domingo, 24 de marzo de 2013

Esa sensación.

¿Nunca os ha pasado eso de que cada vez que le veis queréis ir corriendo a sus brazos? Que no haya nadie más para vosotros salvo él. Tal vez esto no sea correcto y acabe mal como muchos y mi cabeza dicen, o tal vez por una vez, mi corazón lleve la razón y no sea como todos dicen que es. Las apariencias engañan, quien creíamos que era un cielo, puede ser un diablo y viceversa. La cabeza a veces pone en jaque al corazón y ya no tiene salida. Metí la pata una vez, esta vez será distinta. Si te vas, me quedo en esta calle sin salida. 
No es bueno enamorarse tan rápido, así nos va. Y quien se enamora, tarda siglos en olvidarle, afortunadamente, la última vez que sufrí este sentimiento fue hace ocho meses, se pasó esa etapa. Pusimos fin a ese capítulo. 
Esas ganas de querer oír su "Si te vas me quedo en esta calle sin salida" "Te amo, y no quiero perderte jamás" "Buenas noches, pianista" Cosas que podrían traer como efecto secundario que muriera de amor instantáneamente. Estoy cansada ya de despedidas, no quiero una más, nunca. Sin salida. Si te quedas en ese callejón sin salida, que sea conmigo bajo la lluvia. Esa sensación que no tiene nombre, cuando estás abrazada a él durante más de dos minutos seguidos, tumbados en una cama sin nada de nada de ropa interfiriendo entre los dos cuerpos, ¿conocéis esa sensación? No tiene nombre, sin embargo todos sueñan con ella. Como el amor, muchos hablan de él, pocos lo han vivido, y menos lo han sentido. No aparece así como así, el amor se crea, no se nace ya así con él, no es de un día para otro, hay que ir construyéndolo poco a poco. Mirar su foto y quedar hipnotizada con esa mirada, esos labios. Es como una droga caída del cielo. Y todos sabemos, que nadie estará a favor de esto. Qué más da, iremos al infierno igual.

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