sábado, 29 de noviembre de 2014

Una flor.

Acabo buscándote en los asientos traseros de cada bus.
Incluso en los de otra ciudad.
Pero siempre te encuentro en las miles de canciones
que escucho cuando camino por los mismos sitios,
donde hiciste nacer la magia.

Dicen, que no es una ciudad muy bonita.
Nadie les habló de las huellas dejaron cada pareja,
en las marchitas calles.

Una flor por cada rincón que vio nacer la magia,
y se acabó muriendo con su amor.

Valladolid se llenaría de preciosas flores en invierno.




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