lunes, 10 de diciembre de 2012

Cada uno somos un mundo.

Mil rostros, mil figuras, mil personas distintas. Etiquetados por su ropa, su aspecto, su manera de actuar. Lo más injusto del mundo, cada persona somos únicos e irrepetibles, cada persona es un mundo entero, una corriente de pensamientos. Poderse meter en la mente de cada persona, aunque sea de un grupo reducido de gente igual y cada uno es diferente, más allá del ADN sí no, de nuestra mente, nuestra manera de ser, lo que somos. Yo, personalmente pertenezco a un grupo de músicos, cada uno distinto, su propio instrumento y su estilo de música, pero todos compartimos algo en común el don de la música.

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