sábado, 27 de julio de 2013

Efímero.

Puedes vencer al revolucionario pero no a la revolución. Podríamos olvidarnos esta noche de todo. Sólo tal vez. Las notas de aquella melodía siguen sonando y el fuego reviviendo. Son como la chispa que enciende todo. Donde hubo fuego cenizas quedan, aún hay tiempo de que encienda. Aquella melodía que resuena en nuestras cabezas y no sale de ellas. Si esta noche pudiera ser todo contigo ¿Qué dirías? Y viceversa ¿Qué diría yo? Perdí esta guerra, no pude ser más fuerte en medio de la noche, donde estás solo, sin nadie. Jugamos con fuego y uno de los dos se quemó. Normalmente pierde el que más quiere, el que más lo desea. Perdí esta guerra, fracasé y se apagó. Las luces se apagaron el telón bajo y aquella historia terminó entre aplausos, tu interpretación fue exquisita pero lo mío no fue interpretación, ni tu eres mi Romeo ni yo tu Julieta, pero durante una noche jugamos a serlo, yo no jugaba. ¿No te diste cuenta? Tanta luz nos dejó ciegos. Efímero. Ahora he aprendido que los monstruos de debajo de la cama no existen, que las princesas Disney jamás existieron y por consiguiente aquellos príncipes azules perfectos tampoco. Que los adolescentes de las películas en verdad tienen diecinueve años y los ponen como dieciséis, que todo es una mentira. He aprendido que los buenos no son tan buenos ni los malos tan malos, todos tenemos luz y oscuridad. Tan sólo necesitamos qué lado vamos a querer potenciar. Aprendí que los amigos se cuentan con los dedos de la mano y te sobran tres dedos, que tan sólo puedes confiar en tu familia, que jamás te fallará. Aprendí que ahí fuera, fuera de las cuatro paredes de tu casa todos te quieren joder, verte caer de la cuerda floja que es la vida, y no podemos permitirlo. Aprendí que los días de lluvia no es Dios que esta llorando ni los ángeles haciendo pis, tan sólo un fenómeno atmosférico que relacionamos con la nostalgia, para mi, los mejores días. Aprendí que los amores de verano son tal sólo eso, amores de verano. Que quien bien te quiere te hará sufrir, pero no él, si no tú emparanoiándote. Aprendí muchas cosas a base de ostias con la vida, y no conseguí aprender. Tal vez haya cometido muchísimos errores en esta vida, pero aprendo de ellos, y no dejo que nadie me pisoteé. Puedo ser por fuera una llorona y una quejica. Sí. Pero por dentro todas las mujeres como yo tan sólo somos unas guerreras cuyas heridas de guerra jamás cicatrizarán. Esta sociedad ha cambiado, confundimos el amor con follar y el querer con un lío de una noche. "Amor" es la última conexión al whatsapp. Querer es un "Buenas noches princesa" vía mensaje. ¿Qué es eso? ¿Desde cuando? Bien dijo alguien que cuanto más avanzaran las tecnologías más imbéciles nos volveríamos. Ahí está la prueba. El amor es querer a alguien, quererla de verdad, ¿que qué es eso? Estar en las buenas y en las malas, sobre todo en las malas. Sólo tener ojos para esa persona y no hablar las veinticuatro horas por el móvil, si no de cara a cara, entre besos, bromas y risas. Eso.

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