lunes, 17 de febrero de 2014

Noches de días, días de noches.

Hay días que no estoy en mi cuerpo,
días en que mi mente va de por libre.
Vaga por sí sola, es independiente,
intenta buscar respuesta a todo.

Hay días que mi pecho está vacío,
que puedo hundirlo sin hacerme daño,
que las costillas están abiertas
y mi corazón ausente se encuentra.

Noches en las que vuelve de madrugada,
con gramos de droga en cada ventrículo,
borracho de dosis de endorfina en sangre,
esperando acostarse de nuevo.

Noches en que la luna quiere fiesta,
pero mis persianas están bajadas.
Cuando quiere salir a bailar,
se cree la reina de la pista.

Soledad, las estrellas cansadas,
la dejan bailar a su son,
ellas esperando terminar su jornada,
esperando que despierte el sol.


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