jueves, 17 de septiembre de 2015

Nunca o siempre.

Resucitas cada vez 
que me clavo las agujas al recitar.
Al recordarte en camisa.
Al repetirme que no.

Resucitas en cada sueño,
ahogándome en orgasmos,
subiéndote la bragueta 
mirándome de reojo.

Siempre estuvimos muertos,
consumiéndonos.

Viendo cómo me deshacías besándome  el escote.
cómo tu saliva arrancaba
de cuajo
todos los recuerdos amargos

Ahogándolos.

En altas dosis de ti.

Mátame.

Nunca hemos estado vivos.

Víveme.






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