martes, 24 de septiembre de 2013

Up in the air.

Después de tantas hostias, después de noches y noches de mi vida, tirada en la cama, llorando a la almohada. Después de decir mil veces "Jamás me volverán a hacer daño" como si fuera a suceder tal cosa. Después de haber probado y probado suerte, después de todo eso, por fin me rendí.
Pasé de todo, me daba igual si alto bajo moreno o rubio, no quería a ninguno.
¿Simple casualidad? Un día a lo tonto conoces a un grupo de personas, uno no le logras ver bien, otro estaba a tu lado, otro era demasiado alto y luego un chico, un chico que apenas ves durante todo el tiempo que estuviste con ellos, parecía majo, no recuerdo bien su nombre, ¿Cómo le llamo ella? Ah sí, lo recuerdo.
Aquella noche, pude ser yo misma, ese momento donde te encuentras con gente como tú, exactamente como tú, y vais a lo mismo, a divertiros y pasar una buena noche rodeados de música a todo volumen.
La noche acaba, y tú tan sólo te fijas en aquel chaval de tu lado <<Ueh, no estaba mal ¿eh?>> Las apariencias engañan mucho. Me dije: "Celia, por dios. Un poco de cordura, no no no."
Fui tan gilipollas de volver a caer en el mismo círculo vicioso. ¿Diferencia? Que salí de él. A veces encuentras a alguien que sabe muy bien camuflar cómo es realmente, otros que simplemente se les ve tan a la legua que cuando pasas un día más con él dices. "A ver, adiós" Y de repente, una figura, una persona estaba delante de ti aquel segundo día, mirando el móvil fijamente, mientras tú, como una gilipollas andabas a otras cosas.
Pasan los días, comienzas a hablar con aquel chico de negro que paseaba pocos metros más delante de ti.
Al principio tan sólo era una cuestión musical, de gustos. Poco a poco los temas fueron variando, que si la religión, que si la pintura, la música, nuestros grupos favoritos.
Y comienzan las clases, parece que todo ha terminado, comienzas rutina, no tienes tiempo, no puedes quedar ya, todo se acaba. ¿Todo?
Le vuelves a ver, al chico con la camiseta negra y vaqueros oscuros, te le quedas mirando fijamente a los ojos y le das un abrazo. Paseas con él, habláis de música, un poco de todo.
Pasa la hora, te tienes que volver, te despides y, estás a dos centímetros de él, no sabes reaccionar, jamás has sabido reaccionar ante dichas situaciones, ¿Qué pasará? ¿Qué hará? TENSIÓN.
Al final te acabas yendo y él te pregunta: ¿Quién es el que te gusta?
Te quedas con cara de idiota <<¿Qué le digo yo ahora?>> Esquivas la pregunta y consigues irte, aunque le has dejado con la duda.
Terminas, por fin sales de aquel sitio tan cerrado, de escuchar la chapa de tu profesor durante horas hablando de música y relacionándolo con temas, que no convendrían a niños pequeños.
Llegas a casa, abres whatsapp y sí, es él hablándote. No sabes por que pero una sonrisa se dibuja en tu rostro, comenzáis a hablar, te pregunta por lo mismo de antes.
De repente escribe un: ¿Soy yo?
Ataque cardíaco, no sabes cómo reaccionar, ¿qué le dices? Va, de perdidos al río.
Sí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario