sábado, 28 de septiembre de 2013

I need other world.

Es extraño ver cómo personas que en su día fueron tan importantes para ti, acaban siendo completos desconocidos. Tan sólo somos personas de "Hola" y "Adiós" una sonrisa falsa y cabizbajos nos alejamos el uno del otro. Es extraño.
La vida da miles y miles de vueltas. A veces para bien, otras para mal. Es como una montaña rusa, tiene sus crestas y sus valles, sus idas y venidas, sus vueltas y sus paradas.
La vida es como tú la decides, tú la moldeas, tú la vives, es tuya. Muchos dejan que lo hagan los demás por ellos, por miedo, por vagancia o simplemente porque no tienen personalidad. Hay varias clases de personas, las que nos gobiernan la vida a todos, los que siguen las reglas de los que gobiernan y un grupo de personas que vamos a contracorriente del mundo.
Ojalá el mundo fuera completamente igual en su totalidad, es decir. Que todo el mundo contribuyera a hacer las leyes. Pero leyes para un mundo mejor, no que las hagan tres personas, si no todo el mundo. Completo. Que nadie gobernara, porque si todos las respetamos no necesitaríamos gobierno. Que nada tuviera valor escrito, si no el valor que nosotros queremos darlo. Ser generosos, ser buenas personas. La maldad escondida en lo más oscuro y alejado de nuestro corazón. Ojalá el mundo fuera como el Animal Crossing. Un pequeño mundo donde todos se conocen, todos son amigos de todos. Y todos felices. Ojalá fuera así.
Que los altos cargos no nos ocultaran tantas cosas. Que no nos mintieran, que no hubiera maldad. Algo imposible. Todos tenemos luz y oscuridad. Nuestro labor es saber qué parte decidimos potenciar.
Me iría a vivir bien lejos. Lejos de aquí, irme con las personas más importantes en mi vida y no volver.
No valorar a las personas por su físico y hacerlo por lo más sexy que podemos tener, lo que más atrae, lo que más gusta. Nuestra cabeza, nuestro cerebro, nuestra mente, sentimientos, pensamientos. Eso. Enamorarse de lo que uno no ve pero sí expresa. No de un envoltorio, pues es algo efímero, con el tiempo va cambiando, no será así eternamente, las tabletas se derriten, el pecho se cae, las caderas se ensanchan, el culo engorda, el pelo se cae, nacen las canas, las arrugas aparecen, pero nuestra mente siempre está ahí. Nuestros pensamientos son eternos, algo que deberíamos valorar más, eso nos hace especiales, cómo somos por dentro y no por fuera.

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