sábado, 29 de julio de 2017

Ponte guapa

Ponte guapa. Maquíllate, hazte esas peripecias que te sabes hacer. Déjate preciosa; las pestañas hasta las nubes, las cejas igualadas, las ojeras fuera de la vista de toda persona ajena.
Pero no te pintes los labios, no vayas a manchar a alguien.
Ponte guapa. Depílate las piernas, estate suave como un cojín de esos que quieres achuchar cuando estás triste. ¿Eso de ahí es un poco de carne que puede que te sobre? Quizá no puedas ponerte tan guapa como él quiere.
'¿Qué ropa me pongo?' quiere que vaya sexy, apretada.  Con las piernas infinitas clavadas en dos tacones de aguja. Tengo que aparentar tener una 95 mínimo si quiero llamar su atención, qué poco culo tengo.
Son las cinco de la tarde y hemos quedado a las nueve. No me da tiempo a todo.

Ponte guapa, ponte guapa, ponte preciosa, intenta aparentar esa perfección que te da hasta pereza tener.
Olvida tus zapatos de doble suela que tanto te gustan, olvida tu peto y tus tops negros, olvídalo. No te va a valer. Hoy toca intentar entrar en esa ropa que apenas deja respirar.

¿Ya estoy guapa? He tapado todas mis imperfecciones con maquillaje, me he depilado hasta el último pelo de mi cuerpo, he calzado mis pies en unos tacones que deben sacarse a la calle con carnet de conducir. Llevo la falda más apretada que tengo y me he puesto unas bragas y sujetador de push-up, un escote hasta el ombligo y me falta ondularme el pelo. Son las 19:30.

Olvida tus gustos, tus temas de conversación favoritos, olvida que escuchas Linkin Park, Shinedown o 30 Seconds To Mars. Hoy eres una de tantas chicas que sólo se fijarán en su físico para echar un polvo y poco más. Hoy no eres tú, hoy eres una chica con código de barras. Recién salida de la fábrica pedida por encargo por ese chico que tanto te gusta.

Agobiada con gustarle, obsesionada con ser 'la chica elegida', tienes que ser perfecta y dan igual tus gustos personales, tienes que gustarle a él, olvídate de ti.
Maquíllate más, se te nota esa peca bajo el ojo todavía, rellénate las cejas y da un poco de color a los labios sin llegar a pintarlos, no vaya a quejarse de que le manchas la boca si le besas.

¿En qué momento decidiste ser quien no eres para gustar a alguien? ¿En qué momento has querido pisar tu personalidad para absorber la 'personalidad compatible' con él? ¿En qué jodido momento todas y cada una de nosotras hemos querido ser otra para gustarle?

La perfección no existe, lo bonito no existe, lo feo tampoco y nadie es capaz de juzgar qué es belleza y qué no.  Pero lo que sí podemos juzgar es toda esa gente que alguna vez nos han obligado directa o indirectamente a ser otra persona, a ser perfectas, a no ser nosotras. A ser una chica con un lavado de cerebro exquisito que se limita a sonreír y esperar a que se la metan.

Porque ojalá tú me estés leyendo y te des cuenta que eres bonita, preciosa e irrepetible.

Has quedado a las 20:00 con ese chico que tanto te gusta y es decisión tuya ir preciosa con maquillaje, tacones de aguja y un escote de infarto o ir preciosa con tu carita lavada y unos vaqueros que seguro, te quedan de lujo.

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