lunes, 6 de enero de 2014

Hello, my name is...

Metro casi sesenta, ojos negros cual diamantes en bruto, grandes, ¿impactantes? no para muchos. Cabello castaño a la altura de los hombros. Sonrisa imperfecta, colmillos similares a Drácula, gracioso.
No muy de personas, tal vez sólo de una, muy de una.
Quizá pocas veces, la veas sonreír o aparentemente feliz, lo es. No os fiéis de las apariencias.
No la verás muchas veces arreglada, siempre con los ojos negros y las mejillas sonrosadas.
Unas botas militares y una camisa de cuadros roja. Sí.
Podrías encontrarla en un bar, leyendo cualquier autor de poemas, psicología o filosofía. Dicen que no lee cosas usuales para su edad. Tal vez lleven la razón.
Pocas veces la verás en una discoteca. Siempre un Viernes o un Sábado jugando al billar, acompañada.
Cuando no la encuentres en ningún lugar de los mencionados, tranquilo, estará en su casa tocando el piano hasta altas horas de la noche, cuando no se le permita tocar más y entonces, sólo entonces, marchará a escribir a su habitación o a leer un rato versos de distintos autores.
No se le dan bien las asignaturas en relación a las ciencias, pero las de arte, dicen que una artista reside en su pequeño cuerpo, ¿será cierto? Yo no la conozco, no puedo judgar a semejante mujer.
Dicen que es muy borde, que nunca esbozará una sonrisa y que nada más mirarte puede analizar cada mirada, cada mueca sabiendo al momento cómo eres. De ahí, que tenga pocos amigos, sólo los que valen de verdad y en sus ojos puede ver la bondad.
Pintar, para ella un desahogo en el sombrío día a día. En pintar, una sonrisa nace de sus labios y pone todas sus dotes para poder recrear una imagen en un lienzo.
Rock, como medicina a cada mal del día, siempre con su iPod a cuestas, siempre con sus cascos y la música al tope del volumen.
Quizá, parezca interesante conocerla, no os engañéis, no perdáis el tiempo.

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