sábado, 29 de junio de 2013

Cada dos minutos trato de olvidar.

Como un tímido rayo de luz que atraviesa una rendija de mi persiana a primeras horas de la mañana. Como un soplo al sacar todo el humo del cigarro entre los labios. Fuiste más efímero que un pestañeo, más destructivo que un huracán y más provocador que los labios de cualquier actor de Hollywood. ¿Tus primeras palabras hacia mi? 'Hola, qué tal' pero dejemos el pasado a un lado y vivamos el presente. Tú.Yo. Distancia. ¿Cómo lo ves?  Contigo lloré más que con nadie, me hiciste cambiar para bien, me hiciste ver lo que nadie ni yo misma pude ver de mi. Me hiciste ser mejor persona, me enamoré de ti y supuestamente tú de mi. ¿Y ahora? No existen los 'Hola, qué tal' Para nosotros no existen ni las miradas, tan sólo tapar las lágrimas en mi caso y el echarte de menos. Sólo eso. Causaste tanta repercusión en mi que no puedo evitar escribir esto sin llorar, porque quien ama una vez, amará siempre. No pasé de página, porque eso me traería graves consecuencias en relación a mi tentación de volver a la página anterior, simplemente, cerré con llave el libro y abrí uno nuevo, esta vez con las páginas en blanco, un lápiz y una goma para poder borrar lo que no me gusta, pero aún así, el lápiz deja marcas del grafito, las mismas marcas que se me quedarán en el corazón cada vez que algo vaya mal, pero tú te llevaste un pedazo de él, y no volvió, lo rompiste, lo tiraste, lo destrozaste y yo de rodillas recogiendo los cachos que quedaron de él, así soy, así fuiste.

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