miércoles, 2 de abril de 2014

El poder de la mente.

"Todo plan, comienza con una hipótesis."

Su cabello recogido en un informal moño, una manta cosida por su abuela, cuando era muy pequeña y un libro posado entre sus piernas agarrado con su mano izquierda. El sillón miraba hacia un ventanal en el cual las gotas de la lluvia exterior hacían carreras de quién se suicidaba primero, felices pensando en un cristal sin fin, débiles sin frenos, artistas de la caída libre.
En silencio, música de fondo de gotas caer desmayadas contra la hierba, explanada verde con un cuadro de fondo; el mar.

Si por algo se ha caracterizado mi escritura, ha sido por su ubicación similar en toda ella, una misma ciudad.
Entre nubes cargadas de melancolía, un Sol espléndido tapado por éstas, el dulce olor a mar de fondo, la brisa, el olor a la hierba y madera mojada. Esa ciudad que pisé al poco de llegar a aquí.

Hace cuestión de dos años, comencé a escribir, todo entorno a la misma ciudad. Pequeños cuentos que nunca llegaba a terminar, siempre en una casa, un chico y una chica. Músico y música; artistas. Todo era igual, era como mi utopía.
Aquellas historias jamás terminadas ahora tienen fecha, son reales.

Nunca pedí un deseo a una estrella fugaz, nunca pensé que aquello que creía a años luz, estuviera de mi mano. Nunca pensé, en encontrar mi lugar aquí.

Nunca creí en un Dios que lo controlara todo, jamás pensé que mi vida tenía que girar entorno a alguien superior a mí, a quien debía devoción por el simple hecho de estar ahí arriba controlándome sin dejarse ver. Siempre creí en el destino, en que las personas están unidas, por una serie de números y son lo llamado "almas gemelas" hay personas que tienen suerte y se encuentran, otras por desgracia no.
Nunca pensé en el poder de la mente de pensar cosas antes de que sucedieran, pero así pasó.
En día de hoy, no puedo creer que tanta historia escrita se haya convertido en mi vida. Nunca lo pensé.

Recuerdo un día de verano, confusa encontrando mi personalidad, quién era, comencé a escribir el modelo de chico perfecto para mí. Ahora no lo voy a describir pero, jamás le puse cara, sólo psíquicamente y, hoy en día, tiene nombre apellidos y edad, incluso dirección de casa y teléfono.

Es paranoico y da para pensar mucho, si tal vez, la mente te prepara para cosas futuras. Que el futuro de la humanidad esté escrito, tu futuro, el de los demás. Y todo esto sea un juego.

Juego o no, no cambio mi personaje por nada.

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