miércoles, 13 de noviembre de 2013

Aún puede sentir el calor de su torso.

Oscuridad y calor. Aún podía sentir el deslizar de sus dedos por su costado desnudo. El calor de su torso blanco, casi brillaba. Entre la penumbra podía ver sus pequeños ojos marrones, brillando, sonreían.
Tumbada encima de él, mirándole a los ojos y él con un "te amo". Momentos imborrables e irrepetibles, cada instante que pasaba era mejor que el anterior.
Sin parar de reír ella muerta de vergüenza, era una cría, le quería, con todo su corazón y él enamorado de ella, tal para cual, almas gemelas. Momentos románticos, momentos de pasión. Se apartan del mundo exterior, ahí sólo están ellos dos y su amor flotando.
Se oyen soplidos, apenas hay oxígeno, besos apasionados surgen entre sus brazos entrelazados, deslizándose por ambos torsos. Increíble.
"Y la estrella se fundió con la oscuridad" Una oscuridad brillante, que eclipsó al Sol, sus ojos resplandecientes pidiendo un beso más, infinitos.
Amor, pasión, cariño, romanticismo unidos en tan poco espacio entre ambos, formando explosión. Bajo la oscuridad de las bombillas apagadas.
Aún podía sentir su calor en su estómago, cuando tumbada en su hombro podía besarle.
Besos en la parte trasera del cuello y bajando, se oye un ligero "Eh, te amo" casi sin oxígeno. Tumbado él encima de ella besándola de lado.
Precioso, irrepetible.

No hay comentarios:

Publicar un comentario