sábado, 17 de mayo de 2014

Necesidad.

Eres mi mejor necesidad, mi mejor elemento prohibido.
Eres mejor que el chocolate por la noche,
mejor que las fresas con nata en primavera.
Eres mejor que el azul del mar en verano.

Inexplicablemente, no sé qué fue,
eres el azul del mar en pleno invierno.
Cada mariconada que se me ocurre,
cada recurso literario de Bécquer.

Ganas contenidas, ganas reprimidas.

Mi cama está fría; nota tu ausencia.
Inexplicablemente, la nota.
Eres como un mal romance,
eres peor que la mejor droga. Más cara.

Suena una buena versión de Bad Romance,
y me recuerda tus ojos, no sé,
un acústico, una guitarra, y tú.
Eres una sobredosis de endorfina, en mí.

No sé cómo llamarte, no sé. Buenas noches.

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