viernes, 18 de enero de 2013

Escribir con la sangre de mis venas cada letra de esta historia.

Momentos en los que quieres a toda costa saber qué va a pasar después, que no puedes esperar más, no puedes seguir más tiempo entre medias, porque esto no es ni una cosa ni otra, una por imposible y otra por improbable. ¿Qué es esto? ¿A qué estamos jugando? Parecemos dos críos, tal vez lo seamos, tal vez no. Sólo sé, que en esta historia alguien saldrá perjudicado, a lo mejor yo, a lo mejor tú, a lo mejor alguien externo, pero nadie se irá feliz de aquí, para conseguir que las cosas funcionen antes tienen que ocurrir muchas cosas; buenas, malas, peores o mejores. Tanto tiempo perdido, quizá nada de esto estaría pasando si hace dos años no hubiera pasado aquello, quien sabe. O si hace unos meses no hubiera metido la pata, el destino es así, si una vez nos cruzó y lo ha vuelto a hacer ya no es mera casualidad, o tal vez sí. Lo único que sé, es que todo pasa por algo, a lo mejor como una lección o como algo bueno como recompensa. Intentemos creer que esto no pasa porque sí, que está ocurriendo como algo bueno, no como una pesadilla que queremos que acabe, aún está en la trama de la historia, nadie sabe qué puede pasar entre cada página. Voy escribiendo con tinta roja, cada página, cada letra, cada línea sale de mis venas, del tintero, de mi corazón. Páginas y páginas en blanco, donde en el borde superior izquierdo aparece una inicial, pero no es la de hace tres meses, ha cambiado, ¿Qué está pasando? No quiero pasar más páginas, quiero escribir yo mi destino.

No hay comentarios:

Publicar un comentario