martes, 19 de agosto de 2014

Tu recuerdo en cenizas.

Y no sé a cuántos días de tu corazón estoy y el café es el único que me despierta de estar contigo. Mi realidad comienza cuando mis ojos se cierran, cuando apareces por detrás y me abrazas.

Me prometiste tantas cosas, un futuro incierto el nombre de nuestra primera niña. Que si tus ojos que si mi piel. Que si tu sonrisa o mi arte.
Me dijiste que saldríamos por la noche a mirar las estrellas a dormirme en tu pecho.

Qué ingenua.

Me prometí que cada vez que viera tus ojos apagar iría con un mechero para verlos sonreír. Me prometí arrancarme la sonrisa para regalártela.
Mi error fue confiar en tus labios.

Y llega el invierno, nieva y las parejas se abrazan para darse calor.

Yo tengo mi manta, mis películas y chocolate suficiente para llorar tu asuencia.
Pensé que él era un hombre, por verle llorar. Por secarle las lágrimas con mi camiseta de algodón.
Por besarle para calmar sus ganas de romper con todo, por quererle hasta acabar conmigo.

Rompiste las fotos que me ataban a ti, las quemaste con tus dedos.

Y yo pasé a ser el simple recuerdo del olor de un perfume caro.


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