Mil rostros, mil figuras, mil personas distintas. Etiquetados por su ropa, su aspecto, su manera de actuar. Lo más injusto del mundo, cada persona somos únicos e irrepetibles, cada persona es un mundo entero, una corriente de pensamientos. Poderse meter en la mente de cada persona, aunque sea de un grupo reducido de gente igual y cada uno es diferente, más allá del ADN sí no, de nuestra mente, nuestra manera de ser, lo que somos. Yo, personalmente pertenezco a un grupo de músicos, cada uno distinto, su propio instrumento y su estilo de música, pero todos compartimos algo en común el don de la música.
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