viernes, 23 de enero de 2015

Incandescente.

Y yo no es que me queje, si el sol brilla más que las estrellas pequeñas. Si nadie dice por las mañanas, qué estrella tan bonita hay sobre el cielo. Porque el sol tapa cada una de ellas.
Y sólo se ven las constelaciones por la noche, cuando ella desaparece, cuando no está presente.
¿Qué tendrá que le haga lucir más que a las demás?
Quizá la envidia que tengamos todos. Que si yo no tengo la sonrisa tan bonita, si otra no tiene su cuerpo, si la de al lado no tiene sus aires y maneras.
Quizá sea la estrella más grande y luminosa. Pero no la más bonita, ni la más especial.

No sé cuántas metáforas poner a esto para dejarlo más bonito, ni cuantas veces he sentido esta mierda. Ni la de veces que me miro al espejo y resalto cada defecto hasta su forma infinita.
Cuando hay alguien ahí para decirte que para él eres la estrella que más brilla. La que no arde lo suficiente como para quemarse al tocarla.

Son cosas que una piensa de noche cuando está sola.
Buenas noches.

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