jueves, 3 de julio de 2014

Llantos de Luna.

Los pájaros ya no cantan al amanecer, han perdido su color. Intenté enjaular el viento para preguntarle cómo vive estando solo, haciendo caer las hojas de los árboles, levantando las faldas y estropeando los besos. Pero el viento no se puede enjaular.
Quise preguntarle qué era la libertad, el poder recorrer hasta la mínima separación de los poros de dos personas que están haciendo el amor. Pero nadie me respondió; silvidos.
Amanece gris y anochece negro, no deja de llover. La melancolía es arrastrada por las calles entristecidas. Aún puedo ver los escombros de los destrozos que el amor ha ocasionado, sangrando por las alcantarillas del puente mayor. Sangre, de color rojo. Un color precioso para tanto dolor.
Llevo cachuscas encharcadas de litros y litros de recuerdos, salpicando las farolas al caminar.
Paro en seco, puedo reconocer los escombros de una carta, una carta que jamás te escribí. La llevaba planeando semanas pero jamás me atreví a decírtelo. A decirte que el juego había terminado, para ambos.
El mundo quiere volver a limpiar las calles de nuestras miserias, de nuestros errores, de nuestras caidas y dejar que brille el Sol, secando las lágrimas que derramamos cuando vimos caer las cajas de recuerdos al suelo.
Hoy los pájaros se han dormido, el Sol está de resaca y la luna deprimida porque el Sol anoche se fue de putas con las estrellas. ¿Qué tendrán de especial que no la luna? Ella tiene su lado oscuro, su parte misteriosa, pero es capaz de brillar si el Sol le apunta, si se fija en ella. Las estrellas siempre van en grupo, brillan. Pero no son para siempre.
Hemos enfermado, tanto que no sabemos qué es el amor. Intentamos buscarle una definición. Metáforas, retóricas, intentamos hacer un Lorca de cuatro letras.
Sin darnos cuenta, que el amor no es una ciudad. No es una persona, el amor no es nada. El amor es _____

Como un verso libre, sin casar. No me gusta hablar de amor, porque quizá no sepa lo que es. Porque no viene, porque no se estampa contra tu cara.
Lo creas tú.

Hoy los pájaros no quieren cantar, hoy el mar está enfadado, las sirenas prefieren los pescadores antes que sus saladas aguas. Se siente solo.
Quizá la soledad no sea mala, quizá deba preguntarle al viento cómo se siente.

Hoy quería decirte que, fin del juego. Que aquí todos hemos perdido, quizá en otra vida.
Pero recuerda que una vez te dije algo que espero que se quedara grabado en ti. Por muy hondo que esté.

Quizá mañana los pájaros canten en mi despertar, quizá mañana el Sol recapacite y comprenda que a quien debe su luz es a la Luna, esperando cada noche que la arrope.

Quizá mañana salga a patinar y vea que han limpiado las calles de mis lágrimas.


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