos y morimos. ¿Qué es mejor? Nacer y vivir sin ocio y sólo trabajando para los demás ganando dinero para gastarlo en materiales o vivir del ocio que es "gratuito" para tus sentidos?
Pensadlo.

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