Resucitas cada vez
que me clavo las agujas al recitar.
Al recordarte en camisa.
Al repetirme que no.
Resucitas en cada sueño,
ahogándome en orgasmos,
subiéndote la bragueta
mirándome de reojo.
Siempre estuvimos muertos,
consumiéndonos.
Viendo cómo me deshacías besándome el escote.
cómo tu saliva arrancaba
de cuajo
todos los recuerdos amargos
Ahogándolos.
En altas dosis de ti.
Mátame.
Nunca hemos estado vivos.
Víveme.
No hay comentarios:
Publicar un comentario