Mis manos aún llenas del recuerdo de tu colonia,
mi sonrisa aún recuerda tus ojos brillantes.
Se acabó la actuación
ya nos quitamos el maquillaje.
Se cerró el telón y tu personaje se desvaneció,
"bien hecho, ha quedado realmente perfecto"
y el beso de la escena final,
se quedó entre el polvo del escenario.
Un peón más del ajedrez,
blanco o negro.
Los primeros que se eliminan,
los menos importantes del juego.
Y poco a poco el invierno llega.
Cerré las puertas y apagué la luz.
No quiero ver la sangre que dejaste,
ni las lágrimas suicidas que caen en mi puerta.
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