jueves, 22 de enero de 2015

Cga

¿Y qué si me gusta andar sola por la calle? No soporto ir hablando con gente que no tiene nada que contarme, es absurdo. Mucho más tiene que decirte un cantante, un guitarrista, un batería en sus canciones.
No me gustan los sitios con mucha gente, ni me gustas tú, ni el chico de al lado, ni la niña que grita mientras intenta perrear en una discoteca. Ni me cae bien la mitad de la humanidad, pero mi madre dice que eso se pasa con la adolescencia.
No me gustan los regalos sin sentido, regalar ropa me parece absurdo a no ser de que sea el típico "tenía tu nombre" o "es tan tú que lo necesitas tener" prefiero que me regalen una bolsita de anises que no vale ni un euro, o una fotografía con algo escrito detrás.
Sólo quiero tener los dieciocho para poder ir a todos los conciertos que quiera sin la ridícula restricción de edad.
Este país me da asco y escupiría sobre cada una de las personas que han apoyado este sistema de educación antiartístico, quitando toda asignatura relacionada con la creatividad y/o el arte.
Si tengo muy asimilado que de mayor seré como dicen muchos, una muerta de hambre, si pretendo seguir el camino del artista. Sí.
Libros, muchos libros. Y jamás, JAMÁS un ebook. Leer no es lo mismo si no pasas páginas con el dedo, hueles los libros viejos y los diferencias de los nuevos, tocas las tapas o subrayas las frases más bonitas o importantes. Llevar un libro en el bolso no es lo mismo que llevar ese aparato electrónico.
La tecnología jode el romanticismo.
Debussy, Chopin, Beethoven. Voiles, Nocturne nº2, Sonata XIV. Ludovico Einaudi, Yann Tiersen, Mertens. Tantas partituras en el mundo de ellos, tantos conciertos de piano a los que ir, tanto que aprender de ellos.
Odio ir a un concierto de piano y tener una butaca donde no pueda ver las manos del pianista. O donde no pueda disfrutar porque tengo al pesado de turno tosiendo a mi lado.
El color negro, los colgantes cortos, los labios oscuros, los zapatos de triple suela. Las uñas perfectas mate negras.
El número siete, las púas en el bolsillo izquierdo de mi culo. La U para cascos siempre que cogemos un tren. Todos los billetes de metro en mi caja de mariposas.
Macarrones, fetuccinni, spaggetti, la carne poco hecha, fresas con nata y/o azúcar. La pizza de cuatro quesos, las hamgurguesas, las manzanas rojas. El chocolate al 99% de cacao. Y Christina Perri y Jar of hearts.
Andrómeda, Diana y Bianca.
Mi guitarra, mi cámara y mi piano.
Debería ponerle también nombre a mi caballete.
Schopenhauer, Dalí, Goya, Leonardo da Vinci, Velázquez, Kant, Nietzsche, El anticristo, Inferno, La ilustración, las teorías illuminati, La Gioconda, los relojes fundidos, el arte de llevar siempre la razón.
Libros, libros y más libros.
Linkin  Park, Evanescence, Coldplay, Mägo de Oz, Breaking Benjamin, Izal, Muse, Supersubmarina, Halestorm, Avenged Sevenfold.
Synyster Gates, Tim Burton, Helena B. Carter, Los backstreet boys.
American horror story, Sobrenatural, cuarto milenio.
Otoño, Santander, Finlandia.
Juan Eguren.

No hay comentarios:

Publicar un comentario