sábado, 6 de abril de 2013

Miedo.

Una sensación muy extraña, como miles de sentimientos recorren mis venas cada décima de segundo. No sé si reír o llorar, no sé si preocuparme o no. Demasiadas emociones en tan poco tiempo, necesito parar. Pero lo malo de todo esto es perderle, jamás lo podría imaginar, estar sin él, sin sus caricias, sin sus besos, sin esos ojos. Parecerá una locura tal vez, quien sabe. Yo lo sé, sé lo que siento y sé cómo lo siento. Y sé que él es el único. A lo mejor no será el mejor, no lo niego. Pero ya sabéis que cuando a alguien se le mete una persona entre ceja y ceja, no hay Dios que se la quite. Todo esto, cada palabra que expreso, recorre mis venas hasta mi corazón, como si fuera un tintero. Lo malo de todo esto es que no sé si él sentirá lo mismo o sólo haya sido una tarde más. Miedo a perderle, a no tenerle más. Miedo a dejarle escapar.

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