miércoles, 29 de agosto de 2012

Fría y lluviosa tarde de un veintidós de noviembre.

Sin saber que hacer, son saber que rumbo cogerá mi vida, voy caminando como si no hubiera no derecha ni izquierda, ni principio ni meta. Solo un largo camino recto, repleto de recuerdos, imágenes e imágenes de las personas que dejaron su huella, de las que por suerte o por desgracia jamás conseguiré olvidar. A medida que avanza el camino los recuerdos comienzan a ser mas intensos, mas tristes, lagrimas y lagrimas caen en el suelo mojado de una tarde de otoño, sin embargo sigo avanzando, no soy tan débil como parece, podré llorar pero sigo adelante. De repente el camino se acaba, debo elegir derecha o izquierda. ¿Que coger? El derecho lleno de flores y el izquierdo lleno de oscuridad. Las apariencias engañan, sigo mi camino por la izquierda. Sin ver nada no se que me deparara el final.

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