sábado, 31 de mayo de 2014

Llueve y caen los recuerdos.

Intento adivinar
el número de besos para acabar sin saliva,
el número de besos que caben en tu cuerpo.
hasta acabar contigo.

Esa sensación de dejar de notar el frío,
siendo un día de invierno.
Dejar de notar la lluvia,
siendo un día de Abril.

Crucé tu espalda,
con navajas que dejaron marca.
Notaba tu cuerpo acercarse 
y tu resoplar en mi oído.

Tu piel fría como el hielo,
ardiendo en ganas de acabar en otro lugar.
Aún recuerdo cómo te estremecías,
si te besaba bajo la oreja.

Ahora todo ello son recuerdos,
posos del café de las seis,
de la mañana.
Estudiando la anatomía de tu espalda.

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