domingo, 20 de julio de 2014

Despertar del sueño.

Eres el momento en que una guitarra eléctrica rompe una balada, el momento en que rompes a llorar. Todas y cada una de esas canciones que un día me dijiste que te gustaban.
Como las intro a piano, como cuando me meto en mi habitación y tocar sin que nadie me oiga; para mí.
Eres todos y cada uno de los chicos que aparecen en mi serie favorita: altos, bajos, rubios o morenos. Todos tienen tus ojos.

Me gustaría decirte que te escribo esto desde el piano, componiéndote una canción para tu despedida, para tocar mientras tu silueta desaparece entre las olas del adiós. Esto parece una balada de Mägo de Oz.
Las heridas las curará el mar con su sal; arde.

Serás un simple recuerdo que guardaré entre lágrimas en mi diario. Serás cada verso de los poemas que te escribí y tantas veces quise quemar y yo para ti seré el recuerdo del olor de mi perfume.

Quizá la respuesta no seas tú, quizá sea "sin tí"

Podría escribir mil y un versos más para intentar desahogar tanta mierda en papel, pero a nadie le interesan las historias de amor que terminan; hay demasiadas.

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