lunes, 23 de septiembre de 2013

La música pura filosofía.

De las pocas cosas que me llegan de verdad, hay una de ellas que me sabe describir exactamente cómo me siento en cada instante. No es lo mismo hacer una improvisación, por humilde y breve que sea, con un estado de animo u otro. Me explico.
¿Cómo mostráis vuestros sentimientos de manera sutil sin que se den cuenta, pero os haga sentiros mejor?
A los artistas, nos gusta hacerlo a nuestra manera. Sí, como habéis visto me he incluido en el saco, como una vez un profesor mío me dijo. "Todos aquellos que estudiamos una carrera de artes, somos artistas os lo creáis o no." A lo que voy, un verdadero artista sabe canalizar sus sentimientos en su obra. Bien sea pintor, músico, director de cine, compositor, escritor, lo que sea. Sabe canalizarlo y aprovechar al máximo sus sentimientos. Solemos decir que cuando estamos alegres no tenemos nada con lo que aprovechar, no es del todo cierto. Cuando tocas en un estado alegre, contento, feliz, tus manos van como con más soltura, más ligeras. Mientras que al tocar melancólicamente, triste, o con un autoestima que en ese momento está por debajo del subsuelo, las manos te pesan al levantarlas de las teclas, el pedal de expresión lo presionas con más delicadeza, la obra adquiere otro carácter muy distinto.
Son cosas que tan sólo un artista puede conocer, pues son metodologías muy propias de gente así. Nos hace sentir especiales, tal vez hasta lo seamos, no somos como los demás, simplemente somos los que somos, nosotros mismos. Algo que mucha gente debería aprender.

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