sábado, 19 de abril de 2014

Días de apuntar en calendario.

Hoy es uno de esos días que, aunque increíblemente sea cierto, miro al mar y pienso. Imagen de melancolía y tal vez tristeza, estereotipos.
Hoy es uno de esos días en que piensas en todo, todo lo que ocurre a tu alrededor. ¿Cómo es posible que haya ocurrido esto y yo esté aquí, estoy sentada en un bar tomando cerveza, a las once de la noche en una ciudad costera; Santander.
Bonito lugar que recordar un día de nuestra vejez, bonitas personas que al irnos de aquí seguirán estando, no en la misma casa compartiendo la mesa de comedor, pero gente increíble que te saludará cuando te vea o te dará un abrazo al verte de lejos, o esa personita especial que te besa al despertar un sábado a las ocho de la mañana sólo por verte amanecer a su lado.
Bonita familia que conocí poco a poco desde hace siete meses.
Personita increíble de seria mirada y dulce sonrisa, de blanca tez y no mucha altura, de corazón de oro y, hoy me di cuenta que no solo él, toda su familia. Cada uno por separado y todos en conjunto.
Bonita familia, bonito lugar; el lugar donde siempre estuve casualmente donde ellos estuvieron, cosa del destino volver una vez más aquí donde la espuma vio como una niña de unos pocos meses se bañaba por primera vez, lloraba una nena de seis años porque sus pies se habían mojado y hoy, una tropa de niños y niñas con neoprenos bañándose en el mar en plena primavera.
A cada uno por separado y a todos en conjunto y, recalcando esa personita de dulce sonrisa que consiguió sacar esta a base de una buena dosis de abrazos, llegando cual libro abierto deseando ser leído y dejándome apuntar en los márgenes notas de recuerdo para si mismo, porque no habrá próximo lector. No es un libro fácil de leer, es un libro de entender y empatizar. De sentirte cómo su protagonista; autobiográfico.

Hoy es uno de esos días de pensar mirando al mar, abrazada a quien debes y siendo feliz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario