domingo, 30 de junio de 2013

En su cuerpo escribía poesía.

Puede que leer sea nocivo para sensibles, nocivo para aquellos que lo hayan pasado como yo. Pero supongo que todos nos estaremos haciendo la misma pregunta. ¿Qué hago con tu recuerdo? ¿Lo guardo en el cajón como hiciste tú con nuestras cosas, o directamente a la basura como hiciste con mi corazón? Fuiste dueño de mis ilusiones y ladrón de mis pensamientos. Todo a medias sonrisas, medias palabras, frases sin terminar. Jamás te oí un te quiero verdadero y aún me sigo preguntando qué era lo misterioso de tus pupilas. Porque donde hubo fuego, cenizas quedan, pero tú las tiraste al fuego de nuevo. Hablamos de amor sin verlo ni sentirlo realmente, ¿o a caso un amor de dos semanas es amor? Es encaprichamiento, algo muy común en esta sociedad.

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