lunes, 18 de noviembre de 2013

Dos

Qué rápido pasa el tiempo. Hace nada, tan sólo un pequeño pestañeo de un segundo, ahí estábamos, gritando, dejándonos los pulmones al ritmo de guitarras eléctricas y una batería con símbolos satánicos, un violín eléctrico y un cantante de rock. Calor de verano, ¿celebrando fiestas de la ciudad? Qué va. Algo diferente que hacer una noche de las últimas de verano.
Pestañeo.
Quedan cuatro, casi tres días para que cumpla dieciséis años, comenzamos exámenes de evaluación pasado mañana. Y ¿quién iba a decir hace dos meses que esto iba a ocurrir?
Flashback.
-Eh, ¿dónde estáis? El concierto comienza ya, tenemos sitio en segunda fila con unos amigos, vamos corred.
+Ya estamos ya estamos, salid a buscarnos que estamos dando las entradas.
*Se oye muchísimo jaleo, a penas se puede hablar sin tener que gritar*
-Chicas estos son nuestros amigos, presentaos anda.
+Hola, yo soy..*El ruido de la jauría no dejó escuchar ni uno de los nombres de los cuatro chicos*
Comenzaba a haber ambiente. De repente un hombre, se asomó entre la batería, manos en alto e incitando a gritar y saltar.
Comenzó el concierto, mi mejor amiga a mi izquierda y uno de los chicos a la derecha, mis dos amigas delante y otro al lado de una de ellas, el cual me sonaba de una película que había visto el año anterior, tenía dieciocho, creí que tendría nuestra edad, su rostro desprendía cariño, parecía el típico chico adorable.
Uno de ellos, altísimo, no me había fijado en el, sinceramente, no me entró por los ojos.
El tercero, sin embargo me pareció muy guapo, situado a mi derecha, parecía majo.
Comenzó la primera canción, puños arriba, saltos, saltos, saltos, desgastándonos la voz, así dos horas.
El ambiente se enternece y suenan acordes de un piano eléctrico, tonalidad mayor, comencé a analizarla sin querer en mi cabeza.
-Ha fallado ese acorde. Mierda lo he dicho en voz alta. Mi mejor amiga me miró con cara de "para variar" y el chico de mi derecha se gira y dice ¿Cómo lo sabes? -Soy música. Oh, genial, mola. *Sonrisa de medio lado*
Comienzan a cantar, canción de amor, no la conocía, prosigue un minuto y poco más y siento una mano rozar mi espalda y agarrarse a mi cadera, provenía de la derecha, me quedé. Lo mismo hice yo, a ambos lados, mi mejor amiga y él, moviéndonos a ritmo de la canción.
Termina el concierto, qué pena. Nos hacemos fotos con las púas que conseguimos que nos tiró el guitarrista, firmadas. Y un hasta luego que no llegó.
Vuelta a la actualidad.
Aquí estamos, tú y yo, en un escalón en alguna calle de Valladolid, risas, cosquillas, besos, palabras de amor. ¿Quién apostaría por que esto pasara? Nadie la verdad. Aquí estamos, dos meses después de aquel "¿Soy yo?" Dos meses desde aquel "Dime quién es, ¿lo conozco? -Tal vez sí" Dos meses del comienzo de todo.
El chico no esperado, el que parecía más tímido, el que estaba delante de mi y apenas hablé con él, y no, no era el de mi derecha.
¿Que cómo comenzó todo?
La primera conversación fue en sus comienzos de arte. Los primeros indicios de darme cuenta de qué sentía por él, la noche antes de comenzar bachillerato, su voz quebrada, sus movimientos tristes, sus andares deprimidos, sus "vete a dormir Celia, tienes clase" Ahí, preocuparme tanto por él, que él se diera cuenta. Realmente no fue ahí, si no antes, pero tal vez no quise darme cuenta, pues mis ojos estaban fijados en un cuerpo de gimnasio en vez de un corazón de oro y una cabeza privilegiada.
A día de hoy, sé y puedo afirmar que el resto de mis días no cambiarán, que caminaré siempre al lado de una persona, de la mano, abrazada o delante de él mirándole a los ojos mientras reclamo un beso haciendo el pez. Sé que jamás se separará, porque jamás me separaré. Porque escribimos un para siempre con tinta de nuestras venas y es un "Juramento inquebrantable"

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