jueves, 6 de marzo de 2014

Artistas anhelan la libertad.

El pincel que se balancea en su mano izquierda. Sus manos manchadas de óleo rojo, azul, negro. Su cabello caoba recogido en un moño y en él otro pincel más, éste limpio. Sus mangas de una camisa de cuadros roja recogidas por encima de sus codos, bajo ésta una camiseta blanca manchada con algún trazo despistado de óleo que quiso ser el trazo de ese lienzo en blanco.
Escribe trazos en su lienzo; papel en blanco. Deja caer las lágrimas de los sentimientos con la pintura, de arriba a abajo.
Su habitación cargada de cuadros en el suelo, manchado de pintura. Fotos por plasmar en cuadros; recuerdos.
Sus bolígrafos para escribir son los pinceles que tras el tiempo se desgastan y se guardan con los demás para el recuerdo de haber pasado una vida entre ellos. La habitación está iluminada pero los recuerdos son lúgubres.

Me gustaría pintar los recuerdos, cada recuerdo ser un bonito lienzo manchado con realismo. Dejar desahogar cada lágrima en ellos y guardarlos. 

Artista. ¿Quién lo es? ¿El llamado por los ignorantes o el llamado por los eruditos? Todos lo somos.
Una vez, alguien me dijo que un artista es aquel que se mancha las manos, sabias palabras provenientes de un artista en toda regla. Ser artista para muchos, o para pocos. ¿Qué es mejor?
El arte, algo tan complejo como expresar tus sentimientos de alguna manera, ahí está la solución a esta palabra.
Un artista hace eso que se llama "por amor al arte" que si le piden crear algo, lo hace sin pedir nada a cambio, porque ama hacerlo. Algo que no se entiende muy bien, cuando no se comprende el arte. De ahí que se crea que es algo innecesario, algo que "para qué ser un trabajo, si se podría hacer gratis" y que nadie lo valore.
Los museos de mi ciudad están vacíos, los cuadros añoran un vistazo. Esperan ansiosos ser vistos, les gusta ser los protagonistas.

Dejarse llevar por un sentimiento, plasmarlo.
Artistas anhelan la libertad.

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