domingo, 16 de noviembre de 2014

Sueños lentos.

Ha pasado tanto tiempo desde la última vez que te vi, que ya no recordaba cual era el brillo exacto de tus ojos, el tamaño de las arrugas que se te formaban en ellos cuando sonreías al hacerte cosquillas, o el mirar de un lado para otro constantemente mientras te besaba para que no nos vieran.
Quizá eche demasiado de menos cuando me cogías de la mano por sorpresa y yo pensaba "¿Qué hace?"

Joder, deja de mirarme así, se me van a saltar las lágrimas, estás a dos mesas de mí y tan sólo nos miramos mientras yo pienso cada chorrada que hicimos o dijimos, nuestras "Buenas noches y piensa que miramos la misma luna, no estamos tan lejos" Creo que beberé otra jarra más.

Coincidir en el mismo bar después de... ¿cuanto? dos, tres, creo que tres años y medio. Ha pasado mucho. La lluvia acaba llevándose muchas cosas, pero nunca a nosotros con ella.
Quizá debí esconderte en alguna página de un libro vacío de palabras muertas, alguno que sé que jamás volvería a abrir, hasta que tú no te hubieras calmado. Hasta que no hubieramos reconocido, que todo aquello que pasó fue parte de nuestra cabeza, que quisimos ser más de lo que podíamos llegar, en cualquier vida.

Sigues andando como siempre, cabeza alta y serio. me gustaban tus andares y cuando íbamos al lado por las mañanas.
Estoy intentando disimular el mirarte cómo vas a la barra a pedirte una caña. Aún no entiendo porqué estás solo.

Quizá ni te hayas dado cuenta de quién soy, las cosas cambian y nosotros vamos envejeciendo, cambiando. Quizá sea demasiado tarde para volver a cuando me miraste la primera vez y quisiste que me fijara en ti.

Los sueños son lentos, la vida vuela y yo sólo pude correr.

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